Con la asistencia de las máximas autoridades del colegio, de familiares y amigos de los ex-alumnos caídos en el Golpe Militar de 1973 y posterior dictadura, la comunidad del Instituto Nacional se congregó como ha sido tradicional en los últimos años, para recordar, revivir y rememorar, a sus muertos en dictadura.
La emotiva ceremonia contempló la participación de la destacada y connotada Periodista Lucía Sepúlveda compañera de Augusto Carmona Acevedo, quien en magistral secuencia literaria, rindió homenaje a los 33 ex alumnos del Instituto Nacional que fueron victimas del asesinato, del oprobio y de la tortura y desaparición a manos de los organismos represivos de la dictadura.
Nos dice Lucía Sepúlveda:«Son 33 los institutanos caídos, un número simbólico desde distintos ángulos. El compañero Presidente Salvador Allende es sin duda el más insigne de la lista en la que lo acompañan otros institutanos ilustres y reconocidos como su canciller, Orlando Letelier junto a decenas de compañeros, algunos anónimos o poco conocidos que es tarea nuestra recordar, querer y rescatar.
Sabemos que algunos caen en la Moneda, como Jorge Klein, Coco Paredes, el doctor Paris, Héctor Pincheira, Arsenio Popupin, Enmrique Ropert… Luego la Caravana de la Muerte se lleva a Manuel Donoso y Ricardo García en el norte, y a Jorge Peña en la Serena, al tiempo que Claudio Tognola es ejecutado en Tocopilla. En Choshuenco, en el sur, es fusilado Mario Superby poco después del golpe. En 1974 la DINA ya está organizada. Entre los 119 luchadores que la operación Colombo secuestra para pasar el aviso de que nadie debe resistir, están los institutanos Antonio Cabezas, Mauricio Jorquera, Mario Peña, Anselmo Radrigán, Alfredo Rojas y Claudio Silva. Es el tiempo de la represión selectiva y brutal: los secuestros alcanzan también a Carlos Lorca y a Fernando Valenzuela y caen detenidos Alan Bruce, Javier Rozas y Luis Oscar Valenzuela, así como Osvaldo Vallejo.
En 1979, el Comando Conjunto secuestra a Victor Vega, el único de los 33 caídos que para el golpe militar era aún estudiante en el Instituto Nacional. La Operación Cóndor se ha puesto en marcha y el terrorismo se internacionaliza. El 21 de septiembre de 1976 el institutano Orlando Letelier, quien fuera canciller de Allende y lideraba la resistencia en el exterior, es asesinado en Washington. Hoy se anuncia que ése fue el primer atentado terrorista cometido en Estados Unidos. Y gracias a la desclasificación de los documentos de las CIA, la prensa del duopolio y la televisión informan hoy lo que los chilenos y chilenas conscientes supimos desde siempre: que la orden de asesinar a Orlando Letelier la dio Pinochet. La represión en Chile adopta nuevas formas. La DINA deja su legado a la CNI que instala la época de los falsos enfrentamientos, es decir operaciones combinadas de inteligencia , detenciones y tortura, o venganza, que culminan con la ejecución de compañeros, como los periodistas Augusto Carmona, en 1977 y José Carrasco en 1986 cuando ya la resistencia se ha masificado y crece el descontento social. A jorge Muñoz lo ejecutan en 1984 junto a una torre de alta tensión en Renca. En 1985, en la Penitenciaría, un 19 de octubre, Victor Zúñiga corre en busca de la libertad y es asesinado. En la Operación Albania caen Patricio Acosta y Ricardo Silva, y varios años después, su compañero Roberto Nordenflycht».
Más adelante sigue: «Si lográramos profundizar en las vidas de estos compañeros quizás seríamos capaces de ver la falta que nos hacen para las luchas de hoy. No sólo para alcanzar la verdad y la justicia en el ámbito de los derechos humanos, sino por los derechos humanos en el sentido más amplio del concepto, de los derechos de todos y todas a la educación, a la salud, al trabajo y previsión dignos, a la libre expresión e información».
Finalizó su homenaje haciendo un llamado a las nuevas generaciones: «La memoria y el homenaje a los caídos se convierten entonces en un desafío para el quehacer de hoy. Ellos están, pero es claro que ya hicieron lo suyo y sembraron en este pedregoso camino que es Chile. Ahora es el turno de las nuevas generaciones, que desde el 2011 nos vienen notificando que son «los que perdieron el miedo». Y a ellos queremos ofrecer con humildad esta reflexión invitándolos a conectar pasado y presente y a pararse ante la vida no como espectadores sino como actores»…Posteriormente el homenaje estuvo a cargo del Cineasta, actor y dramaturgo Gregory Cohen, de quien extractamos «Chile nunca había pasado lo que pasó, nunca tan intenso y tan largo, por lo tanto los resabios los vivimos hasta ahora, entonces la responsabilidad de la generación de nosotros yo creo que es muy grande, porque vivimos con lo que era la causa, el compromiso del escritor, del artista y uno quiere transmitirlo, y tiene la responsabilidad de restaurar el puente generacional con las otras generaciones, con los otros jóvenes, pero ellos también tienen que estar dispuestos a escucharnos».
Con respecto a los caídos Gregory Cohen nos dice en parte de su homenaje: «nos ayudan a continuar por este camino. Cada uno de nosotros en nuestra más elevada intimidad, piensa en los caídos. Como refugio y oráculo, como consejero y amigo y seguramente, seguramente surgen interrogantes como las siguientes ¿Qué hubiera hecho Mauricio en mi lugar, que hubiera hecho Jorge en mi lugar, que hubiera hecho Fernando. Los necesitamos. necesitamos claridad para separar la franqueza de la adulación, la convicción de la tentación, la autoestima de la autoreferencia, y como los necesitamos no cejaremos nunca en recordarlos y traerlos al presente, a la sala de clases y por lo mismo haremos con mayor rigor cada vez, cada año pasar lista, con todos, con todos».
Posteriormente hizo uso de la palabra el Presidente del Centro de Alumnos, Roberto Zambrano, de quien interpretamos su análisis del momento actual que vive el Instituto Nacional, tanto en el plano interno como externo, donde nos interpela respecto de la crisis que afecta a la sociedad chilena y a sus instituciones. Se refirió también a los compañeros caídos, quienes eran institutanos comunes y que pasaron a la historia por sus convicciones, y no por los resultados y exigencias de las pruebas estandarizadas. Un verdadero desafío recuperar el espíritu institutano.
Finalmente, en el cierre de esta emotiva ceremonia del recuerdo hizo uso de la palabra el Rector Fernando Soto Concha, quien agradeció a los invitados especiales, a sus familiares y amigos; y rindió homenaje a los compañeros caídos destacando el común denominador de todos ellos, el de ser capaces de entregar su vida en pos de los ideales que anidaron en sus espíritus. Y como sus ejemplos nos llegan hasta hoy en el recuerdo de los testimonios vivos que rescatamos a través de sus escritos, de sus familiares, de sus amigos y de su legado fiel al compromiso institutano de servir a la patria y a la sociedad.
La Ceremonia estuvo acompañada también de música y canto homenaje, a cargo del Grupo Ensemble EBSS de la Escuela Básica Salvador Sanfuentes, formado por los Profesores Ramón Molina, Rodrigo Cuevas y Juan Rodríguez, quienes interpretaron «Tres versos para una historia» del Grupo Illapu.
A su vez el Grupo del Colegio «Ensemble Guitarra» formado por los alumnos Sebastián Baeza, Diego Soto, Nicolás Bustos y Nicolás Torres, dirigidos por el Profesor Cristian Allendes, interpretaron las canciones «Para que nunca más» de Sol ,y Luvia; y el Pueblo Unido» del grupo Inti Illimani.
La Ceremonia «Día de la Memoria Institutana» A 43 años del Golpe Militar, contada por algunos de sus actores revitaliza nuestros espíritus y nos sirven de aliciente para que cada uno de los miembros actuales del Instituto Nacional, se haga portador de este testimonio histórico, cuya responsabilidad será el de traspasarlo a las nuevas generaciones, como encendida llama de una posta en movimiento que el espíritu institutano se encargará de mantenerla viva y perenne.
Vicerrectoría de Extensión