Tenemos que dejar de hablar sobre el manejo de las poblaciones de ballenas, y centrarnos enproteger y conservar sus poblaciones, sobre todo por nuestro propio bien.
20 de Diciembre, 2017 – Un nuevo informe, publicado hoy, revela los enormes beneficios ecológicos que las ballenas y otros cetáceos proporcionan al medio ambiente. El informe es el resultado del taller realizado durante el Congreso Internacional de Biología de la Conservación en julio de 2017, en Cartagena, Colombia- titulado “El rol de los cetáceos en el funcionamiento de los ecosistemas: definiendo políticas de conservación en el siglo XXI”.
El informe documenta cómo las heces de ballenas, ricas en hierro, nitrógeno y otros nutrientes, desencadenan floraciones de fitoplancton las cuales aumentan la productividad de toda la red alimenticia marina y capturan miles de toneladas de carbono atmosférico anualmente. Los gigantes cuerpos de las ballenas también encierran carbono. Al morir y hundirse, sus cadáveres nutren comunidades del fondo marino.
El informe también explora cómo éstos y otros servicios ecológicos proporcionados por los cetáceos pueden integrarse en la política de conservación nacional e internacional, inclusive dentro de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático y de la Comisión Ballenera Internacional (CBI). En 2016, la CBI adoptó una innovadora resolución, presentada por Chile, reconociendo las contribuciones ecológicas de los cetáceos al funcionamiento de los ecosistemas. Más recientemente, la CBI estableció un nuevo Grupo de Trabajo, el cual realizará recomendaciones sobre cómo este organismo internacional puede contribuir a los estudios sobre este tema emergente y aplicar esos hallazgos en decisiones políticas asociadas a su conservación.
“La decisión de la Comisión de estudiar los servicios ecosistémicos proporcionados por los cetáceos demuestra la evolución de la CBI”, expresó Sue Fisher, consultora marina del Instituto de Bienestar Animal (Animal Welfare Institute) y una de las panelistas del taller. “La transformación de la CBI desde un organismo que recientemente consideró la reanudación de la caza comercial de ballenas a uno que reconoce la importancia de integrar el valor ecológico, económico y social de los cetáceos vivos en su toma de decisiones, es un avance importante. Esperamos poder contribuir a esta colaboración visionaria entre gobiernos, investigadores y organizaciones de conservación”.
“Entusiasma ver a Chile y otras naciones promover el importante papel de las ballenas en la ecología de los océanos”, afirmó Joe Roman, investigador de la Universidad de Vermont y especialista global en el tema. “En el siglo XXI, se debería avanzar mucho más allá de la valorización de las ballenas por su carne y reconocer los múltiples serviciosellas brindan vivas, como el turismo de avistaje, la fertilización de los oceános, aumento de la productividad marina, y la captura de carbono”.
“Históricamente, los océanos fueron vistos como una fuente infinita de recursos. Hoy resulta evidente que este concepto es erróneo. La ciencia está demostrando que los cetáceos contribuyen significativamente al corecto funcionamiento del ecosistema marino. Los avances liderados por Chile en la CBI son ciertamente una piedra angular para fortalecer políticas internacionales orientadas a brindar máxima protección a estas especies en el mundo “, afirmó Barbara Galletti, presidenta del Centro de Conservación Cetacea de Chile.
“El valor de los cetáceos al funcionamiento de los ecosistemas surge como un nuevo paradigma para la conservación. Lo resultante del Taller y volcado en el informe que estamos presentando es un punto de partida no solo para integrar este tema en foros internacionales, sino también para educar al público en general a reconsiderar el valor de los cetáceos, desde fuentes de productos consumibles u objetos de entretenimiento hasta aliados para mitigar los impactos negativos de los humanos en los océanos “, sostuvo Roxana Schteinbarg, coordinadora de los Programas de Conservación del Instituto de Conservación de Ballenas de Argentina.
“La investigación científica actual demuestra que las ballenas son invaluables para la salud del océano y el planeta. Tenemos que dejar de hablar sobre el manejo de las poblaciones de ballenas, y centrarnos en proteger y conservar sus poblaciones, sobre todo por nuestro propio bien”, afirmó Astrid Fuchs, directora del programa de la organización Whale and Dolphin Conservation.
El taller fue organizado por el Centro de Conservación Cetacea de Chile, el Instituto de Conservación de Ballenasde Argentina y el Instituto de Bienestar Animal de Estados Unidos y patrocinado por las siguientes organizaciones: Cetacean Society International, Humane Society International, Natural Resource Defence Council, Ocean Care y Whale and Dolphin Conservation. Contó además con el apoyo de la Dirección de Medio Ambiente y Asuntos Oceánicos del Ministerio de Asuntos Exteriores de Chile y el Gobierno de Bélgica.
El informe se encuentra disponible en el sitio oficial de la Comisión Ballenera Internacional.
Fuente: AWI, CCC, ICB