En algunos países se ha producido una poderosa separación activa entre la base social autoconvocada y el poder -oligarcas, políticos, militares-, un paso que puede cambiar la historia.
Es importante conservar esa libertad alcanzada porque Ellos en el poder aun en el caso de ser de verdad representativos siempre forman una esfera distinta al Nosotros en la base.
Sin embargo esa larga tarea de no perder contacto, de seguir unidos en movimientos de diálogo y acción debe profundizarse al combate de ideas sobre la civilización.
Las justas demandas de pensiones, salarios, educación, salud, la lucha del feminismo… se dan mayoritariamente en el marco del discurso de Ellos y la conservación de su poder estructural.
La situación actual de la humanidad en el planeta exige a la sociedad civil comprometerse en una misión civilizatoria. El consumismo publicitado por Ellos no es sustentable.
El calentamiento climático ya sea que disminuyan o aumenten las emisiones de gases de efecto invernadero va a producir un golpe brutal al orden que hace necesario un nuevo modelo de país global.
En la base social se debe empezar a conversar sobre el futuro. Colapso, decrecimiento, violencia, migraciones, sustentabilidad, racionalidad, fascismo, solidaridad…
La crisis climática actual nos llevará, a mediados de este siglo, a una situación de “caos absoluto”… Al ritmo actual, los desafíos del cambio climático a la seguridad global comportan, simplemente, que “el pánico social y político se convierte en la norma”. Breakthrough – National Centre for Climate Restoration, El Clarín de Chile
A pesar de que muchas naciones han incrementado su utilización de energías limpias, el aumento del crecimiento económico global ha supuesto un aumento paralelo de las emisiones de carbono: un 1,6 por ciento en 2017, un 2,7 por ciento en 2018, y se anticipan aún mayores incrementos para 2019. La economía fósil se mueve a toda velocidad: las extracciones de petróleo y gas han alcanzado registros históricos y no se espera que vayan a disminuir. En opinión de escritores como Wallace-Wells, estamos atrapados en un mundo que avanza inexorablemente hacia un aumento de cuatro o cinco grados hacia el final del siglo, si no antes. Este autor concluye afirmando que “si los próximos 30 años de actividad industrial trazan un arco ascendente similar al de los últimos 30 años, regiones enteras serán inhabitables para los estándares actuales”. El cataclismo ecológico asolará grandes regiones de Europa, América del Norte y del Sur. En este escenario, la economía mundial sufrirá tal destrucción que la famosa teoría de la crisis de Karl Marx parecerá tibia. Wallace-Wells añade: “Un calentamiento de tres grados desencadenará un sufrimiento superior al que han experimentado los seres humanos a lo largo de milenios de tensiones, conflictos y guerra total”. Carl Boggs, Rebelión
“Con la crisis climática empeorando y ningún contrapoder efectivo en el horizonte, lo que necesitamos desesperadamente es un imaginario político completamente nuevo que logre finalmente liberar al mundo del dominio de las corporaciones transnacionales”. Boggs
Las rupturas actuales de la sociedad civil del poder, de Ellos, deben ascender de las reformas progresistas a la presión por un nuevo modo de vida.
Mientras no haya movimientos y partidos civilizatorios todos ellos, como las masas ciudadanas, son conservadores.
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