Por Juan Carlos Cárdenas
EL DESCONCIERTO 18.12.2019
El marcado sesgo pro- empresarial de la presidencia chilena durante las negociaciones de la COP 25, también se reflejó en los eventos paralelos (side events) que fueron organizados por el pabellón del gobierno sudamericano durante los 12 días de esta Cumbre en España. Allí, los temas más estratégicos que se discutieron fueron cooptados por los grupos empresariales chilenos y/o compañías transnacionales, especialmente europeas, varias de los cuales son responsables de la actual crisis política chilena que es la mayor rebelión social en la historia del Chile actual.
“Estoy muy enojado con ustedes, porque hacen promesas y no cumplen nunca. Basta de decir y no cumplir”. Carta de un niño a la COP 25 España, 2019
Tras trece días de frustrantes negociaciones, finalizó la versión 25 de la Conferencia de las Partes, donde los mayores emisores de dióxido de carbono y productores de combustibles fósiles a nivel global obtuvieron lo que querían: Un texto final debilitado que pospuso para la COP 26 el avance en los compromisos para contener la crisis climática, evidenciando la aguda crisis del multilateralismo en las relaciones internacionales.
Sin embargo, este desastre diplomático ocurrió en una COP 25 convertida en la capital mundial del lavado de imágen de las corporaciones transnacionales, las patronales empresariales y los gobiernos, junto a los dobles discursos e interminables eventos mediáticos, unidos a la promoción de billonarios “negocios verdes”.
Para la mayoría de los científicos y miembros de la sociedad civil participantes, los resultados de esta cumbre climática fueron miserables. “En mis casi 30 años en este proceso, nunca he visto la desconexión casi total que estamos viendo aquí en Madrid, entre lo que la ciencia requiere y la gente demanda, y lo que las negociaciones están dando, en términos de acción significativa” señalaba Alden Meyer, de la Unión de Científicos Preocupados, una organización estadounidense sin fines de lucro.
Por su parte, Omar Figueroa, ministro de pesquería y medio ambiente de Belize, quien en representación de la Alianza de los Pequeños Estados Insulares en Desarrollo, acusaba a los negociadores que su “indecisión acelera el colapso de nuestro mundo”.
Evidenciando el real espíritu que animó esta fallida Cumbre, dos días antes de finalizar el evento, representantes de la sociedad civil fueron expulsados del recinto oficial por estar manifestándose en favor de los derechos humanos y las exigencias de los pueblos indígenas.
Entre los magros avances que reivindica la presidencia chilena se señalan “el reconocimiento al papel del conocimiento científico como eje principal que ha de orientar las decisiones en materia de cambio climático”, el “promover el rol de las mujeres como agentes de cambio”, “reconocer el papel que los océanos desempeñan en clima”, y “la importancia de reforzar su protección para sobrellevar la emergencia climática”.
La presidencia chilena pro “chicos malos” del clima
Al finalizar la cumbre, existía un creciente malestar con la gestión de Carolina Schmidt, presidenta de la COP 25, actual ministra de Medio Ambiente chilena, quien reemplazo al presidente Sebastián Piñera, que actualmente enfrenta juicios por violación de los derechos humanos en Chile.
A Schmidt se le culpa de excluir de las negociaciones a los países pequeños, mientras privilegiaba los intereses de los grandes países contaminadores. Ejemplo de ello fue el haber citado a última hora a una reunión a puertas cerrada a los ministros y máximos representantes de los “chicos malos del clima”: China, India, Brasil, Arabia Saudí, Australia y Japón, junto a la Unión Europea. Con este encuentro secreto la chilena Schmidt intentaba cerrar un acuerdo sin la presencia de los pequeños países vulnerables a los efectos del cambio climático, y por supuesto sin información a la ciudadanía global.
Como era de esperar, la presentación del último borrador de la presidencia chilena de la COP25 concitó la indignación de varios de los países y de las organizaciones no gubernamentales, debido a la ausencia de ambición climática, y la falta de claridad respecto a las contribuciones que deberían hacer los países para reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero.
Mohamed Adow, del Power Shift Africa, indicó que “los borradores presentados por la presidencia chilena son desastrosos y muy decepcionantes. Los peores que he visto en los 10 años que he estado siguiendo las negociaciones climáticas”.
El Fiasco Climático Global
La COP 25 en su tramo final de negociación bajo la mano de la representante del represivo régimen chileno, no logró avanzar en los puntos centrales:
a) Cómo lograr más ambición climática a partir del 2020.
El Acuerdo de París, elaborado en el marco de la COP21 en Francia, buscaba que todos los países o “Partes” de la Convención Marco sobre Cambio Climático, realizaran acciones para reducir sus emisiones de dióxido de carbono proveniente del uso de combustibles fósiles – petróleo, gas, y carbón-, lo que debería quedar expresado en las Contribuciones Nacionalmente Determinadas (NDCs). Los desacuerdos estuvieron relacionados con un párrafo relativo a la “transición justa”, ya que algunos países solicitaron agregar una referencia a “prioridades de desarrollo definidas a nivel nacional”, de conformidad con el preámbulo del Acuerdo de París. También hubieron divergencias sobre la inclusión de referencias a la “adecuación y efectividad” de los esfuerzos para lograr el objetivo global a largo plazo en la revisión periódica de las NDCs, y si el plazo para la revisión de los compromisos de recorte de emisiones de CO2, será el 2020 o 2030.
b) Las reglas de los controvertidos mercados de carbono
No hubo una nueva versión revisada del tema más importante de la COP25: Un texto borrador que reemplazara al Artículo 6 sobre la descarbonización y la regulación del mercado internacional de créditos de carbono.
Este artículo posee implicaciones económicas y políticas claves para los Estados y compañías transnacionales, ya que debe garantizar reglas que eviten la doble contabilidad de las reducciones de gases conseguidas, y definir qué se hace con los derechos existentes hasta ahora, procedentes del protocolo de Kioto, previo al Acuerdo de Paris. Se optó por dejar abierto el Artículo 6 para tratar los tecnicismos en la reunión del próximo años en Escocia.
c) Mecanismos que regulan la compensación de recursos por desastres climáticos (“pérdidas y daños”).
Las naciones más pobres y las que más sufren los estragos climáticos, reclaman ser compensadas con proyectos concretos para tener la capacidad de adaptarse al escenario futuro. Lo reclaman sobre todo los estados insulares del Pacífico y del Caribe.
Se estima que a partir del 2020, la financiación climática debería reunir 100.000 millones de dólares anuales procedentes de fondos públicos y privados del mundo industrializado, lo que permitiría que las naciones en desarrollo, especialmente los países que dependen del petróleo, puedan disponer de recursos para paliar y adaptarse al calentamiento global y sus estragos mediante la transición desde el uso de combustibles fósiles a energías limpias.
La inacción climática precede a los futuros estallidos sociales a nivel global
Van 25 años de reuniones anuales sin avances significativos. La parsimonia e inacción diplomática, evidencian el secuestro del sistema internacional y de los Estados por parte de los intereses corporativos y financieros, quienes sistemáticamente torpedean y rebajan expectativas, bloqueando avances, o retrasando decisiones, mientras la crisis climática global continúa agravándose.
La COP 25 hace retroceder la situación a lo que existía previamente al Acuerdo de París del 2015, al no existir compromisos serios frente a la crisis climática. Además no existe una hoja de ruta para reducir a 1,5 grados el aumento de la temperatura global, un calendario para la reducción de las emisiones de carbono, un claro compromiso con el ‘fondo verde’ para los países en desarrollo y el apoyo a su transición climática. Todo esto genera un libre albedrío el ‘mercado de carbono’ que posibilita que la temperatura del planeta aumente hasta 3,2ºC con respecto a la época pre-industrial.
Estas acciones del régimen chileno a la crisis climática, tendrá demoledores impactos climáticos, ambientales, sanitarios y sociales, los cuales irán de la mano con cada vez frecuentes estallidos sociales que derribarán gobiernos, sistemas políticos y económicos, a la vez que forzarán a migraciones masivas y multiplicidad de conflictos a nivel nacional, regional y global.
Emisores eluden compromisos apelando al libre comercio
Los 73 países que conforman la Alianza por la Ambición Climática, junto al movimiento social por la Justicia Climática, y el Pacto Verde Europeo de la CE, presionaron durante la COP 25 para que se reforzaran los planes nacionales de acción climática a partir del 2020.
De ellos, tan solo 11 han iniciado los procesos internos para relanzar sus nuevas metas. Sin embargo, estos países sólo representan el 10% de las emisiones globales, mientras los principales emisores de gases invernadero: China (29%), India (7%), y Japón (4%), no disminuirán sus emisiones en el corto plazo. Mientras Estados Unidos, que genera el 16% de las emisiones globales, ya inició su retirada del acuerdo de París.
En este contexto, el viceministro de medio ambiente de China, Zhao Yingmin, aprovechó la COP 25 para responder a la amenaza de la Unión Europea de imponer aranceles de carbono a los productos importados de países sin suficientes medidas de protección climática: “todas las partes deben unirse para oponerse con todas sus formas al unilateralismo, incluido el proteccionismo comercial, y mantener el rumbo en nuestros esfuerzos colectivos para combatir el cambio climático”, dijo Yingmin.
La “adicción al carbón” cubrió la COP 25
En relación al artículo 6 del Acuerdo de París, en un extremo de las negociaciones se ubica la Unión Europea, que no esta dispuesta a aceptar un pacto que no fije reglas duras y seguras para garantizar que el mercado de emisiones de carbono no se convierta en un enjambre de proyectos engañosos, o de doble contabilidad de las emisiones de efecto invernadero.
Al otro lado se encuentran China, India, Australia y Brasil, los que cuentan con derechos de emisión acumulados desde el Protocolo de Kioto, pacto que a partir del 2020 será sustituido por el Acuerdo de París. Esto permitiría a los países con un balance negativo de emisiones de carbono, poder “comerciar” con los créditos que no utilizan con aquellos países que emiten por encima de sus objetivos climáticos. Por ello Brasil, China e India, buscan intercambiar sus excedentes de créditos no utilizados con anterioridad, por lo que presionan para que los “créditos de arrastre” se validen de manera retroactiva, y no a partir del 2020.
Tras el desastre de Fukushima (2011), Japón retrasó sus planes de desarrollo en base a la energía nuclear, volcándose al uso intensivo de carbón. Desde 2012, Japón ha levantado 12 nuevas plantas de carbón, y tiene otras tantas en proceso de construcción. Además, es uno de los países que más dinero invierte en la construcción de centrales de producción eléctrica a base de carbón en el extranjero, lo cual dificultará que pueda cumplir con su compromiso nacional (NDC).
Por su parte, Australia continúa invirtiendo en la industria del carbón, habiendo señalado públicamente que no va a reducir sus emisiones de carbono. Durante la COP25, Australia fue uno de los más arduos defensores de medidas de ‘créditos arrastre’ del Protocolo de Kyoto, lo que le permitirían cumplir con sus objetivos de reducción de emisiones, ya que si se usan los parámetros de Kyoto, -como pretende Australia-, solo tendría que reducir sus emisiones en apenas un 16% para el 2030
Como una señal de la “real politik”, mientras se desarrollaba la COP 25 en Madrid, Arabia Saudita colocaba en la bolsa de Riyadh a la petrolera Aramco, una de las mayores y mas rentable del mundo, habiendo señalado el gobierno chino su decisión de comprar acciones de la petrolera través del Silk Road Fund. De manera paralela, los presidentes de China y Rusia firmaban un acuerdo de venta de 38.000 millones de metros cúbicos de gas de Moscú a Pekín para 2025.
La cooptación de los side-events de la presidencia chilena de la COP 25 de parte de las transnacionales del agua y la energía
El marcado sesgo pro- empresarial de la presidencia chilena durante las negociaciones de la COP 25, también se reflejó en los eventos paralelos (side events) que fueron organizados por el pabellón del gobierno sudamericano durante los 12 días de esta Cumbre en España.
Allí, los temas más estratégicos que se discutieron fueron cooptados por los grupos empresariales chilenos y/o compañías transnacionales, especialmente europeas, varias de los cuales son responsables de la actual crisis política chilena que es la mayor rebelión social en la historia del Chile actual. Entre ellas las transnacionales Suez y Aguas de Barcelona, quien controla Aguas Andina, la principal empresa sanitaria del país andino. Estas empresas fueron unas de las principales patrocinadoras de la COP25 en Madrid, junto a la transnacional energética italiana Enel, la cual también opera en Chile.
Como ejemplos se encuentra el evento “Acelerando la transición hacia la economía circular”, fue organizado por Aguas Andinas, y contó con la participación de los máximos representantes de las transnacionales españolas Aguas Andinas, Iberia-Enel, junto al Global Compact Chile; la presentación “Aportando recursos hídricos y abastecimiento bajo un futuro climático incierto”, también organizado por Aguas Andinas, con la participación de Aguas de Barcelona junto a la ong TNC (USA); el evento paralelo “Nuevos instrumentos financieros para restauración y planes nacionales para contribuir a la implementación del NDC”, que contó con la participación de Aguas Andina y la ong NRDC (USA).
El lanzamiento de la publicación “Glaciares, cuencas andinas, hielo en peligro”, fue coordinado por Aguas Andina, mientras que el evento “El papel de sector energético en lograr la carbono neutralidad”, fue realizado por la italiana Enel junto a la Asociacion de Empresas Generadoras de Chile. Y el seminario “Objetivos basados en la ciencia para el cambio climático”, estuvo a cargo de Aguas Andina, la empresa 3M, y la Fundación Empresa y Clima, siendo expositores el presidente y el encargado de comunicaciones de Aguas Andina, 3M España, Steycon, y de Aguas Barcelona.
Política doméstica y financiamiento internacional vía cambio climático
Llamó la atención en Madrid el evento organizado por la presidencia chilena de la COP 25 denominado “El papel de la electricidad en la descarbonización del sector energético”, donde participaron el activo y viejo presidente chileno Ricardo Lagos, junto a la transnacional Enel Green Power (Italia) , StatKraft (Suecia), Mainstream, Asociacion de Generadoras de Chile y Edison International, CLG-Chile
El tema “Dialogo Global para transporte sustentable”, estuvieron presentes la Generadora Enel, Hidrogeno Verde para la Acción Climática, la Asociación Chilena de Empresas Generadora Electricas, la Asociación Chilena del Hidrógeno, la Asociación Española del Hidrógeno, Fuel Cell and Hydrogen Joint Undertaking (USA), Canadian Hidrogen Fuel Association, Prime Energy (Chile), y National Organization Hydrogen and Fuel Cell Tech (Alemania).
Por su parte en el encuentro “Calidad de Aire Urbano”, estuvieron presentes Gazprom (Rusia),Group of Liquiefied Natural Gas (Francia),Enagas (España),AGN (Chile),IGU (España); Futuro Libre de Carbon, Euroelectric, Engie-Chile, Global Wind Energy Council;
Para el evento “Proxima generación del mercado de carbón”, participaron el World Bank Group, y el International Emmission TradingAssociation, y en Unloking Hydrogen: Siemen (Alemania) y Bloomberg (USA).
Finalmente, en el tema “Restauración forestal y economía circular”, estuvo a cargo de la CMPC Celulosa, Dendrón, junto a las ongs internacionales TNC y EDF.
La agenda “verde” empresarial controlará la política ambiental chilena
El reemplazo de la agenda ambiental en Chile por la imposición al Estado de un plan de acción “verde” del gran empresariado nacional y de las compañías transnacionales, mediante el hábil aprovechamiento de la dinámica de la COP 25, son otros impactos que deberán afrontar el medio ambiente, la ciudadanía y las comunidades locales a partir del 2020 en el Cono Sur.
Para ello, la Compañía Manufacturera de Papeles y Cartones (CMPC), coordinó el Plan de Acción para Combatir el Cambio Climático de ocho sectores empresariales. Esta será la hoja de ruta que guiará la agenda gubernamental sobre el medio ambiente.
En ella destacan la mesa de la banca, la cual implementará una estrategia de “finanzas sostenibles”, mediante la creación de una “mesa público-privada de finanzas verdes” que incorporará principios ambientales, sociales y de gobierno corporativo.
La mesa de energía, coordinada por las empresas generadoras de Chile, buscará flexibilizar los sistemas eléctricos, perfeccionar el precio al carbono, reconvertir el transporte privado, público y de carga a los combustibles limpios, y la reconversión de unidades a carbón, entre otras medidas;
La mesa de transporte aéreo y marítimo, a cargo de los Armadores de Chile y de la IATA (líneas aéreas) , promoverá el empleo de biocombustibles y de energías alternativas. La mesa del agua coordinada por “Reguemos Chile” y Andess, promoverá los “incentivos tributarios y fiscales para la conservación y protección del recurso agua”.
Por su parte, la mesa de minería dirigida por la Sociedad Nacional de Minería (Sonami), impulsará alianzas pública-privada para desarrollar propuestas de economía circular, compensación de emisiones (offset) mediante el desarrollo y facilitación del mercado de bonos de carbono, el empleo de impuestos para apoyar iniciativas de carbono-neutralidad, e instrumentos de financiación, como subsidios y tasas preferenciales, entre otras.
La mesa de la construcción, a cargo de la Cámara Chilena de la Construcción, impulsará la inversión en infraestructura pública y privada priorizando de proyectos hídricos, la protección de infraestructura portuaria y costera. La mesa agroforestal, coordinada por la SNA y la Corma, impulsará que se destinen fondos públicos para proyectos de investigación, especialmente en economía circular, la obtención de agua por fuentes no convencionales, y asegurar que el recurso hídrico para las producciones presentes y futura.
Finalmente, la mesa de comercio , coordinada por la Cámara Nacional de Comercio, promoverá medidas de eficiencia energéticas para supermercados, grandes tiendas y centros comerciales.Juan Carlos Cárdenas