A l’encontre, 18-6-2020
Traducción de Ruben Navarro – Correspondencia de Prensa
El 5 de marzo de 2020, CBS News informó que en todos los bares Starbucks de los aeropuertos en los Estados Unidos, el salario medio por hora de los empleados negros era 1,85 dólares inferior al de los empleados blancos. Este resultado fue proporcionado por la organización sindical Unite Here, sobre la base de unos 2.000 trabajadores sindicalizados. En algunos lugares, como en el aeropuerto intercontinental George Bush, la desigualdad salarial era de 2,84 dólares. Hay que tener en cuenta que el salario medio, según Unite Here, es de 13,12 dólares por hora, lo que evidencia la realidad cuantitativa de la discriminación salarial y sus consecuencias. O, como lo describe otra encuesta: dificultades para afrontar los gastos de vivienda y otros gastos de manutención. Además, a las discriminaciones salariales hay que agregar las discriminaciones por motivos de orientación sexual.
Está de más decir que la dirección de la empresa que dirige la marca Starbucks en 27 aeropuertos de los Estados Unidos y Canadá y que emplea a 23.000 personas, HMSHost, desmintió los resultados de estas encuestas. HMSHost es una subsidiaria del grupo italiano AutoGrill, que opera en 31 países y que está controlado por el holding de la familia Benetton. En un correo electrónico, uno de los portavoces de HMSHost dijo que la compañía » brinda buenos puestos de trabajos de principiantes que permiten que miles de nuestros asociados entren en la vida activa».
La duplicidad del marketing de Starbucks y HMSHost, tanto en lo que se refiere al mensaje dirigido a los clientes como a la composición de la plantilla de empleados con bajos salarios -en parte afroamericanos- queda aún más clara en medio de la campaña «Black Lives Matter». Eso es lo que describen los dos artículos publicados a continuación. (Redacción de A l’encontre)
***
Marcha atrás de Starbucks: se ve obligada a autorizar al personal a llevar ropa con la leyenda “Black Lives Matter”.
Lauren Aratani
The Guardian, 12-6-2020:
https://www.theguardian.com/business/
El viernes 12 de junio, Starbucks declaró que los empleados serán finalmente autorizados a llevar ropa e insignias en apoyo del movimiento «Black Lives Matter», una respuesta a las reacciones del personal y al boicot a la cadena de cafés después de que la misma prohibiera a los empleados llevar sus propias camisetas e insignias en apoyo del movimiento.
En un boletín de noticias de la semana anterior, Starbucks había declarado que los empleados tenían prohibido usar ropa que apoyara a «Black Lives Matter» porque eso violaba la política de la empresa en materia de código vestimentario.
El boletín, que BuzzFeed News se pudo procurar a principios de esta semana (la semana del 8 de junio, Ndt), afirmaba que los empleados «no pueden llevar inscripciones o distintivos que defiendan una causa política, religiosa o personal».
La vicepresidente de Starbucks, encargada de la diversidad y de la inclusión, Nzinga Shaw, explicó en un video interno por qué la ropa que subraya la importancia de las vidas negras va en contra de la política de la empresa.
En el mismo, «(Shaw) explica que hay agitadores que malinterpretan los principios fundamentales del movimiento Black Lives Matter -y en algunas circunstancias los alteran intencionalmente para incrementar las divisiones» (1).
Los empleados dijeron a BuzzFeed News que, por otro lado, Starbucks permite el uso de ropa y accesorios que apoyan los derechos de las personas LGBTQ y que incluso distribuyó escarapelas que apoyan esa causa.
Starbucks ha sido criticado por apoyar públicamente el movimiento Black Lives Matter -como lo han hecho muchas compañías estadounidenses en las últimas semanas- mientras que en privado les dice a los empleados que no pueden usar ropa y símbolos que apoyen el movimiento.
En respuesta a esas críticas, Starbucks dijo el viernes 12 de junio que diseñaría y distribuiría 250.000 camisetas con reproducciones de pancartas del movimiento de protesta, una de las cuales dice explícitamente: «Black Lives Matter».
«Estos son tiempos alarmantes e inciertos, y la gente está sufriendo en todas partes. Ustedes nos dijeron que debían expresarse en el lugar trabajo: «¿Entienden cómo me siento? ¿Entienden que la comunidad negra está sufriendo?», dijo Starbucks en una declaración anunciando el giro de 180° grados en su política. «Los vemos. Podemos oírlos. Las vidas negras cuentan. Eso es un hecho y nunca va a cambiar.»
A principios de este mes, antes del giro, Starbucks también habia anunicado que tenía planeado dar un millón de dólares a «organizaciones que promueven la equidad racial y comunidades más justas e inclusivas».
Starbucks ya había sido criticada por prejuicios raciales en sus cafeterías. En 2018, dos hombres negros fueron arrestados en Filadelfia después de que un empleado dijera que estaban «en infracción» porque se negaron a comprar café y a salir de la tienda. El vido de la detención de los dos hombres fue difundido provocando numerosas críticas.
Respondiendo a este incidente, Starbucks cerró todas sus cafeterías en los EE.UU. por una tarde para llevar a cabo una formación interna sobre los prejuicios raciales.
Nota
(1) En noviembre de 2019, la dirección de Starbucks contrató a Nzinga Shaw, una mujer afroamericana, como responsable de «la inclusión y la diversidad». Ya tenía experiencia con organizaciones deportivas como la NFL (National Football Leage), la asociación de equipos profesionales de fútbol americano, que había dejado de lado a Colin Kaepernick, conocido por haber iniciado el gesto de arrodillarse durante la emisión del himno nacional estadounidense. (Redacción. A l’encontre)
***
La ola de indignación que hizo recular a Starbucks
Chris Walker
Truthout, 12-6-2020
Tras el asesinato de George Floyd por la policía, muchas empresas están tratando de captar para su propio beneficio la ola de indignación pública contra la violencia policial y el racismo contra los negros. Su política de comunicación y su publicidad también proclaman que «Black Lives Matter». Incluso si sus prácticas las contradicen cuando no apoyan a los empleados que expresan su solidaridad con el movimiento en los lugares de trabajo.
Pero algunas, sin embargo, se enfrentan a la presión pública, la que les exige que eliminen los reglamentos internos que obligan a los trabajadores a guardar silencio.
Esta semana (la del 8 de junio, Ndt), Starbucks Coffee inundó las redes sociales con mensajes de apoyo al movimiento Black Lives Matter (BLM), siendo que la empresa acababa de impedir a sus empleados que hicieran público su apoyo en el lugar de trabajo. Esta duplicidad indignó y creó una presión considerable que llevó a la empresa a cambiar su posición.
En efecto, como consecuencia de esas presiones, el viernes 12 de junio, Starbucks Coffee anunció que sus empleados podían llevar símbolos del movimiento en los lugares de trabajo. Según la revista Forbes, Starbucks planea incluso imprimir 250.000 camisetas para que quienes lo deseen, puedan manifestar su apoyo.
En el boletín interno de la empresa, Starbucks les dice a sus empleados: «Entendemos su voluntad de mostrar su apoyo. Sean ustedes mismos, pónganse un pin o una camiseta de BLM».
Este anuncio marcó un cambio radical en la política de la compañía, a tal punto que algunos lo critican como hipócrita.
El 4 de junio, la compañía había tuiteado su «(compromiso) de actuar, y apoyar a nuestros colegas, a nuestros clientes y a la comunidad negra».
Las palabras «Black Lives Matter» encabezaban el tuit. Y la semana anterior, el 30 de mayo, el Director general y presidente de Starbucks, Kevin Johnson, había comunicado a sus empleados su compromiso y la promesa de que la empresa sería un lugar de trabajo respetuoso de sus empleados y sus clientes negros. «Somos una familia. Actuamos con empatía y compasión. Y en todas las circunstancias honramos nuestras diferencias», escribió.
Sin embargo, antes del anuncio del 12 de junio, la política de la compañía era mucho más estricta contra aquellos que se atrevían a mostrar su apoyo a las causas políticas, incluido el movimiento «Black Lives Matter».
Una nota interna enviada la semana pasada advertía a los empleados sobre la obligación de no usar símbolos o ropa con mensajes de Black Lives Matter. La empresa reiteró la prohibición de llevar ropa o accesorios «que expresen un punto de vista político, religioso o personal».
BuzzFeed News obtuvo ese boletín interno, el que deja entender que esa política tendría como objetivo el de proteger a los trabajadores de los «agitadores» externos que tratarían de «incrementar las divisiones» si ese tipo de mensajes aparecieran en la ropa de los empleados.
Sin embargo, al mismo tiempo, y justo cuando comenzaba el Mes del Orgullo («Pride Month», del 1 al 30 de junio), Starbucks alentaba a sus empleados a llevar símbolos LGBTQ+, aunque algunos temían que ese tipo de demostraciones pudiera provocar reacciones y el acoso de los clientes.
«Los compañeros y compañeras de trabajo LGBTQ+ de Starbucks que llevan prendedores y camisas LGBTQ+ también podrían ser víctimas de la violencia entre colegas y por parte de los clientes», dijo un trabajador transexual a BuzzFeed. «Algunos de nuestros compañeros de trabajo han sido víctimas de acoso, transfobia u homofobia porque llevaban puestos pines o camisetas con inscripciones. Y en cada uno de estos casos, Starbucks los apoyó».
Pero en Starbucks, a veces las víctimas del racismo no son empleados. En 2018, dos clientes negros esperaban en un local de Starbucks a una tercera persona. Fueron acusados de violar las reglas del restaurante y fueron arrestados por intrusión. Y sin embargo, como ambos lo afirman, antes de hacer un pedido, habían declarado claramente que estaban esperando que llegara una tercera persona. Y aún así, un empleado blanco llamó a la policía…
El hecho había alarmado a la prensa nacional, y uno de sus principales titulares hizo que Starbucks organizara rápidamente y a escala nacional un día de formación sobre el racismo para todo el personal. Para algunos, la iniciativa habría aportado información útil sobre cuestiones relacionadas con la raza y el racismo que algunos, tal vez, no conocían antes. Otros mostraron una visión más crítica sobre la jornada de formación. Según un empleado negro que participó en el cursillo, «a veces nos decían cosas que no tenían nada que ver… Veíamos muchos videos y luego discutíamos sobre el contenido y nuestros puntos de vista, pero no intercambiamos suficiente información entre nosotros mismos sobre el momento que estamos viviendo», dijo a Time.