Editorial de The Socialist edición 1285, Gran Bretaña
Keir Starmer y Rachel Reeves. Foto: Parlamento del Reino Unido/CC
El Nuevo Laborismo de Sir Keir Starmer pasó la campaña electoral repitiendo sin cesar que tendrían que tomar “decisiones difíciles” en el cargo. Ahora están redoblando su apuesta, afirmando estar sorprendidos por el terrible “agujero negro” de 22.000 millones de libras que los conservadores han dejado en las finanzas públicas.
En realidad, estaba claro para todos que el gobierno conservador de Sunak actuaba en interés de la élite capitalista súper rica cuando tomaba sus decisiones de gasto, y no de la mayoría de la clase trabajadora y media. El teatro del nuevo gobierno sobre las “decisiones difíciles” está diseñado para prepararnos para que ellos pretendan comportarse fundamentalmente de la misma manera.
“Porque si no podemos permitírnoslo, no podemos hacerlo”, fue el estribillo repetido de la canciller Rachel Reeves, anunciando recortes en el pago de combustible de invierno de los pensionados, proyectos de infraestructura ferroviaria y vial, reconstrucción de hospitales y eliminando el límite previsto de financiación de la asistencia social para adultos.
¡Pero “nosotros” podemos permitírnoslo! No falta riqueza en Gran Bretaña. Durante el mandato de los conservadores, la riqueza de las diez personas más ricas del país creció de £47 mil millones a £182 mil millones, un aumento del 281%. Sin embargo, el Nuevo Laborismo nos dice que no hay dinero para garantizar que los padres puedan alimentar a sus hijos.
La negativa a revertir el límite de prestaciones de dos hijos impuesto por los conservadores en 2017, cuando hacerlo elevaría inmediatamente a 330.000 niños por encima de los niveles oficiales de pobreza, es un ejemplo de su determinación de frenar las expectativas de millones de que el «cambio» vendrá con un nuevo gobierno en lugar. Suspender a siete diputados del Partido Laborista Parlamentario por atreverse a votar a favor del levantamiento del límite es otra.
Los siete suspendidos
La suspensión de los siete es más draconiana incluso que durante el primer gobierno del “Nuevo Laborismo” de Blair. Luego, 47 parlamentarios se rebelaron contra el recorte del gobierno a las prestaciones para padres solteros, pero no se tomó ninguna medida contra ellos. Hoy, después de que la clase capitalista se sintiera sacudida y alarmada por el sentimiento antiausteridad de la sociedad que se refleja en el liderazgo de Jeremy Corbyn en el Partido Laborista, Starmer está decidido a aplastar incluso a la más pequeña oposición de izquierda dentro del Partido Laborista.
Como resultado, pocos, incluso del pequeño número de parlamentarios laboristas todavía afiliados al «Grupo de Campaña Socialista» de izquierda, encontraron el coraje para votar a favor de la enmienda. Algunos se abstuvieron o no estuvieron presentes, incluida Diane Abbott, quien hizo una declaración pública de que habría votado a favor de la enmienda si hubiera estado allí, pero vergonzosamente algunos diputados supuestamente de izquierda votaron con el gobierno, incluidos Dawn Butler, Clive Lewis, Kat Smith. y Tahir Ali.
Los siete que tuvieron el coraje de sus convicciones tendrán que sacar las conclusiones necesarias de los acontecimientos de esta semana, al igual que el movimiento obrero en su conjunto. La carta de Sir Alan Campbell, líder laborista, a los siete los suspendió durante seis meses y decía que al final de ese período se emitiría un juicio sobre su restitución al Partido Laborista Parlamentario en función de su “conducta durante la suspensión”. y “voluntad de cumplir con el látigo en el futuro”.
Lo peor que podrían hacer los siete sería sucumbir a esta presión, inclinarse y votar con el gobierno cuando no logra cumplir con la clase trabajadora.
Desafortunadamente, habrá muchas otras cuestiones en las que será necesaria la misma postura de principios que adoptaron sobre el límite de la prestación de dos hijos: tal vez incluyendo, por ejemplo, aspectos de la Ley (anti)sindical de 2016 que el Partido Laborista no cumple. retirarse, el no introducir controles de alquileres, los cambios regresivos en la financiación de los estudiantes, hacer un mal trato con Tata Steel en lugar de nacionalizar, o el no retirar las licencias de exportación de armas a Israel.
Jeremy Corbyn y los otros cuatro parlamentarios independientes han escrito a los siete parlamentarios laboristas suspendidos ofreciéndoles trabajar estrechamente con ellos. Eso ofrece la posibilidad de que un bloque de parlamentarios en Westminster luche para representar los intereses del movimiento sindical y de la clase trabajadora en general. Lo más importante es que el movimiento sindical debería aprender lecciones de estas primeras experiencias del Nuevo Laborismo de Starmer en el gobierno.
