El mundo funciona bajo el patrón dólar, la divisa por excelencia, no sólo porque las materias primas cotizan en dólares sino que muchos países piden prestado dólares si éstos se encuentran a un precio atractivo, es decir, un bajo tipo de interés frente a la la moneda local.
Esta realidad lleva a que las decisiones sobre política monetaria que emprende la Reserva Federal serán cruciales no sólo para la propia economía estadounidense sino también, para muchos otros países.
Los inversores tienden a preocuparse sobre la sostenibilidad de la deuda en dólares estadounidensesen aquellas economías de mercados emergentes que dependen especialmente de esta divisa. Tenemos varios ejemplos como puedan ser Argentina, Filipinas, Indonesia, Turquía y Brasil.
Recientemente, hemos visto o como se ha producido una fuerte depreciación del peso argentino, la lira turca, y el real brasileño, siendo las tres divisas que más se han depreciado en lo que va de año, lo que lleva a preguntarnos ¿qué está pasando?
¿Por qué la subida de tipos de la Reserva Federal machaca a los países emergentes?
En primer lugar, hay que entender por qué se producen fuertes devaluaciones en los países emergentes. Cuando se llevan a cabo subidas de tipos de intereses por parte de la Reserva Federal, siempre hay que tener un ojo puesto en la evolución de los mercados emergentes porque suelen producirse ciertas complicaciones en su desarrollo.
Por un lado, que Estados Unidos incremente sus tipos de interés significa que el dinero estará mejor remunerado allí, por lo que puede producirse una reversión de los flujos de capital. Debido a que muchos países emergentes tienen déficits fiscales o de cuenta corriente, y dependen, en gran medida, de los flujos externos para poder financiarlos. Una vez desaparecen o se reducen estos flujos, y se dirigen al dólar, se producen graves desequilibrios en la evolución de los países emergentes.
La otra cuestión relevante es que muchos países emergentes optan por financiarse vía dólares, aprovechando los bajos tipos de interés que ha impulsado la Reserva Federal durante los últimos años.
Cuando se produce una reversión de los flujos de capital hacia Estados Unidos se produce una apreciación de la divisa estadounidense frente en la moneda local, por lo tanto es más difícil atender a la deuda contraída denominada en dólares con el tipo de cambio devaluándose.
Por lo tanto, aquellos países que dependen de la financiación externa, son especialmente sensibles a las decisiones de política monetaria de la Reserva Federal, Y por lo tanto, se producen fuertes volatilidades en los mercados emergentes que más vinculados están al dólar.
Y aquí viene el problema… Tenemos a la Fed subiendo tipos de interés y, al mismo tiempo, alrededor de 249.000 millones de dólares deben ser reembolsados o bien refinanciados a lo largo del próximo año. Ese es un legado de una década de atracones de deuda durante la cual los mercados emergentes más que duplicaron sus préstamos en dólares, ignorando las muchas lecciones de la historia de la crisis de la deuda latinoamericana de los años 80, la crisis financiera asiática de los 90 y el default argentino de principios de siglo.
Argentina: El peso argentino se hunde un 25% en lo que va de año
Argentina ha mantenido en los últimos años una debilidad en términos de déficit en cuenta corriente y falta de claridad en el desarrollo de su política monetariaen tiempos de intervención de las divisas. Para Argentina, la deuda denominada en dólares asciende a 150.000 millones.
Hay un dato que es especialmente relevante en Argentina. Los bancos argentinos tienen altos niveles de posiciones abiertas netas en divisas, es decir, los préstamos en dólares no se compensan con los depósitos en dólares. Las posiciones abiertas netas de los bancos argentinos se sitúan en el 14%.
Esta situación ha motivado la caída del peso. Argentina elevó la tasa de interés a un día a la más alta del mundo y vendió algunas de sus reservas de divisas. El Banco Central de Argentina subió sus tipo de interés por tercera vez a un sorprendente 40%. Además, ha tenido que vender 8.000 millones de dólares de sus reservas desde principios de marzo en su intento fallido de detener una caída del 25% en el valor del peso.
Para poder estabilizar el peso, el presidente de Argentina, Mauricio Macri, tomó la decisión de solicitar asistencia financiera de 30.000 millones de dólares al FMI.
Esto no es la primera vez que sucede en Argentina. En 2001, la preocupación por la devaluación del peso provocó picos en los tipos de interés a un día, disparando los diferenciales de los bonos entre la deuda argentina y la estadounidense, que se aceleraron hasta convertirse en un verdadero ataque al sistema bancario del país, y muchos se apresuraron a retirar dinero de las instituciones financieras del país.
Turquía: La lira turca vive una depreciación del 17%
Turquía cuenta con amplios déficits de la balanza por cuenta corriente, el aumento de la deuda externa y las consiguientes grandes necesidades de refinanciación en el contexto de los mayores riesgos políticos y el aumento de los tipos de interés mundiales-
Como se puede apreciar en el siguiente gráfico, la balanza por cuenta corriente de Turquía se ha disparado en la última década. En los primeros tres meses de 2018, el déficit por cuenta corriente saltó a 16.390 millones de dólares desde 8.380 millones en el mismo período de 2017.
Aunque las necesidades de endeudamiento externo del propio Gobierno son relativamente bajas, el país tiene necesidades de financiación externa muy importantes, dados los considerables déficits de la balanza por cuenta corriente, la madurez de la deuda a largo plazo y los altos niveles de deuda a corto plazo. Esta exposición externa ha seguido creciendo durante el último año y se espera que continúe haciéndolo.
Las reservas de divisas del país son muy bajas en comparación con estas necesidades, se espera que el Indicador de Vulnerabilidad Externa del país se eleve a más del 200%, que es extremadamente alto y señala una exposición cada vez mayor a los cambios en el sentimiento de los inversores internacionales.
Toda esta combinación nos lleva a una fuerte depreciación de su divisa, la lira turca que cae un 17% frente al dólar. Cabe destacar de Turquía que sus riesgos políticos aumentan su vulnerabilidad a los choques externos, con la convergencia de los riesgos de la arena geopolítica y la política interna.
Por si fuera poca incertidumbre para la lira, en el frente interno, la represión legal del gobierno desde el fallido golpe de estado de julio de 2016 ha tenido un efecto negativo en el clima de inversión y las relaciones entre Turquía y Estados Unidos y la UE.
Brasil: El real brasileño pierde un 11%
Cuando el ex presidente populista de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, fue encarcelado por corrupción, se esperaba que los mercados festejaran el fin de las esperanzas de regreso del líder izquierdista en las elecciones de este año.
Pero en lugar de repuntar, la moneda de Brasil, el real brasileño, se dirigió en la dirección opuesta, tocando sus niveles más bajos desde 2016. Entran en juego los factores mencionados de repatriación de dólares por la subida de tipos pero también, la liquidación por parte del banco central de miles de millones de dólares de swaps que fueron utilizados por los inversores como cobertura.
Durante la presidencia de Rousseff, el banco central vendió 114.000 millones de dólares en swaps de divisas para ayudar a suavizar la volatilidad del real, impulsada por la incertidumbre política interna y las dudas sobre la política monetaria de Estados Unidos.Aún así, el real brasileño pierde un 11% frente al dólar en lo que va de año.
Los swaps proporcionaron una cobertura a los inversores que compraban activos denominados en reales brasileños para aprovechar el carry trade -estrategia de vender una divisa con una tipo de interés bajo y comprar otra con un tipo de interés de interés superior.
No obstante, uno de los puntos fuertes de Brasil es la gran cantidad de reservas de divisas que disponen, lo que concede a su autoridad monetaria un margen más que suficiente para evitar un hundimiento del real brasileño, vendiendo dólares y comprando su divisa.