Nick Wurst SMART-TD Local 1473 y Railroad Workers United (a título personal) Worcester, MA
En Estados Unidos, los sindicatos son más populares que los dos partidos corporativos: el republicano y el demócrata. En los últimos años, el movimiento obrero ha recibido un apoyo mucho mayor del público estadounidense que los partidos republicano y demócrata . Por octavo año consecutivo, el apoyo a los sindicatos superó el 60%, mientras que el apoyo a los dos partidos corporativos no llegó a más del 51%. Esto refleja cómo la clase trabajadora, en gran medida desorganizada , ve a los sindicatos como una forma de luchar contra la creciente disparidad de la riqueza y el continuo deterioro del nivel de vida.
Hasta ahora, los sindicatos no han podido transformar ese apoyo en un aumento de la afiliación sindical . La densidad sindical había disminuido a un mínimo histórico del 10% a finales de 2023. Con frecuencia se cita la legislación laboral antisindical como uno de los mayores obstáculos para el movimiento obrero, ya que dificulta la organización de nuevos lugares de trabajo y la defensa de los ataques a las fuerzas de trabajo ya sindicalizadas. En términos generales, la estrategia política del movimiento obrero para conseguir leyes laborales más favorables ha sido contribuir con dinero, personal de organización y otros recursos a las campañas electorales de los republicanos y los demócratas. En cuatro de los últimos cinco ciclos electorales, los sindicatos gastaron más de 200 millones de dólares en las elecciones . En los cinco, más del 85% de ese dinero se destinó al Partido Demócrata.
Estos cientos de millones de dólares no han aumentado la densidad sindical ni mejorado el nivel de vida de la mayoría de los trabajadores. Las dos administraciones demócratas más recientes nunca aprobaron la emblemática legislación pro-laboral prometida a cambio del apoyo sindical ( la Ley de Libre Elección de los Empleados [EFCA] bajo Obama y la Ley de Protección del Derecho a Organizarse [PRO] bajo Biden ) a pesar de varios años de controlar la Presidencia y ambas cámaras del Congreso al mismo tiempo.
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