La distancia geográfica entre la Comuna de La Pintana y la Comuna de Las Condes es de tan solo 24 Km; la distancia entre la Comuna de San Joaquín y la de Vitacura es de 16 Km;, la distancia entre Renca y Lo Barnechea es de 27 Km; la distancia entre Lo Prado y Providencia es de 15 Km; todas ellas comunas del Gran Santiago, una mega urbe con alrededor de ocho millones de habitantes. Sin embargo, si nosotros examináramos con un poco más de detención estos datos nos encontraríamos con que esas comunas nombradas, o mejor dicho, grupos de comunas, parecieran no pertenecer a la misma ciudad sino que a países completamente distintos.
Es así entonces que en las comunas donde ganó el RECHAZO en el último plebiscito viven aproximadamente 551.000 personas, lo que indica que en el resto de Santiago se agrupan los siete millones y medio de personas restantes. Una ciudad segregada, una especie de Apartheid construido no principalmente a lo largo de diferenciación racial (aunque si la hay), sino más bien a través de siglos de segregación por clases sociales: “aquellos que nacieron para mandar separados de los sirvientes que nacieron para obedecer»
Cómo viven? Quiénes son?
Uno de los aspectos que resulta notable es la esperanza de vida; en Vitacura esa esperanza de vida es de 88 años, en Renca, tan solo a 18 Km de distancia, la esperanza de vida es de solo 75 años. Que explica que entre un “vecino” de Vitacura y un “poblador” de Renca existan esos 13 años de diferencia respecto a la esperanza de vida? Trataremos de examinar el tema.
Uno de los indices más utilizados son los relacionados a la calidad de vida. Estos toman en cuenta el nivel de los ingresos, la infraestructura existente (iluminación, alcantarillado, agua potable, vías de comunicación, calles y autopistas, telefonía, acceso a áreas verdes, etc), los servicios disponibles (centros de salud y hospitales, establecimientos educacionales, retiro de basura, oficinas públicas, etc) y la seguridad (cuarteles policiales y guardias de seguridad municipal) que se provee a los habitantes. En Vitacura la calidad de vida alcanza un índice de 75; en Lo Prado de 47, y en La Pintana de 38.
Los ingresos por hogar en Lo Espejo “ascienden” a $ 146.000 mensuales, en Renca a $ 128.000, en San Joaquín a $ 145.000; a su vez, los ingresos por hogar en Vitacura son del orden de $ 1.340.000 (un millón trescientos cuarenta mil), y en Providencia de $ 1.145.000 (un millón ciento cuarenta y cinco mil). Estos datos, referidos a los ingresos, corresponden al 2011, lo que hace suponer que en los nueve años transcurridos esa diferencia respecto de ingresos es hoy día aun mayor.
En Renca el 21 % de la población vive bajo la línea de la pobreza, en Lo Espejo es el 22 %, y en San Joaquín el 27 % de sus habitantes vive bajo la línea de la pobreza. La línea de pobreza en 2020 ha sido establecida en ingresos inferiores a $ 171.000 al mes.
Considerando niñas entre 15 a los 19 años, en La Pintana el 72.7 % se embaraza, en Renca es el 65.8 %, en Lo Prado es el 58.8 %; en contraposición en Vitacura es el 0 % (si, leyó bien, el cero por ciento), en Las Condes el 4.8 %, y en Providencia el 6.6 %. Estos indices de embarazo juvenil tienen catastróficas consecuencias para la vida posterior, con las consiguientes trabas para completar educación, acceder a trabajos dignos, y llega a constituir una “cultura» y un ciclo que se reproduce generación tras generación…
Respecto a educación: resultados de la prueba SIMCE (promedios en 4º básico): El Bosque con un promedio de 250, Lo Espejo con un promedio de 247, Lo Prado con un promedio de 255. En contraposición, Vitacura con un promedio de 303, Las Condes con 299, Lo Barnechea con 289.
Y respecto de promedios de puntaje en la PSU (prueba para acceder a la Universidad), Cerro Navia tiene un promedio de 402, La Pintana con 441, San Ramón con 443. Esos promedios en la PSU en Vitacura son de 618, en Las Condes de 605, y en Lo Barnechea de 611.
En Conchalí el 13 % de los estudiantes reprueban la enseñanza media, en San Ramón es el 11 %, y en Lo Prado el 10 %. Comparativamente en Vitacura quienes reprueban la enseñanza media son el 2,2 %, en Las Condes el 3 %, y en Lo Barnechea el 3,5 %.
Tomando en consideración el total de defunciones por comuna y comparándola con la tasa de suicidios, en La Pintana el 3.7 % de sus habitantes se suicidan, en Renca es el 3,3 %, en Huechuraba es el 3,2 %. En Vitacura solo el 1.1 % se llega a suicidar, y en Las Condes es exactamente la misma cifra, 1,1 %.
Según datos de la encuesta CASEN el índice de pobreza en la Comuna de San Joaquín es el 100 % (si, el cien por ciento, la totalidad de sus habitantes son pobres, algunos ciertamente más que otros), en Lo Espejo es el 81,6 %, y en Renca es el 76,9 %. En el otro extremo, Vitacura tiene un indice de pobreza del 0 % (cero por ciento), Providencia del 0,39 %, y Las Condes de 4.8 %.
La inversión municipal por habitante en la Comuna de Vitacura es cerca de $ 700.000 al año (el gasto total de la comuna dividido por el número de habitantes que viven en ella); en las comunas del sector poniente y sur de Santiago no llega a los $ 150.000.
Esta es una pequeña radiografía que nos permite afirmar que dentro de los límites geográficos del Gran Santiago tenemos dos países; uno que vive según los estándares de Dinamarca, y otro que vive como en Nigeria. De donde se desprende que los Derechos Sociales deberán tener un cupo privilegiado en las discusiones sobre la nueva Constitución el próximo año.