Agrupación Judía Diana Aaron de Chile
Queridas y queridos,
La situación política en Israel ha dado espacio a manifestaciones masivas de la izquierda israelí, así como a variadas declaraciones de agrupaciones judías del mundo en general, y Latinoamérica en particular.
Nuestros amigos de J-Amlat nos hicieron llegar una declaración, a la cual piden adherir, que compartimos con ustedes a continuación. Por favor adhieran en el formulario que compartimos si así lo consideran correcto, y compártanlo con sus conocidos.
Aquí enlace para acceder al texto: https://forms.gle/8CaU7bNkbn1ZT3yX8
Nosotros decidimos adherir como agrupación, aunque quisiéramos compartir con ustedes algunas reflexiones al respecto, ya que la declaración abrió un debate interno entre nosotros…
Aquí van nuestras reflexiones:
Muchas gracias a J-Amlat por invitarnos a adherir a esta declaración sobre la situación política en Israel, lo que generó un valioso debate interno en nuestras filas respecto a su contenido y enfoque.
Nuestra decisión fue adherir como agrupación, más allá de que alguno/as compañeros/as se hayan opuesto a hacerlo.
En estos duros momentos para la izquierda israelí consideramos que – más allá de la postura de cada uno de nosotros respecto al enfoque de la declaración – es importante mostrarle el apoyo de diversas instituciones latinoamericanas, en algo así como un frente antifascista amplio. Esto, a pesar de que – al mismo tiempo – creemos importante hacer algunos comentarios y acotaciones respecto al contenido de la declaración.
Es un hecho que el intento de Netanyahu y su gobierno de hacer una revolución judicial significa un golpe duro a las instituciones democráticas israelíes y a la Corte Suprema en particular. Pero la realidad es que la ocupación y la negación de los derechos más básicos a la población palestina en los territorios ocupados – que constituyen una política de estado desde hace 55 años, más allá de los gobiernos de turno, y que ha sido normalizada y borrada del debate político – convierten la “democracia israelí” en solo una consigna vacía.
Creemos que la izquierda israelí, y aquellos que nos identificamos con la izquierda aquí en Latinoamérica, con los derechos humanos y con el derecho internacional, debemos sincerarnos y asumir que la batalla por una democracia plena en Israel comienza por la exigencia y la lucha por la igualdad de derechos para todos los habitantes de la región, y no por la rasgadura de vestiduras frente a una reforma judicial que intenta ejecutar una mayoría circunstancial, que fácilmente puede ser revocada por un nuevo gobierno.
De hecho, es la misma Corte Suprema israelí, que defienden con tanto fervor, la que – si bien ha frenado en varias ocasiones legislaciones anti palestinas – ha permitido, por ejemplo, la Ley de Nacionalidad (¿no es eso vergonzoso para una democracia?) y ha legitimado durante más de 5 décadas la ocupación y lo que esta conlleva.
El verdadero desafío de la izquierda israelí, nos parece, recae en no ser ambiguos: uno no puede hablar de democracia solo para algunos. Es deshonesto hacer una separación de lo que ocurre dentro y fuera de las fronteras de 1967.
Hace unos días se perpetró un horroroso crimen de odio y “venganza” en la forma de un Pogrom en la aldea palestina de Hawara – cerca de Nablus, en territorio ocupado – por extremistas religiosos-nacionalistas, colonos israelíes de las cercanías: quemaron casas, quemaron autos, asesinaron a una persona (milagrosamente solo a una). Este espantoso ataque fue respaldado por varios políticos de la coalición gobernante, y por una amplia parte de la sociedad israelí.
Esto hay que frenarlo ya. Esto no puede ser aceptado por nadie.
Es por esto que apoyamos la declaración de J-Amlat: porque hay que demostrar desde todo el mundo que estamos por la democracia, pero también por los derechos humanos, por los derechos de los pueblos, por la igualdad.
La reforma judicial es un golpe más, pero solo un detalle de la verdadera batalla que debe afrontar la izquierda israelí.
