Mark Best, Partido Socialista (CIT Inglaterra y Gales)
Quienes representan los intereses de los países capitalistas avanzados están desesperados por evitar pagar las consecuencias del daño que el sistema capitalista ha causado al medio ambiente. Los más perjudicados serán la clase trabajadora y los pobres de los países más pobres del mundo. Como ha ocurrido en innumerables conferencias de la COP, las noticias estarán repletas de políticos que argumentarán la necesidad de tomar medidas contra el cambio climático, siempre y cuando no les toque a ellos pagar la factura.
En un mundo desgarrado por la competencia capitalista y la división entre bloques rivales, el ministro de Medio Ambiente del gobierno laborista británico, Ed Miliband, ha salido en defensa de la COP. Según él, «la cumbre climática de la COP es uno de los mejores ejemplos de multilateralismo exitoso que el mundo haya conocido». Lejos de la utopía de la COP, el mundo se dirige hacia un calentamiento de 1,5 °C y más allá. ¡Menudo ejemplo de «multilateralismo capitalista»!
El primer ministro británico, Keir Starmer, inicialmente no quería ir a la COP; su asistencia es uno de sus muchos cambios de opinión, ¡sumándose a la retirada de la promesa de invertir 28.000 millones de libras esterlinas al año en desarrollo verde!
La farsa de la COP, con políticos y directivos luchando por defender sus ganancias mientras la mayoría sufrimos las consecuencias de la catástrofe climática, es un claro crimen del sistema capitalista. La destrucción ambiental es un problema global, imposible de resolver con un sistema basado en naciones rivales. La única forma de combatirlo es mediante la cooperación internacional.
Esto es imposible mientras el sistema capitalista se mantenga. Pero las clases trabajadoras de todo el mundo comparten un interés común y un enemigo común: los empresarios. Un sistema socialista, basado en la propiedad colectiva de la riqueza del planeta, podría planificar democráticamente la transición necesaria para abandonar los combustibles fósiles contaminantes sin que la clase trabajadora pague las consecuencias. Pero para lograrlo, necesitamos organizarnos, aquí en Gran Bretaña y en todo el mundo, para enfrentarnos a los empresarios, a sus representantes políticos y al propio sistema capitalista. Para destinar la riqueza y el conocimiento a mejorar la vida de todos y a proteger el medio ambiente, necesitamos una transformación socialista fundamental de la sociedad.











