BREVE NOTA SOBRE EL CIERRE DEFINITIVO DE LA COMPAÑIA DE ACEROS DEL PACIFICO CAP.
(Por Chelen desde Redes)
Efectivamente solo una lucha sin cuartel de los trabajadores de Huachipato y de la región hubiese permitido volver a la estatización de Huachipato con control social de los trabajadores, junto con otra serie de medidas, asegurando así su fututo para siempre como baluarte del desarrollo económico del país.
Pero la economía no es mas que política concentrada y disfrazada en cifras y estadísticas al servicio del mercado y las ganancias, y por supuesto, no al servicio de las personas.
Huachipato es una enorme e histórica industria acerera que si tiene viabilidad para cien años mas, como lo fue siendo la siderúrgica CAP creada por la Corfo.
Nací en el seno de una familia de obreros acereros. mi padre fue de la primera generación fundadora de Huachipato. ellos llegaron desde el campo a emplazar la compañía en la Bahia de San Vicente.
En estas horas funestas de cierre de la compañia, debemos recordar que bajo el gobierno de Salvador Allende Huachipato fue 100% estatizada y estaba a la vanguardia de las transformaciones políticas, económicas, sociales y culturales, en aquel momento histórico que además era de un bienestar creciente para los trabajadores y sus familias.
Como singularidad de esa época, cuando se forma el MIR estudiantil en la pujante Concepción de 1965, el único núcleo de obreros simpatizantes adherentes al MIR estaban en Huachipato, dirigidos por los trotskistas del uruguayo Posadas (POR) y por Marco Antonio Enriquez (hermano de Miguel, de la VRM).
Por lo contrario, el cierre de Huachipato hoy, se produce bajo un estado ausente, un gobierno neoliberal, y una patronal de la empresa que se quedan de manos cruzadas ofreciendo como siempre y una vez mas solo migajas, permitiendo que miles de trabajadores se vayan a la calle. Mas de 2.700 trabajadores acereros desempleados, y mas de 20.000 trabajadores indirectos afectados y precarizados en toda la región del Bio Bio, hundiendo aun mas a la región en la desigualdad y la pobreza creciente.
Todo esto se produce además en el contexto de un modelo neoliberal que en Chile hace aguas, tal y como quedo en evidencia con el gran estallido social de la Rebelión en octubre de 2019.
Atrás quedan los años 90, cuando el núcleo que dirigía, recién formado, la juventud obrera revolucionaria (JOR – trotskista), hizo su bautismo de fuego interviniendo en la combativa huelga de Huachipato de 1991, donde desarrollamos un sin numero de acciones destacadas de lucha, al calor de la cual renació un núcleo de jóvenes trabajadores simpatizantes al interior de la compañía, y que luego lograrían resistir durante unos años la difícil «travesía por el desierto» que significó para las ideas de cambio social, el boom económico inicial en tiempos de la recién estrenada Concertación continuista del neoliberalismo.
Durante 50 años, la dictadura, luego los gobiernos del neoliberalismo, junto con la patronal de CAP, y la colaboración de la burocracia sindical, sembraron entre los trabajadores de Huachipato una ideología de capitalismo popular, una cultura y forma de pensar arribista, con fantasías de éxito individualista, respecto de sus hermanos de clase mas empobrecidos. Nada mas lejos de la antigua tradición sindical y de conciencia de clase de los viejos obreros de huachipato, quienes repudiaban a sus patrones por ser explotadores, y por otro lado, con orgullo reivindicaban su condición de trabajadores que a pala y picota desde las fundiciones, generaban con sus manos la riqueza de la region y de Chile.
Vaya el recuerdo y el homenaje para la otrora y heroica clase obrera de Huachipato, que junto con Fidel Castro un día hablando entre altos hornos esas fundiciones de acero en 1971, mostraron como trabajadores del acero su disposicion de lucha por la revolucion chilena en ese momento histórico.
Los ex-trabajadores de Huachipato y de todo Chile deben entender que separados y sin sindicatos fuertes no hay futuro que dure hay que volver a centrarse en la reorganización de clubes, asociaciones y nuevos sindicatos de base mutualistas y de solidaridad, por un largo periodo, a fin de lograr una acumulación de fuerzas que permitan volver a desempeñar un papel central en las luchas por nuestros derechos sociales y por otro Chile que si es posible.
Las contradicciones que se agudizan bajo la crisis del neoliberalismo chileno, solo traerán mas penurias y la necesidad de nuevos estallidos sociales pero con una dirección clara de transformaciones sociales anticapitalistas.
Ni perdón ni olvido ante el cierre de Huachipato !
La única lucha que se pierde es la que se abandona !