El próximo 15 de septiembre China restringirá la exportación de antimonio y algunos de sus derivados
El Servicio Geológico de EEUU estima que China produjo durante 2023 el 48,2% del antimonio del planeta
El próximo 15 de septiembre China restringirá la exportación de antimonio y algunos de sus derivados, como el óxido de antimonio. Este movimiento forma parte de la política de control de las materias primas estratégicas esgrimida por China en respuesta a la presión ejercida por EEUU y sus aliados en los ámbitos geopolítico y de la industria de los semiconductores. El 21 de diciembre de 2023 el Gobierno liderado por Xi Jinping decidió limitar la exportación de las también muy apreciadas tierras raras, estableciendo un precedente que ahora continúa con el antimonio.
China controla casi la mitad de la producción mundial de antimonio
El Servicio Geológico de EEUU estima que China produjo durante 2023 el 48,2% del antimonio disponible en todo el planeta. No obstante, además de tener bajo su control prácticamente la mitad del antimonio mundial, este país asiático ha decidido restringir también la exportación de los procesos de fundición y las tecnologías que utiliza para separar el oro y el antimonio. Un apunte interesante: aunque actualmente es el mayor productor mundial de este metal la cuota de China en años anteriores era aún perceptiblemente mayor.
El Ministerio de Comercio de China ha justificado la entrada en vigor de la limitación de la exportación de antimonio y sus tecnologías de procesado argumentando que China lo hace en defensa de su propia seguridad. Es esencialmente la misma justificación utilizada por EEUU cuando aprueba nuevas prohibiciones destinadas a los fabricantes chinos de semiconductores. Es evidente que estamos presenciando un capítulo más de un «tira y afloja» entre dos potencias hegemónicas que aspiran a que prevalezcan sus propios intereses.
En cualquier caso a partir del próximo 15 de septiembre las empresas chinas que necesiten exportar este elemento estratégico deberán solicitar una licencia de exportación que presumiblemente será aceptada o denegada dependiendo del destinatario y el uso que va a dar al antimonio. En esencia es la misma estrategia que ya aplica China a las tierras raras, el germanio, el galio o el grafito.
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