por Margarita Labarca Goddard
VERGÜENZA
Menos votos de los previstos sacó Jeannette Jara en la primera vuelta.
¿No les decía yo? Cualquier candidato que trate de ganar votos de la derecha, no gana nada pero pierde muchos de las izquierdas.
Yo no fui a votar en México, porque además de que estoy fané y descangallada, no quise apoyar con mi voto a una persona que se dedica a hablar contra Cuba.
¿Una militante comunista chilena atacando a Cuba? Vaya, por dios, qué cosas increíbles están pasando en el mundo.
Tendré que votar en segunda vuelta por Jara. Porque como siempre, nos obligan a votar por el menos malo. ¿No se les habrá ocurrido que si algún día tuviéramos que votar por el bueno bueno o la buena buena, ese candidatura arrasaría?
Les diré lo que hacía Salvador Allende en cada una de sus cuatro campañas. Yo estuve desde la primera, en 1952 y lo viví. Iban en un auto destartalado con don Elías Lafferte, la abogada Chela Alvares, mi padre Miguel Labarca y a veces otros.
A Allende le gustaba manejar aunque tenía pésima vista y veía re poco. Le decía al que iba sentado a su lado como copiloto. “Tú pones los ojos y yo las manos, y me vas diciendo lo que hacer.” Milagro que no se mataron, pero así era la cosa.
Allende paraba el auto donde había 10 personas reunidas, 6 personas. Y hablaba, hablaba, explicaba y explicaba con gran paciencia y gran dignidad. La gente siempre lo escuchó con respeto porque no era un hombre que sólo buscara votos, sino que conocía a fondo todos los problemas de Chile y los iba enseñando con sencillez y claridad y contestaba las preguntas que le hacían.
Así, poco a poco el pueblo de Chile se fue politizando durante las cuatro campañas, durante 20 años. Ya se sabía que había que hacer la reforma agraria, nacionalizar el cobre que era el sueldo de Chile, etc. etc.
Durante su mandato tuvo un apoyo popular enorme. Hay películas como “La Batalla de Chile” de Patricio Guzmán y allí lo pueden ver.
Por eso la derecha, con apoyo de los yanquis, tuvo que dar uno de los golpes militares más sangrientos, corruptos y traidores que se han visto en este Continente y quizás en este mundo.
Y cuando se puso fin a la dictadura en términos arreglados, Pinochet continuó al mande del ejército, la Concertación acabó con toda la prensa de izquierda que había, clandestina en Chile y legal en el exterior.
Algunos de los gobiernos posteriores se dicen de CENTRO-IZQUIERDA. ¿Y qué diablos es eso? se pregunta uno sin obtener espuesta…
En otros países todos nos preguntan ¿Qué pasa en Chile? ¿Cómo puede ser que la patria de Salvador Allende vaya a ser gobernada por un nazi?
Y nosotros, muertos de vergüenza, no sabemos qué contestar.











