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Chile – TARJETA BIP, UN GRAN NEGOCIO PARA EL ADMINISRADOR FINANCIERO DEL TRANSANTIAGO Y LOS BANQUEROS

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Mario Paz Montecinos

Secretario General de Los Hijos de Mafalda

Cuando el 10 de febrero de 2007, se daba inicio al Transantiago, al mismo tiempo se comenzó a masificar la utilización de la tarjeta Bip, artículo que se transformó en la herramienta indispensable para poder viajar en el transporte privado y público. Sin esta famosa tarjeta, no se podía viajar en micro, medio de transporte básico y fundamental para los santiaguinos.

Atrás quedaron las protestas y manifestaciones contra un sistema de transporte privado que no tuvo, y a la fecha no tiene, la capacidad de dar respuesta a las necesidades del pueblo de Santiago. A la fecha ya no recordamos la represión ejercida por el gobierno de turno en contra de la población que rechazó este sistema de transporte privado por ser ineficiente. Ya no recordamos las colas y las peleas entre los pobladores para subirnos a las micros, las largas horas de espera, o las interminables caminatas para llegar a nuestros destinos. Todo esto a la fecha ya no importa, pues el sistema de transporte privado se impuso casi a sangre y fuego.

Con lo expuesto se abren distintos caminos para examinar dicha situación, en primer lugar podemos exponer que el Transantiago cumple 10 años de vida, lo que se traduce en que se comenzará un nuevo proceso de licitación de los recorridos de las micros, lo que implica necesariamente que nuestro gobierno ofrecerá a las empresas privadas un nicho de negocio seguro y rentable, sostenido por una política subsidiaria que permitirá el enriquecimiento de los empresarios a costa de nosotros los y las ciudadanas del país.

Por otro lado, la nueva licitación, les entregará a los empresarios de las líneas de transporte, nuevos recorridos exclusivos, lo que implica una población cautiva, que producto de su condición social no tiene otra alternativa que no sea utilizar las micros o el Metro. Todos los padecimientos que viven las y los ciudadanos de Santiago que se ven en la obligación de tomar tanto el transporte privado como público, no es más que la consecuencia lógica del proceso de enriquecimiento de los empresarios nacionales e internacionales.

Por otro lado, algunos podrán considerar efectivamente, que somos los santiaguinos los únicos que pagamos el pasaje del transantiago, consideración totalmente errada ya que no podemos olvidar que son todas y todos los chilenos quienes lo financian, pues los subsidios económicos entregados por el Estado a los empresarios propietarios de las micros de Santiago son financiados con los impuestos que paga nuestro pueblo en todo el país.

Pero bien, este artículo, trata del fin de la tarjeta bip, la que no deja de ser una herramienta totalmente relacionada al Transantiago. Así que nos remitiremos a dicha situación; para comenzar, debemos recordar que la actual tarjeta bip! hizo su debut en el año 2003. Esta fue la experiencia piloto desarrollada por el Metro de Santiago; inicialmente esta tarjeta fue gratuita, y era entregada al mismo momento de cargarle una cantidad mínima de dinero. Posteriormente, con la implementación del sistema de validador en el transporte privado (las micros amarillas), la tarjetita se hace más popular y masiva, por lo que hay que comenzar a pagar para obtenerla.

       El cuento es que, la tarjeta bip, dejó de ser gratuita, y comenzó a tener un valor de $500; $1000 y los actuales $1.500 pesos. A la fecha existe la bip corriente para el común de la gente y una tarjeta bip! Personalizada, la que permite bloquearla y recuperar el saldo que tenías en ella en caso de pérdida, robo o extravío. Además es personal e intransferible, tiene tu foto, nombre y rut, pero todas estas cualidades, se traduce en que esta tenga un costo de $2.800 pesos, ya que la exclusividad tiene su precio nop.

Ahora bien, según “las autoridades estiman que al día de hoy (octubre del 2016) existen cinco millones de tarjetas bip! activas, y que el 76 por ciento de sus usuarios es de clase media y emergente. La carga promedio es de 1.729 pesos”. Esto quiere decir que, las y los santiaguinos hemos pagado por 5 millones de tarjetas un mínimo de $7.500.000.000 (siete mil quinientos millones de pesos), por un plástico que tiene un costo real menor a $500 pesos. Este cálculo, no contiene todas las tarjetas perdidas, destruidas, defectuosas y renovadas a costa de nosotros, ya que no tenemos los datos para hacer dicha operación.

Como se puede observar, sólo el plástico de la tarjeta bip es un gran negocio, eso sin contar que la utilización de la misma, implica el pago del Royalty a TransBank que es una empresa chilena creada por Sebastián Piñera, que se encarga de la administración de las tarjetas de crédito y débito bancarias del país, actividad que como entenderán tiene un costo, por lo que hay que pagar por esta labor.

Ahora bien, la nueva tarjeta bip, no es más que el proceso de bancarización de la población nacional, además, la implementación de esta tecnología de pago implica el retiro sistemático del dinero físico del mercado, sin contar que, la carga de cada tarjeta implica directamente el financiamiento directo de los bancos que componen el administrador financiero, ya que el dinero que cargamos en la bip se transforma en liquides (dinero fresco) para las instituciones financieras. También la carga de dinero en la famosa tarjetita, implica directamente un préstamo a los mismos bancos, ya que con dicho dinero, ellos, los bancos, pueden realizar sus operaciones financieras sin la necesidad de recurrir a sus propios fondos, pues utilizan el dinero entregado por las y los ciudadanos al cargar la tarjeta. Para esto expondremos un ejemplo: si la carga promedio de la bip es de $1.729 pesos, al multiplicarlo por el total de tarjetas (cinco millones), nos da un total de $8.645.000.000 (ocho mil seiscientos cuarenta y cinco millones de pesos). Como se puede observar, es mucho el dinero que le entregamos a los bancos en forma de crédito forzoso.

El cuento es que todos los datos antes expuestos cambiaran violentamente a contar de este mismo año, ya que como se ha informado las “tarjetas bip! caducarán y serán reemplazadas a costo del usuario”, y esto ocurre ya que según las autoridades «cuando la actual tarjeta bip! hizo su debut en 2003, cuatro años antes que el Transantiago, nació obsoleta», porque la tecnología con la que opera -denominada «Mifare»- «ya había quedado superada en esa época[1]«.

Producto de lo anterior, el “año 2017 (o sea a contar de ahora) comienza un plan piloto que mejorará la tecnología y agregará nuevas funciones a las credenciales. Se podrán comprar «paquetes» de viajes rebajados y usar como sistema de pago en locales comerciales. El nuevo plástico será más caro que el actual, pues incluirá un nuevo chip, con mayor tecnología y seguridad, y su reemplazo no será gratuito, sino que pagado por los usuarios, a medida que las actuales credenciales vayan caducando.

Lo primero que debemos establecer es que en una sociedad de consumo como la nuestra, todo lo nuevo es bueno, por lo que la imposición forzosa de esta nueva tarjeta, no será vista con malos ojos por la gran mayoría de población de Santiago, incuso, las regiones solicitarán que se implemente este sistema en sus ciudades. El tema es que esta nueva tarjetita la deberemos pagar, y el costo de la misma tendrá un valor similar al de los plásticos bancarios, que tienen un costo superior a los $8 mil pesos. Pero como esta tarjeta será para los más pobres, estas, según información clasificada, tendrán un valor aproximado de $4.500 pesos.

La nueva tarjeta bip, en la práctica no tendrá un costo superior a los $900 (novecientos) pesos, pero deberemos pagar por ella un mínimo de $4.500 pesos, lo que significa directamente un gran negocio para las empresas asociadas al transantiago, particularmente para la estatal Metro y el administrador financiero. Calculemos para que quede claramente establecido cuánto dinero ganarán estas empresas con el cambio de la tarjeta bip.  Si tenemos 5 millones de tarjetas que deberán ser forzosamente renovadas, a un valor de $4.500 pesos, esto nos da un total de $22.500.000.000 (veintidós mil quinientos millones de pesos), es mucho dinero, y cuál sería la ganancia real para estos empresarios, $18.000.000.000 (diez y ocho mil millones de pesos).

El cambio forzoso de la tarjeta bip, significa $18.000.000.000 (diez y ocho mil millones de pesos) para los empresarios del administrador financiero, además de las ganancias que obtiene TransBank por la utilización de la misma. Este nuevo modelo de pago, también busca aumentar el crédito entregado a los bancos por medio de la carga diaria, semanal o mensual expresada en paquetes de viajes, que realizaremos las y los ciudadanos en la nueva tarjeta. Este sistema de compra adelantada de pasajes de micro y metro, es algo así como las AFP, ya que los bancos del administrador financiero tomarán nuestro dinero para utilizarlo en la entrega de créditos a los mismos ciudadanos. En este proceso los bancos cobran intereses, los que se transformarán en ganancias para los empresarios pero no para nuestro pueblo. Estos mismos dineros son utilizados para realizar inversiones, y otras transacciones financieras que le entregan más ganancias. Ven si este nuevo sistema es igual que el de las AFP, empresas que toman nuestra plata para hacerse más ricos y nosotros no vemos ninguna ganancia, quién no se hace rico así.

Debemos considerar que esta nueva tarjeta, es parte del proceso de bancarización de las y los chilenos, ya que la nueva tecnología asociada a ella, implica que la podremos utilizar como tarjeta bancaria, o sea como una “red- compra”. La nueva bip, nos servirá para comprar en cualquier lugar que tenga las maquinistas de TransBank.

En este punto debemos recordar cuáles son las empresas que componen el Administrador Financiero del Transantiago o AFT:

Banco Estado con el 21% de propiedad de la empresa

Banco de Chile con el 20% de propiedad de la empresa

Banco BCI con el 20% de propiedad de la empresa

Banco Santander Chile con el 20% de propiedad de la empresa

Banco CMR Falabella con el 9,5% de propiedad de la empresa

Empresa Sonda con el 9,5% de propiedad de la empresa

El Administrador Financiero son 5 bancos más el operador tecnológico Sonda. Estas empresas son las únicas encargadas de recibir y administrar todo el dinero que pagamos al momento de utilizar el transporte privado y público. Por este trabajo, estas empresas cobran un 2% del total del dinero que es cargado diariamente en nuestra tarjeta bip o pase escolar. Esto quiere decir que aparte de la liquides que le entregamos a los bancos que se transforma en un crédito forzoso a los bancos, estas empresas financieras además cobran un 2% por dicho trabajo, lo más chistoso es que al mismo tiempo le estamos pagando a los bancos por prestarle nuestro dinero.

La nueva bip, al transformarse en una tarjeta bancaria le abre la participación a TransBank al negocio del transporte privado y público, esto quiere decir que los bancos propietarios de TransBank podrán sacar otra colita de nuestros reducidos salarios. Pero quiénes son los propietarios de esta empresa, “a la fecha cuenta, entre sus instituciones accionistas, con ABN-Amro Bank, BBVA, Banco Bice, Banco de Chile, Banco Crédito Inversiones (BCI), Banco del Desarrollo, BancoEstado (se une en 2002), Banco Falabella (se une en 2000), Banco Internacional, Banco Santander, Banco Security, Banco Itaú, Citibank, CorpBanca, JP Morgan Chase Bank, Scotiabank Sud Americano, Presto, Consorcio y Tarjetas de Chile S.A[2]”. A pesar de la cantidad de socios de esta empresa, los controladores principales de Transbank son el Banco de Chile y el Banco Santander, quienes tienen casi el 60%[3] de la propiedad de la sociedad de apoyo al giro bancario, además Transbank es la empresa que monopoliza el mercado de las tarjetas. Y sorpresa estos bancos también forman parte del Administrador Financiero del Transantiago, que sorpresa nop.

Podríamos establecer una primera conclusión asociada al cambio de tecnología de la tarjeta bip, cual sería que, este es un negocio que financiará directamente a los bancos nacionales y extranjeros, en otras palabras, más plata para los empresarios más ricos de Chile. Desde el punto de vista político, podemos asegurar que este cambio apunta a un mayor nivel de profundización de la ideología neoliberal o neoconservadora.

La renovación forzosa de la bip, que por un lado nos obligará entregarles a los empresarios bancarios $4.500 pesos, hecho que nos transformará en ciudadanos bancarizados que podemos realizar compras con esta nueva tarjeta de débito. Todo esto significará darle más trabajo a Transbank, empresa que es al mismo tiempo es propietaria de red-compra. Sabias qué, cada vez que usted o yo realizemos una transacción económica en el mercado por medio de la nueva bip, le pagaremos una comisión de 1,49%[4], a TransBank por cada compra que realicemos.

El 1,49% de una venta puede parecer muy poco, pero a la fecha existen más de 90 mil comercios que utilizan la famosa red-compra. Y además del porcentaje que pagamos por la compra, la empresa gana por la utilización de la terminal POS (máquina que valida la tarjeta), ya que transbank cobra $12 mil pesos mensuales por su arriendo (valor histórico), como se pueden dar cuenta, esto es un muy buen negocio para los bancos y los grandes empresarios.

Fuera de las ganancias que obtendrán los bancos con esta cambio, debemos agregar que existen consecuencias negativas asociadas a la imposición forzosa de la nueva tarjeta bip, ya que su utilización como tarjeta de débito, afecta a toda la población nacional, pues su uso implica directamente el aumento de los costos de operación del comercio, lo que significa que estos costos serán traspasados directamente al consumidor, o sea nosotros. En palabas más simples, la compra con tarjeta hace subir los precios de los productos y servicios, encareciendo el costo de la vida, ya que los comerciantes para recuperar el 1,49% de cada venta más los $12 mil pesos del arriendo del termina POS, terminan sumándolos al valor de los productos y servicios, finalmente, los comerciantes que suben sus precios, le dan el ejemplo a otros comerciantes que buscando aumentar su ganancia aprovechan esta oportunidad para también subir los precios.

La instalación forzosa de la nueva tarjeta bip, implica un conjunto de procesos que el común de la gente no logra comprender, incluso, y disculpando la petulancia, no logra proyectar a un futuro de mediano plazo. La bancarización de la población de Santiago por medio de esta nueva tarjeta, será el ejemplo para las regiones del país, que verán en ella un instrumento para poder realizar sus compras, de manera más segura, ya que el dinero físico paulatinamente comenzará a desaparecer. La masificación de las transacciones comerciales por medio de esta nueva tarjeta, implica necesariamente un nuevo proceso de monopolización del mercado nacional, ya que los pequeños comercios, los comerciantes de ferias libres, persas, al igual que los comerciantes ambulantes verán disminuidas sus ventas por no contar con las maquinas validadoras POS.

Los pequeños comercios que no quieran desaparecer deberán arrendar la maquina validadora y pagar el 1,49% por cada venta que realicen, lo que significa un mayor nivel de ganancia para los bancos propietarios de TransBank, y como ya fue expuesto, esto redundará en el aumento de los precios de los bienes y servicios.

La masificación de la utilización de la nueva tarjeta bip, como herramienta de intercambio comercial, implica necesariamente limitar el poder del control Estado sobre el dinero, ya que la producción de este ya no será tan urgente y necesaria, de esta forma los bancos pasarán a tener el control total del dinero, pero ahora de forma electrónica. Esto implica que, las instituciones financieras podrán declarar las reservas económicas que ellos estimen conveniente, hecho que les permitirá realizar todo tipo de préstamos y créditos con dinero ficticio expresado en un plástico.

Con el dinero ficticio o electrónico, los bancos podrán realizar todo tipo de inversiones sin ningún respaldo económico real, hecho que se está produciendo hace bastante tiempo, ejemplo de ello fue la crisis Subprime de 2007, que afecto la economía mundial, y de la cual a la fecha aún no salimos. Con el dinero electrónico y ficticio, los bancos podrán comprar todas las empresas que ellos estimen conveniente, principalmente las unidades productivas que enfrenten problemas económicos.

La bancarización de la población por medio del dinero plástico, implica necesariamente la instalación de un monopsonio[5] perfecto en manos de los empresarios propietarios de los bancos, esto es regresar al sistema de pago de las salitreras, donde el salario se cancelaba en fichas plásticas, las que solo podían ser utilizadas para comprar en los negocios que eran propiedad de las mismas salitreras. Esto en la actualidad no deja de ser cierto, ya que la economía nacional está controlada por 32 grupos económicos que están vinculados tanto en el plano económico y comercial, así como también en el familiar por vínculo matrimonial.

Quisiéramos exponer que no nos interesa ser catastrofistas, y menos exponer un futuro lejano, pues esto ya está ocurriendo, y se expresa específicamente en el pago de salarios bancarizados vía cuenta vista. Hoy muchas empresas no pagan el salario en dinero efectivo, ya que entregan a sus trabajadoras y trabajadores una tarjeta bancaria asociada a una cuenta vista, donde se le deposita el salario, lo que obliga al trabajador y trabajadora a concurrir a un cajero automático a retirar su salario, el cual por lo general no pueden retirarse íntegramente, ya que estas máquinas están programadas para entregar cantidades específicas de dinero, lo que implica dejar un saldo en el banco, el que también se transforma en un crédito forzoso realizado por el trabajador o trabajadora. Esto sin contar que si realizas más de una transacción de retiro de dinero, se aplica un costo por cada nueva operación.

Otro problema de la bancarización de la economía y del dinero plástico, es que ya en el país se están produciendo problemas para retirar los salarios de los famosos cajeros automáticos, problemas que se producen principalmente los primeros días del mes, momento en que las y los trabajadores corren a retirar su salario de estas máquinas, las que por la alta demanda se quedan sin dinero. Esta misma situación se agrava en fechas festivas, lo que obliga a las y los trabajadores realizar largas procesiones en busca de un cajero automático para retirar su salario, lo que viene acompañado de colas frente a la maquina pagadora. La instalación del dinero plástico no ha considerado que Chile es un país sísmico y muy catastrófico, lo que se traduce en que cuando se producen estos fenómenos naturales, lo que primero ocurre son los cortes de energía eléctrica, y cuando esto pasa el dinero plástico no tiene ninguna utilidad.

Finalmente, el cambio forzoso de la tarjeta bip, traerá un conjunto de consecuencias negativas para nuestro pueblo, y cuando esto ocurra los únicos beneficiados serán los grandes empresarios chilenos y extranjeros. Esto no es más que la expresión ideológica neoliberal o neoconservadora que establece que “los problemas públicos deben ser solucionados por las empresas privadas”, premisa que solo busca seguir manteniendo una clase social privilegiada, la que en la actualidad ya no solo se conforma con enriquecerse con la apropiación de nuestra fuerza de trabajo, ahora también lo hará con la apropiación de nuestro salario, y a cambio de este empobrecimiento nos dará una tarjeta plástica con la cual nos asegura que alcanzaremos la felicidad.

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[1] http://www.ahoranoticias.cl/noticias/nacional/182467-tarjetas-bip-seran-reemplazadas-por-nueva-tarjeta-que-debera-ser-comprada.html

[2] https://es.wikipedia.org/wiki/Transbank

[3] http://www.lanacion.cl/concentracion-solo-2-bancos-controlan-el-60-de-transbank/noticias/2012-03-13/114324.html

[4] https://www.transbank.cl/public/destacados/comision-redcompra.html

[5] Un monopsonio (del griego mono- (μονο-) ‘único’ y psonios (ψωνιος) ‘compra’) es un tipo de mercado en el que existe un único comprador o demandante, en lugar de varios. Debido a esto, este mercado posee una competencia imperfecta.

http://www.loshijosdemafalda.cl/products/el-fin-de-la-tarjeta-bip-un-gran-negocio-para-el-adminisrador-financiero-del-transantiago-y-los-banqueros-nacionales/

1 COMENTARIO

  1. Cada día nos enteramos como somos despojados por estos fascinerosos. «Pero no tiene la culpa el chancho, sino el que le da el afrecho «

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