PULSO 10/04/2018
Por Andrés Solimano.
EL NUEVO gobierno, quizás emulando las políticas adoptadas por líderes conservadores como Ronald Reagan, Margaret Thatcher y más recientemente Donald Trump, busca estimular las economía chilena con recortes de tributos a las empresas.
La experiencia internacional de la cuestionable “economía de la oferta’ no es positiva: sus efectos fiscales son negativos, redistribuyen ingresos y riqueza al 1% más rico y sus efectos sobre la inversión y el crecimiento económico son ambiguos. La reciente publicación Informe de Desigualdad Mundial 2018 muestra estos efectos en forma muy nítida. El argumento económico de esta rebaja tributaria, en el país más desigual de la OCDE, es cuestionable.
Que las empresas tengan más utilidades después de impuestos no es garantía que éstas van a invertir más en maquinaria, equipos, estructuras e innovación productiva, que es en definitiva lo que aumenta el crecimiento económico. Estas mayores utilidades se pueden repartir a los dueños y/o usarse para comprar activos financieros o sacarlas fuera de Chile a paraísos fiscales. Además, la rebaja tributaria llegaría en un momento cuando la economía ya ha entrado en una fase ascendente del ciclo económico. Sería más bien una política pro-cíclica que contra-cíclica.
Por otra parte, las utilidades de la banca, las AFP, las isapres, el retail y otros sectores que se beneficiarían de este obsequio tributario son ya muy altas (explicando la alta participación del capital en el ingreso nacional). Según datos de la SVS estos sectores tienen rentabilidades sobre capital invertido cercanas al 20% (la rentabilidad promedio de las AFP es superior a 25% anual).
Si comparamos estas suculentas tasas de ganancias privadas con la tasa de retorno social del capital físico en la economía Chilena de 8% que calcula el Ministerio de Desarrollo Social (Ex-Mideplan) podemos inferir que son sectores con utilidades sobre-normales, propias de actividades protegidas de una efectiva competencia. ¿Es necesario premiar estos sectores rentistas con rebajas de impuestos? Por supuesto que no. El fisco Chileno necesita más recursos -no menos- para mejorar escuelas, hospitales, caminos, el metro, proteger los barrios, gastar más en cultura y en actividades valiosas para nuestra sociedad.
Se dice que se quiere llevar el impuesto a niveles OCDE. Pero el promedio de recaudación fiscal de este grupo de países es de 33-35% del PIB, mientras que en Chile esta proporción es mucho más baja, se ubica entre 20-22% del producto nacional y mucho más dependiente de los impuestos indirectos que son generalmente regresivos.
En definitiva, una rebaja tributaria a las empresas grandes es innecesaria, tendría efectos muy inciertos sobre la inversión productiva y el crecimiento, le restaría necesarios recursos fiscales al Estado Chileno y beneficiaría preferentemente a un grupo de propietarios de alta riqueza más que a las clases medias y los sectores populares y rezagados de nuestro país.
*Doctor en Economía, MIT