por Carlos Pichuante, activista medioambiental y animalista
El reciente apagón masivo que dejó sin electricidad a gran parte del país, el pasado 25 de febrero ha puesto en evidencia, una vez mas, la fragilidad de nuestro sistema energético y la urgente necesidad de avanzar hacia una matriz energética mas limpia y autosuficiente. Este evento, que afecto a millones de personas y paralizo actividades esenciales en todo el país, nos obliga a reflexionar sobre nuestra dependencia de infraestructuras vulnerables y fuentes de energía no renovables.
El apagón
Según las autoridades, la causa principal del apagón fue la desconexión de una línea de transmisión de 500 kV en la zona del Norte Chico, específicamente entre Vallenar y Coquimbo. Esta falla en el sistema de transmisión evidencia la falta de redundancia y resiliencia en nuestra red eléctrica, lo que permitió que una única avería desencadenara un colapso a nivel nacional. Las consecuencias fueron inmediatas: suspensión del transporte público , interrupción de servicios básicos y caos en las comunicaciones
Dependencia energética y vulnerabilidad
Nuestro país ha avanzado en la incorporación de energías renovables no convencionales en su matriz energética. Durante el año 2023, el 37% de la energía generada en el país provino de fuentes como la solar y la eólica. Sin embargo,aun dependemos en gran medida de combustibles fósiles y de una infraestructura de transmisión centralizada y susceptible a fallas. Esta dependencia no solo incrementa las emisiones de gases de efecto invernadero, sino que también encarece los costos de generación y nos hace vulnerables a interrupciones masivas del suministro eléctrico.
Urge avanzar hacia energías limpias y descentralizadas
Este incidente debe ser un llamado de atención para acelerar la transición hacia una matriz energética mas sostenible y resiliente. Es imperativo diversificar nuestras fuentes de energía, priorizando aquellas limpias y renovables, y fomentar la generación distribuida para reducir la carga sobre las lineas de transmisión principales. Ademas es esencial invertir en la modernización y mantenimiento de la infraestructura eléctrica , incorporando tecnologías inteligentes que permitan una gestión mas eficiente y segura de la red.
El compromiso de Chile con la carbono neutralidad para 2050 es un paso en la dirección correcta, pero eventos como el reciente apagón demuestran que debemos acelerar nuestros esfuerzos en la implementación de políticas públicas que incentiven la inversión en energías renovables, la investigación en almacenamiento energético y la educación de la ciudadanía a sobre el uso eficiente de la energía son fundamentales para construir un sistema energético robusto y sostenible.
El apagón del 25 de febrero no solo fue un recordatorio de nuestra vulnerabilidad energética, sino también una oportunidad para replantear y reforzar nuestra estrategia hacia una independencia energética basada en fuentes renovables. Es responsabilidad de todos gobierno, sector privado y ciudadanía trabajar conjuntamente para asegurar un futuro energético seguro y sostenible para Chile.