Arturo Alejandro Muñoz
Está ocurriendo. Y cada día con mayor violencia por parte de los cuadros institucionales dueños de las armas que el propio pueblo pone en sus manos y que, además, para sus ilícitos se escudan en aquello de ser “representantes de la ley”…de una ley que ahora utilizan y amañan según necesiten para cubrir sus errores y para satisfacer sus intereses personales e institucionales al margen de…¿de qué?…de la ley.
Los chilenos saben de estos excesos, y pese a que la sociedad civil rechaza el actuar de fuerza desmedida de su propia policía uniformada, gran parte del mundillo político poco y nada hace por evitarlo…menos aún por controlarlo, ya que es un hecho de la causa que –en el caso chileno al menos- las fuerzas de orden parecieran no obedecer a las autoridades políticas y, por el contrario, actuar de acuerdo a sus propias órdenes y motivaciones.
Esto de las ‘motivaciones’ merece líneas aparte. ¿Cuáles son esas ‘motivaciones’? Hay una especie de hermandad entre la policía chilena y ciertos grupos de adinerados empresarios y latifundistas, ya que esto -y lo ha mostrado claramente más de algún programa televisivo- hay una clara disposición a servir de “gards de corp” para un sector muy minoritario de la población, en este caso, específicamente para quienes viven en determinados barrios “caros” y también para empresarios y banqueros. De hecho, hay registros fotográficos y vídeos que muestran a policías “desentendiéndose” de actos ilícitos ejecutados por miembros de ese sector social en marchas, lo que en absoluto la policía repite si se trata de marchas realizadas por otros sectores de la sociedad.
Lo anterior obliga a pensar que nuestra policía (el dardo va dirigido a Carabineros de Chile) ha tomado bando político, cuestión que es inconstitucional pero que muchos miembros de los poderes del estado consideran algo de tono menor pues también les sirven a ellos, en claro desmedro del 90% del país. .
Deliberar, desobedecer a la autoridad civil, actuar de motu proprio, realizar montajes que pretenden esconder asesinatos cometidos por algunos de sus funcionarios, desfalcar al fisco en más de treinta mil millones de pesos, incumplir todas las reglas internacionales al “contener concentraciones y marchas masivas populares” disparando a la cara y a los ojos balines de goma (que en verdad no son solamente de goma), usar químicos prohibidos, gas pimienta, golpear con saña (en algunos casos hasta matar) a manifestantes, efectuar actos deleznables desnudando mujeres (generalmente niñas estudiantes) en las comisarías, infiltrar marchas para provocar daños y saqueos con los cuales culpar a terceros, servir de cuidadores y guardaespaldas de empresarios en el territorio mapuche golpeando a mujeres y niños de esa etnia, vender armas a narcotraficantes y en algunos casos asociarse con ellos, eso y mucho más es lo que la policía chilena –o parte de ella- realiza desde hace al menos cinco años.
Lo anterior, que es indesmentible como todos saben,, permite barruntar que Carabineros de Chile es enemigo no sólo de su propio pueblo, sino también de su país al cual le izan bandera cada mañana y perifonean llamándole “patria” a la que quieren otorgarle orden…”su orden” y no el que señalan la Constitución y la ley.
Mucho se ha hablado de reformar la institución, incluso de cambiarla por otra, pero la verdad es que el quid del asunto no se encuentra allí, sino en algo que bien podría hacerse manteniendo la institución actual. Ese ‘algo’ es el sistema de admisión a Carabineros, el que hoy se divide en dos insanables partes, a saber: la oficialidad egresa de una Escuela a la que se ingresa pagando una alta cantidad de dinero como matricula, lo que pocas familias pueden hacer, y eso también cuenta con certeza de verdad absoluta. El resto, la sub oficialidad, va a otra Escuela. Diferencia que va más allá de lo meramente académico, pues se trata de una clara división clasista.
¿Solución? Una sola…”escalafón único”. Ello significa que todo ingreso a la institución es idéntico para cualquier interesado, tenga o no tenga dinero, pues debe ser gratuito. Se ingresa, luego de exámenes varios (culturales, físicos, psicológicos) al grado de inicio, carabinero…y de ahí se va ascendiendo según capacidad, estudios superiores (efectuados en la misma institución), para alcanzar grados de suboficiales, tenientes, capitanes, coroneles, generales. El Escalafón Único permite a chilenas y chilenos provenientes de cualquier estamento social, si poseen capacidad, integridad, inteligencia, poder llegar a los niveles más altos de la institución.
Y ello también es materia que debería estar presente en el nuevo texto Constitucional.