Lo que CIPER reveló no es un simple escándalo más. No es “ruido político”.
Es una trama que mezcla dinero, favores, presiones, contactos íntimos del comando y operaciones para manipular decisiones del Congreso.
Y todo esto a días de la segunda vuelta.

LOS AUDIOS QUE REMECEN AL MUNDO REPUBLICANO
El OS7 interceptó conversaciones del conservador Sergio Yáber —investigado por lavado de activos en la arista bielorrusa— donde afirma haber entregado $1,7 millones al diputado republicano Cristián Araya.
No como donación, no como aporte, sino como “comisión”.
Así, con esa palabra.
Pero la plata no estaba sola: venía con un propósito claro.

PRESIÓN E INTENTOS DE “AMARRAR” UNA VOTACIÓN POLÍTICA
Según los audios, Yáber buscaba que Araya alineara a la bancada republicana para salvar al juez Antonio Ulloa, entonces enfrentado a una acusación constitucional.
Coordinó reuniones, lo invitó a su casa y le pidió explícitamente el apoyo.
Y en paralelo, según los registros, Araya habría entregado “antecedentes” sobre el diputado socialista Daniel Manouchehri para armar un golpe mediático que favoreciera a Ulloa.
Después, según la investigación, Araya borró los mensajes de WhatsApp.

LAS RELACIONES QUE COMPLICAN A KAST
Aquí es donde el caso toca al núcleo duro del comando presidencial:
Cristián Araya no es un diputado aislado:
es hermano de Carolina Araya, jefa de gabinete de José Antonio Kast.
La operación involucraba reuniones con el exdiputado RN Francisco Eguiguren, a quien Yáber llama “su jefe de campaña”.
Todo para influir en decisiones parlamentarias, con plata, favores e información sensible.
No son militantes anónimos.
No son operadores de tercera línea.
Es el círculo político que rodea a Kast.

Y LO PEOR: EL SILENCIO
Mientras el país pide explicaciones, el diputado Araya dice que “no sabe nada”, que “no ha sido notificado”, que todo es falso.
Pero no explica por qué aparece en audios, por qué se habla de pagos, por qué se mencionan operaciones políticas, por qué habría borrado mensajes.
Y del comando… silencio administrativo.
Silencio incómodo.
Silencio estratégico.

¿POR QUÉ ESTO PUEDE COSTARLE LA PRESIDENCIA A KAST?
Porque este caso toca tres fibras mortales para un candidato:
1. Corrupción: No hay nada que destruya más una campaña que aparecer vinculado —aunque sea indirectamente— a un pago para influir en votaciones.
2. Credibilidad: Kast basa su discurso en “orden”, “honestidad” y “ser distintos”.
Si su entorno está operando como la peor política que él dice combatir, su relato se desmorona.
3. Liderazgo: Un candidato se mide por su capacidad de controlar su entorno.
Y hoy su entorno está fuera de control.
Un escándalo de esta magnitud, justo antes de votar, puede mover miles de votos.
Y miles de votos pueden definir una elección.

Chile merece saber la verdad.

Chile merece transparencia.

Chile merece una democracia limpia, no una política manejada entre pagos, favores y operadores con línea directa al comando presidencial.
Que nadie se haga el leso: este caso no es menor. Es histórico.
Y recién está empezando.”











