Dick Nichols *
Sin Permiso, 26-8-2022
Traducción de Dick Nichols
Cuando Rusia invadió Ucrania el 24 de febrero, el conflicto social dentro del país no quedó en suspenso: cualquier ilusión que las exigencias de defensa pudieran producir una tregua en la lucha de clases pronto se desvaneció. Al contrario, la guerra de resistencia de la asediada Ucrania contra la “operación militar especial” de Putin ha intensificado una confrontación interna preexistente.
Esto se debe a lo que podría llamarse una «operación político-legal especial” contra los derechos de los trabajadores y los sindicatos, llevada a cabo por los elementos neoliberales más agresivos dentro del gobierno del presidente Volodymyr Zelensky, con la aparente bendición de su jefe.
Esta ofensiva se puso en marcha en 2019 para atraer la inversión extranjera para Ucrania, pero se estancó en 2020-21 cuando el intento inicial del gobierno de desregular el mercado laboral fue rechazado por las protestas sindicales. El ataque se ha acelerado desde la invasión, pero ahora al amparo de la ley marcial y en nombre del sacrificio necesario para ganar la guerra contra la invasión rusa.
Según Nataliia Lomonosova, del thinktank ucraniano Cedos, en los círculos gubernamentales se habla de que el Estado ucraniano “no puede permitirse la asistencia social, las prestaciones laborales o la protección de los derechos laborales” a causa de la guerra.
De esta experiencia parece desprenderse que, independientemente que se logre derrotar a Putin, el gobierno neoliberal ucraniano y sus amigos de la Unión Europea (UE) están decididos a convertir el país lo antes posible en un espacio favorable al capital, iniciando el trabajo mientras la guerra contra Rusia aún está por ganar.
Prueba de ello es la aprobación el 20 de julio por el Parlamento ucraniano (Verkhovna Rada) de dos leyes, una que introduce los contratos de cero horas y otra que elimina de hecho la cobertura sindical del 70% de los trabajadores en empresas con menos de 250 empleados.
Ley 5371 retirada temporalmente
Sin embargo, durante un breve periodo pareció que los defensores de esta amplia desregulación del mercado laboral podrían haber sufrido un revés.
Su mayor arma, la ominosamente llamada “Ley de Modificación de Determinados Actos Legislativos para Simplificar la Regulación de las Relaciones Laborales en las Pequeñas y Medianas Empresas y Reducir las Cargas Administrativas para los Empresarios”, fue retirada el 9 de julio de la Verkhovna Rada por sus defensores.
La principal defensora es Halyna Tretiakova, redactora de la ley. Jefa de la comisión parlamentaria de políticas sociales y protección de los derechos de los veteranos, Tretiakova, de la derecha libertaria, es miembro del partido Servidor del Pueblo de Zelensky, que goza de una mayoría de 240 en el parlamento de 450 escaños.
El proyecto de ley retirado (Ley 5371) ya había sido aprobado en primera lectura el 12 de mayo, con 246 diputados a favor, y había sido presentado para su modificación durante la sesión plenaria de la Rada Suprema del 13 al 17 de junio.
¿Qué ocurrió entonces para que se retirara temporalmente? ¿Por qué los diputados de Servidor del Pueblo se arrepintieron y retiraron su apoyo después de haber respaldado el proyecto de ley en mayo?
…en respuesta a la protesta
Parte de la explicación fue la movilización de la opinión sindical internacional contra la legislación anti obrera que, desde el punto de vista australiano, equivale a una versión más draconiana de la ley Work Choices del gobierno de John Howard (véase este análisis del abogado laboralista ucraniano Vitaliy Dudin).
La Confederación Sindical Internacional (CSI) y la Confederación Europea de Sindicatos (CES) ya condenaron la Ley 5371 y otras “reformas” laborales en septiembre de 2021, por considerarlas “simplemente incompatibles con las normas laborales internacionales”. Tal declaración habría producido una cierta reacción nerviosa en un gobierno ansioso por demostrar que quiere cumplir los criterios de la Unión Europea (UE).
Dentro de Ucrania, aunque los dos principales sindicatos—la Federación de Sindicatos (FPU) y la Confederación de Sindicatos Libres (KFPU)—se han preocupado de no aparecer como opositores al muy popular Zelensky, la derrota del proyecto de ley era un desafío fundamental para ellos como organizaciones.
En una carta enviada el 18 de mayo a los diputados, el “órgano representativo común” de los sindicatos ucranianos “advirtió a los diputados del pueblo de Ucrania contra las decisiones erróneas”, añadiendo que éstas podrían “conducir a la discriminación de los empleados de las pequeñas y medianas empresas en materia de derechos laborales y a una desestabilización no deseada de la situación, que es inaceptable en las condiciones de la ley marcial”.
El comunicado añadía este argumento, aparentemente incontestable:
«A este respecto, volvemos a llamar su atención sobre el discurso del presidente de Ucrania V. Zelensky ante la Rada Suprema de Ucrania el 3 de mayo del año pasado, en el que el jefe de Estado instó a los diputados: “No perdáis vuestro tiempo, ni el mío, ni el del pueblo de Ucrania en iniciativas secundarias y cosas sin importancia».
¿Se ajusta esta descripción a la “reforma” del mercado laboral respaldada por altos cargos del propio partido de Zelensky?
La reacción de los trabajadores
La reacción de los sindicalistas ucranianos a la Ley 5371 fue más vigorosa que la de sus representantes. Un post en Facebook tras la votación en primera lectura del Parlamento, traducido por la Campaña Británica de Solidaridad con Ucrania, decía:
“Mientras los activistas sindicales, mineros, metalúrgicos, profesores y médicos, defendemos la libertad de Ucrania en el frente, las ratas de culo gordo de la Rada Suprema de Ucrania nos apuñalan por la espalda. El 12 de mayo, 246 diputados votaron a favor de la infame Ley 5371 de Halyna Tretyakova, que priva a la mayoría de los trabajadores ucranianos de todos los derechos laborales. Nunca lo olvidaremos y no perdonaremos a nadie que vote a favor de este proyecto en la segunda lectura. Exigimos su rechazo. Muerte a nuestros enemigos”.
El papel de los trabajadores y de los activistas sindicales en la defensa de Ucrania durante las primeras semanas críticas de la invasión es una historia que en gran medida está por contar. Sin embargo, ya se sabe lo suficiente de su heroica acción como para explicar esa indignada publicación en Facebook.
Defensa de los trabajadores en Kryvyï Rih
Un ejemplo de la reacción de los trabajadores fue publicado por la Red Laboral Internacional de Solidaridad y Lucha el 12 de abril. En él se explicaba la reacción ante la invasión de Putin de los trabajadores de la planta de ArcelorMittal en Kryvyï Rih, en el este de Ucrania, una de las mayores acerías del mundo.
“Poco después de la invasión rusa, el 24 de febrero, las tropas rusas avanzaron hasta 10 kilómetros de Kryvyï Rih. Los altos directivos de la empresa, muchos de ellos expatriados, salieron hacia Polonia, dejando atrás a los directivos locales, al sindicato y a los trabajadores. Las operaciones mineras se cerraron inicialmente por temor a que los mineros quedaran atrapados bajo tierra si se interrumpía el suministro eléctrico. Luego, el 3 de marzo, los trabajadores cerraron cuidadosamente los altos hornos–un proceso complicado que tarda entre siete y diez días en completarse de forma segura–, cavaron defensas antitanques y construyeron refugios. A pesar de las sirenas antiaéreas y de las bombas que caían regularmente cerca del lugar, los activistas sindicales se quedaron para coordinar los esfuerzos de ayuda a los militares, las fuerzas de defensa territorial, los hospitales y los trabajadores, y para ayudar a evacuar a las mujeres y los niños.
“Unos 1.600 trabajadores fueron incorporados a las fuerzas de defensa territorial y tuvieron que encontrar urgentemente equipos de protección. A finales de marzo, las fuerzas rusas habían retrocedido unos 70 kilómetros de la planta y, aunque el peligro seguía existiendo, el sindicato sostenía con firmeza que la producción debía reanudarse para mantener la base económica de la ciudad. El 2 de abril comenzaron los trabajos para reiniciar el alto horno número 6. El 9 de abril se reinició el horno y se empezó a producir arrabio y a fabricar acero. El sindicato exigió que la dirección volviera del exilio para dirigir la planta”.
La ofensiva permanente
Esta ira de los trabajadores no detuvo a los desreguladores del mercado laboral, sobre todo porque toda movilización pública es ilegal según la ley marcial de Ucrania.
Probablemente picados por haberse visto obligados a retirar inicialmente la Ley 5371, los enemigos del sindicalismo del país sólo tardaron una semana en lanzar su siguiente ataque.
Dmytro Natalukha, jefe de la Comisión de Desarrollo Económico de la Rada Suprema, anunció el 17 de julio que el parlamento tendría que revisar el estatus legal de las propiedades de los sindicatos, que en su opinión deberían pertenecer al Estado y que están siendo utilizadas ilegalmente.
El claro propósito de la amenaza a la propiedad sindical es debilitar la resistencia de los dirigentes sindicales a la Ley 5371. Al aprobar finalmente la ley, el parlamento también añadió una pequeña zanahoria: sólo se aplicará mientras dure la guerra.
Zelensky debe decidir ahora si convierte en ley la legislación anti obrera de la Rada Suprema, mientras las fuerzas radicales y activistas de Ucrania se movilizan para recordarle el posible efecto de su aprobación en la moral de los hombres y mujeres que se enfrentan al invasor ruso.
¿Lo convencerán de que la cruzada de sus colegas por la desregulación radical del mercado laboral es, después de todo, “secundaria” y “sin importancia” en comparación con la resistencia popular a la invasión? (Publicado en: http://europe-solidaire.org/spip.php?article63401)
* Dick Nichols corresponsal de la revista australiana Green Left en Europa, con sede en Barcelona.