Por Adán Salgado Andrade, México
Los cada vez más intensos extremos climáticos que ya estamos sufriendo en todo el planeta, son ocasionados por tanta contaminación y depredación, que el capitalismo salvaje ha provocado por la insistencia en sobreproducir e inducir un innecesario consumo compulsivo, vital para su caótica sobrevivencia (ver: http://adansalgadoandrade.blogspot.com/2018/01/depredacion-ambiental-planetaria-accion.html).
Hay, por supuesto, negacionistas que siguen sin reconocer que la humanidad está provocando el creciente calentamiento global, a pesar de las evidencias que, inclusive, muchos de aquéllos, ya experimentan (ver: http://adansalgadoandrade.blogspot.com/2021/08/a-pesar-de-los-megaincendios-forestales.html).
Pero los estudios de investigadores y científicos climáticos, muestran que, en efecto, el calentamiento global ocasionado por la humanidad, es el responsable de las extremas sequías, poderosos huracanes, megaincendios forestales, acelerado derretimiento de polos y glaciares, lluvias torrenciales, inundaciones, propagación de plagas y enfermedades – como el Covid – y otros hasta desconocidos eventos que ya sufrimos, y seguiremos sufriendo, cotidianamente.
Una investigación de The Guardian revela cómo los eventos climáticos extremos son ocasionados por el calentamiento global antropocénico y que éste, los está sobrecargando. Titulada “Se reveló cómo la crisis climática está sobrecargando los eventos de tiempo extremo”, firmada por Damian Carrington, expone cómo el calentamiento global ocasionado por la humanidad, está llevando a inimaginables extremos (ver: https://www.theguardian.com/environment/2022/aug/04/climate-breakdown-supercharging-extreme-weather).
Las dramáticas imágenes que acompañan al artículo, no dejan duda de lo que hemos hecho, incluso, desde la era de los 1930’s, como cuando una larga sequía en Estados Unidos provocó intensas tormentas de arena, conocida como Dust Bowl. Ese evento extremo, mató a gente y animales (ver: https://www.history.com/topics/great-depression/dust-bowl).
Un hombre que contempla un megaincendio forestal, como si estuviera frente a un infierno, en Estados Unidos. Una mujer que camina en medio de una calle de Bad Neuenahr-Ahrweiler, Alemania, llena de lodo, escombros de muebles y cosas arruinadas por una intensa inundación, jamás vista antes en lugares así. Allí mismo, casas semidestruidas, muestran la fuerza con las que las arrasaron las fuertes inundaciones. Un testimonio, de Michaela Wolff, residente del lugar, indica “Todo se destruyó. No hay nada del Centro de la ciudad. Los números de los muertos, crecen cada hora. Estamos al límite emocionalmente”.
En otra imagen, en Jacobabad, Pakistán, una mujer, viviendo en una covacha, trata de mitigarle el calor a su hijo con un improvisado abanico. El testimonio de Mashooq Ali, presidente de la unión de cultivadores de arroz, dice que “A causa del calor, no hemos podido dormir bien. Entonces, salimos y nos sentamos al aire libre, para sentir un poco de aire. Pero cuando no hace aire, ¡pareciera como si este horrible calor nos fuera a matar!”. Allí mismo, las altas temperaturas, fueron acompañadas de inundaciones. Otra fotografía, muestra a ganando que apenas si sobresale de crecidas aguas.
En Tokio, la ola de calor del 2018, provocó hasta muertos. Una residente de la ciudad, Layla Tan, dice que “Primero, sentí una migraña. Tomé mucha agua, pero ya era muy tarde. Estaba exhausta y terminé en el hospital”. Las imágenes, muestran a gente vistiendo ropa ligera y quitándose el sudor con pañuelos.
Luego, en Houston, Texas, las fotos muestran los devastadores efectos del huracán Harvey. Van caminando personas por calles inundadas, con el agua a las rodillas o algunos, en balsas inflables, rescatados por personal de emergencias.
Y en Canadá, en donde las temperaturas llegaron casi a los 40º C, también se ven a las personas con shorts o hasta en traje de baño, con tal de mitigar el inusual calor. El testimonio de la doctora Melissa Lem, presidenta de la Asociación Canadiense de Doctores atendiendo el Ambiente, declaró que “Vi más enfermedades relacionadas con el calor, que las que nunca había visto en mi carrera. Incluso, un pequeño incremento en la temperatura corporal, si no se atiende, puede conducir a daño cerebral casi permanente. Es como si se cocinara su cerebro”.
Otra foto, muestra el acelerado derretimiento de los glaciares en Asia y en todas partes.
En Australia, por el calentamiento oceánico, los corales están muriendo. Una imagen, sobre la oleada de calor en el 2016, muestra a una tortuga marina, nadando sobre muertos, blanqueados corales. En otra, también se ven corales muertos, de color óxido, pues el calor oceánico – los océanos, absorben el 90% del calor generado día a día por la humanidad – los está matando rápidamente. Pronto, pocas especies marinas podrán soportar a un mar que se calienta. El profesor Terry Hughes, de la Fuerza para la atención del blanqueo de los corales, dice que “Es como si diez ciclones, hubieran azotado las costas al mismo tiempo, estimamos que cerca del 50% de los corales, ya murieron o están haciéndolo”.
Y en ese continente, a finales del 2019, la larga sequía, ocasionó un megaincendio forestal, que fue incontrolable durante meses, destruyó miles de árboles y mató a más de 500 millones de animales, que vivían entre los bosques (ver: http://adansalgadoandrade.blogspot.com/2019/01/el-duro-trabajo-en-el-campo.html).
En África, continente rico de recursos, pero explotado y empobrecido por siglos de dominación imperialista, la situación se agrava con las sequías que ya son cada vez más frecuentes. Una foto, de la sequía del 2015, en Zway, Etiopía, muestra a una pobre mujer, sacando lodosa agua que brota de entre la tierra. Su mirada refleja su urgente necesidad. Quizá, cuele ese lodo que está extrayendo, con tal de que su familia y ella, tengan vital agua para sobrevivir, aunque ésta contenga patógenos y esté llena de tierra. Otra imagen, expone a varias mujeres caminando por entre secos árboles. Un burro, está al centro, con su carga. Seguramente llevan leña y algo de agua, con tal de sobrevivir. El testimonio de Balcha, campesino y jefe de familia de nueve personas dice que “No hay nada que podamos hacer. Tenemos que vender nuestro ganado para comprar comida, pero el ganado está enfermo, porque no tiene suficiente comida”.
He ahí porqué es evidente que los países pobres contaminan tan poco, pues sobreviven con lo mínimo. No necesitan cosas tan superfluas como asadores desechables, como tienen en Inglaterra y que son los que hasta ocasionan incendios forestales. Estados >unidos y Europa, son las sociedades del extremo desperdicio (ver: https://www.theguardian.com/environment/2022/jul/29/disposable-barbecues-must-be-banned-in-england-says-fire-chief).
Y en México, ya también estamos sufriendo los extremos climáticos, como la sequía que se está dando en varios estados, como en Zacatecas, en donde el ganado está muriendo por la falta de agua y pastos y no se están logrando cultivos (ver: https://prod.senasica.gob.mx/ALERTAS/inicio/pages/single.php?noticia=17280).
En todos los eventos extremos, demuestran los investigadores, el calentamiento global, ocasionado por el hombre, ha sido la causa, “por muchas veces”. Que ya Inglaterra haya tenido temperaturas de hasta 40º C, lo evidencia. “Nunca se había dato tan alta temperatura”, dicen científicos climáticos. O como en Sicilia, Italia, que alcanzó los 48.8º C (ver: https://www.nytimes.com/2021/08/12/world/europe/sicily-record-high-temperature-119-degrees.html).
Intensas inundaciones en donde nunca se habían dado, calores extremos, huracanes devastadores, largas sequías, acelerado derretimiento de polos – se están calentando cuatro veces más rápidamente que el resto del planeta – y glaciares, megaincendios forestales – los que tardan varios meses en ser controlados –, propagación de plagas y enfermedades… no puede dudarse ya de todo el daño que nuestro desperdiciador, glotón estilo de vida, está ocasionando. Matamos al planeta y nos matamos, junto con él.
En todas las regiones y países, desde Norteamérica, hasta Asia, los eventos extremos ya son comunes, los que se habría pensado que se darían por el 2050 o 2100. “Y eso que sólo nos hemos calentado 1º C”, dice el doctor Fredi Otto, del Colegio Imperial de Londres. “No encaminamos a un ascenso de unos 3º C. Y los efectos serán más devastadores, pues no se triplicarán, sino que se incrementarán exponencialmente, varias veces más de lo que ya estamos padeciendo”.
Toda la destrucción que dejan los eventos climáticos extremos, cuesta miles de millones de dólares cada año. No sólo eso, sino que va empobreciendo a los países, sobre todo los más vulnerables que, si de por sí, tienen poco dinero para hacer necesarias obras nuevas, tienen que gastarlo en reconstruir, como en Cuba, por ejemplo, en donde los frecuentes huracanes han agudizado la crisis habitacional que, desde antes, ya existía en dicho país, en donde viejas casas se deterioran más con cada huracán o terminan derrumbándose (ver: https://apnews.com/article/climate-storms-hurricanes-havana-20b72ee44343b926b09cabe8086b8a9c).
Y en cuanto a las pérdidas de vidas, se calcula, grosso modo, que ya hay unos 100,000 fallecidos cada año, a causa de los eventos climáticos extremos. Pueden deberse a los golpes de calor, a los fallecidos por inundaciones, megaincendios forestales, deslaves ocasionados por torrenciales lluvias o por enfermedades agravadas por calor o frío extremos.
“Y cada año, se incrementarán los fallecidos por esas causas”, indica el doctor Otto.
Y aunque todavía se dice que “hay esperanzas” de no incrementar la temperatura global más allá de 1.5º C, la falta de acción de empresas, corporaciones o de los países que más contaminan, como China o Estados Unidos, nos aleja de ese límite. Se está el planeta calentando más rápidamente de lo que se creía (ver: http://adansalgadoandrade.blogspot.com/2021/06/el-planeta-se-esta-calentando-mas.html).
Y los efectos se incrementarán exponencialmente, como en una escala logarítmica, en la cual, un pequeño incremento de una variable, implica un mucho mayor crecimiento en otra.
Así que preparémonos para sufrir extremos climáticos nunca antes experimentados. Inundaciones, sequías, lluvias torrenciales huracanes, megaincendios forestales, antes “atípicos” , ya serán la norma.
Contacto: studillac@hotmail.com