Fundación Nueva Educación FNES
La experiencia social contemporánea y la propia historia de Chile, ha calado hondo en la conciencia política de nuestra sociedad, fortaleciendo el principio de que la soberanía del país y de sus territorios radica en el pueblo, como un derecho inalienable e imprescriptible. El pueblo como comunidad política, es el sujeto titular de la soberanía y el decisor de todas las materias que estime necesarias.
Pero la conciencia popular en ejercer como sujeto soberano se ha plasmado en muy contadas ocasiones durante nuestra historia. Una de ellas ocurrió en los albores del proceso independentista, cuando los Cabildos determinaron los pasos que liberaron al país del coloniaje español. Otro tanto ocurrió, con el mandato que se le confirió al presidente Salvador Allende, por un gran movimiento político social, que en un proceso de varias décadas definió ideas, propuestas y transformaciones, destinadas a dar forma a una sociedad de democracia avanzada con perspectivas socialistas, plasmadas en un Programa de Gobierno y en sus Primeras 40 Medidas, votadas en las elecciones presidenciales del 4 de septiembre de 1970. Una experiencia de soberanía popular más cercana, fue el plebiscito constitucional y la elección de constituyentes, mandatadxs a elaborar una nueva Constitución Política, exigencia central de la masiva rebelión popular iniciada en las calles el 18 de octubre de 2019.
En consecuencia, no toda elección constituye un acto de soberanía popular si, como sucede habitualmente, éstas consisten en marcar preferencia por un/a candidato/a, al cual no se le otorga ningún mandato sino un mero respaldo a su ingenio demagógico como parte de sus atributos personales y meras promesas, muchas veces hasta desconocidas por sus electores y que, generalmente, no se cumplen.
El 19 de diciembre afrontaremos una elección de estas características, no obstante, por las trayectorias diversas, por las conductas, afirmaciones y convicciones manifestadas por ambos candidatos, durante el largo período de crisis económica y social que estamos experimentando, incluida la brutal represión y abusos contra lxs jóvenes, las mujeres y lxs trabajadorxs, las características e intereses contrapuestos de quienes les apoyan, nos hace establecer una distinción entre uno y otro.
La mayor parte de los chilenos conoce los antecedentes de quien obtuvo la primera mayoría relativa (2% sobre el segundo), en la primera vuelta electoral. Pertenece al sector liberticida que no se arrepiente de haber apoyado y que hoy reivindica a la tiranía pinochetista, responsable del modelo económico que privatizó los derechos sociales y entrega pensiones de hambre a los trabajadores, a pesar que con sus cotizaciones se han enriquecidos ilícitamente los cómplices activos y pasivos de la dictadura, incluido Piñera. Kast, como inspirador y líder, es el genuino representante del sector más extremista y violento de la ultraderecha y proclama su amistad y visita a criminales de la DINA y de la CNI condenados por los tribunales de justicia por crímenes de lesa humanidad. Que niega los posibles avances en derechos para la clase trabajadora. Opositor férreo del feminismo, de la diversidad sexual, de los derechos del pueblo mapuche y de las comunidades medioambientalistas, tal como sus repudiables referentes internacionales, Trump y Bolsonaro. Que desea mantener el fraude de las ISAPRES y de las AFP en perjuicio de la tercera edad. Que amenaza con limitar aún más nuestras libertades públicas, hasta encerrar en recintos secretos a sus opositores, coartando mediante el terrorismo de Estado a quienes ejercemos nuestro derecho a la libre expresión, empleando mayor represión para reflotar la unidad de la ultraderecha y asegurar la libertad de acción a los grandes capitales del subcontinente como en los años 80, de lo cual, la Operación Cóndor, es un recuerdo indeleble de las prácticas fascistas de las dictaduras militares del continente.
La posibilidad de que Kast sea elegido representa un grave peligro y un retroceso para nuestras libertades y aún precarios derechos. Un freno al rescate, disfrute colectivo y protección de bienes comunes como el agua, el aire limpio, los recursos marinos, el bosque nativo, los recursos mineros o las tierras para el cultivo, por lo que no es lo mismo uno y otro candidato, y el 19 de diciembre deberíamos concurrir masivamente a las urnas, sea cual sea las triquiñuelas que se empleen, como cambio de lugares de votación, las filas fuera de las sedes y otras utilizadas por el SERVEL.
Llamamos a acudir a votar, tanto a quienes no lo hicieron la vez pasada como a los que, como nosotrxs, optamos por una opción distinta a ambos, y lo hicimos por quién asumió la continuidad de las luchas históricas de la clase trabajadora, en sintonía con las urgentes demandas populares y de los rigores de la realidad actual.
Esta lucha sigue vigente y la continuaremos en la batalla de ideas y en las calles, centros laborales, establecimientos de estudio y en todos los territorios y espacios públicos del país. Por lo que fallaríamos, si por nuestra desidia, indolencia o incomprensión, el país quede en manos de quién descargará con violencia el costo de la crisis del modelo y de la pandemia en las espaldas del pueblo y sus trabajadores
Con Kast se acrecentaría el feroz sabotaje contra el difícil y duro trabajo de la Convención Constitucional, el organismo más auténtico, legítimo y representativo de las esperanzas de transformación del país, sometido a una comprobada, fiera y odiosa campaña de ataques y desprestigio, con el fin de evitar que la Convención Constitucional culmine su trabajo en reemplazar la tóxica constitución pinochetista. Empero, por la voluntad y el coraje popular, fracasarán!! ¡A VOTAR POR BORIC!
FNES, diciembre de 2021.-www.fnes.cl – contacto@gmail.com