PPA / Socialismo Revolucionario
Tras más de un año en pandemia, los jóvenes y trabajadores hemos tenido que sufrir las graves consecuencias de la crisis y este nefasto gobierno. Con más de 1 millón de empleos perdidos y 2.3 millones de personas cayendo en la pobreza; el gobierno y la casta política empresarial han pretendido que las y los trabajadores paguemos por esta crisis económica, que no hemos causado.
Ante las ayudas o bonos miserables del gobierno que están bajo el umbral de la pobreza; nos han forzado a ocupar nuestros ahorros del fondo de cesantía y de nuestras pensiones para sobrevivir. Cada vez queda más claro que este sistema y el gobierno son incapaces de responder a las necesidades más urgentes de la población, ni menos a las demandas planteadas por la rebelión social iniciada en octubre de 2019.
Es en este contexto que nos vemos enfrentado a las próximas elecciones del 15 y 16 de mayo. En esta ocasión se elegirán concejales, alcaldes, gobernadores y delegados para la Convención Constitucional. Sin lugar a dudas, la elección de representantes para la Convención será la más importante en el plano político y definirá las fuerzas en lucha para el próximo periodo.
No debemos olvidar que el actual proceso constituyente tiene su origen en un pacto firmado el 15 de noviembre de 2019 entre la mayoría de la casta política; como una forma de impedir la caída del gobierno de Piñera tras las masivas movilizaciones de la rebelión de octubre. Es un intento por parte de la elite, de frenar y encauzar las luchas dentro de la vía institucional. En su momento, el pueblo movilizado dijo basta de abusos, exigía dignidad y demandaba una verdadera Asamblea Constituyente donde las organizaciones sociales decidieran democráticamente su destino.
En cambio, ahora, tenemos un proceso constituyente que pretende ser controlado por los partidos; donde no se podrán discutir temas tan importantes como los tratados internacionales firmados por Chile y donde con solo un tercio de la Convención, los sectores más conservadores podrán impedir las transformaciones profundas que demanda la mayoría de la población.
Ante esta realidad, no podemos ser indiferentes ni excluirnos. Creemos que es fundamental desarrollar una doble tarea: denunciar lo fraudulento del proceso constituyente impulsado por la casta política empresarial y, por otra parte, apoyar a las verdaderas candidaturas independientes y organizaciones sociales de lucha que planteen sobrepasar los marcos de la futura Convención.
Para quienes planteamos la transformación revolucionaria de la sociedad, las elecciones son solo un espacio para desenmascarar a este corrupto sistema y para ayudar a elevar el nivel de conciencia de la población; explicando que solo la organización y lucha unificada de los explotados permitirá acabar con el capitalismo neoliberal y dar solución a nuestras demandas de justicia.
Es necesario desconfiar de la casta política, solo podemos confiar en nuestras propias fuerzas. Por eso los luchadores sociales que participen en la Convención deberán denunciar los engaños de los partidos corruptos y ayudar a potenciar la movilización social para sobrepasar las barreras de la actual institucionalidad. El impulso de asambleas y cabildos en los barrios y lugares de trabajo será vital para construir poder popular, para levantar una genuina Asamblea Constituyente desde las bases.
Solo entonces, en este proceso de lucha, será factible construir una alternativa socialista y revolucionaria que ponga fin a este gobierno empresarial; abriendo camino a un verdadero gobierno de los trabajadores que impulse los profundos cambios que Chile necesita.
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