por Mumía Abú-Jamal
El régimen de Donald Trump ha irradiado por todo el mundo un aura de espanto, de miedo y a mostrado colmillos desnudos como los de un Estado rapaz, hambriento de poder.
Desde su Primer Día el Régimen de Trump ha usado miedo, insultos y mentiras para «vender» sus programas de represión, tanto así, que una de las instituciones más conservadoras del gobierno, las Cortes de Justicia, han sido forzadas a declarar ilegal el maniático ataque de Trump contra los Musulmanes.
El ex Juez Principal de la Corte Suprema de los Estados Unidos, William Rhenquist, opinó una vez que «en tiempos de guerra, la ley guarda silencio». Este axioma considera que el Presidente tiene poder casi absoluto en casos que envuelven la seguridad nacional.
Trump es tan incompetente, que firmó una Orden del Ejecutivo que esencialmente retaba a las Cortes de Justicia a que lo contravengan, negando a los Musulmanes, (especialmente a Musulmanes sirios) entrada a los Estados Unidos, incluso a los que tienen visas válidas. Su derrota a manos de las Cortes de Apelaciones Norteamericanas fue épica.
Para llegar a la Casa Blanca, Donald Trump navegó las olas del odio a los extranjeros, del miedo y las mentiras; y sediento de poder hoy azuza las brasas del odio racial.
Él representa la moribunda generación que ve desaparecer su estilo de vida.
Desesperadamente esa gente muerde, maldice y desgarra todo para detener la marcha del tiempo hacia el Cambio.
Esa gente no se irá calladamente al caer de la noche.
Ellos y ellas van a derramar las entrañas de miedo y terror contra el Cambio; y van a luchar como demonios para tratar de Hacer Los Estados Unidos Para los Blancos Otra Vez.
–© ‘17maj
