EL PORTEÑO
por Gustavo Burgos
En medio del proceso de formación de una lista unitaria de trabajadores para enfrentar las próximas elecciones para la Convención Constitucional, desde la agrupación Unidad de Trabajadores, tomamos contacto con la llamada Mesa Social, un agrupamiento que congrega —en la apariencia— a importantes organizaciones y estructuras sindicales, sociales y territoriales en Valparaíso. Intentamos abrir un espacio de diálogo político en vista una acción común. No fue posible. La Mesa Social haciendo gala de un sectarismo despolitizado hizo imposible todo diálogo. En lugar del diálogo cerraron la puerta al mismo con un reglamento moralista y ético cuya única finalidad es dejar al arbitrio burocrático de la mesa ejecutiva de la Mesa Social quiénes, en qué condiciones y bajo qué política habrá de levantarse esa lista. Un reglamento risible para una política vergonzante.