Lo que nos están demostrando las primarias de los partidos defensores del sistema que se realizaron este domingo 29 de noviembre 2020, es que ni siquiera fueron capaces de movilizar a su militancia más dura,;apenas un 2,9% del padrón votó en estas elecciones, algo más paupérrimo que esta cifra es imposible.
Está claro que estos partidos ya no representan a la mayoría de la población de este país, los resultados simplemente son patéticos, las celebraciones que están realizando en sus sedes son aún más patéticas todavía.
Por algo, algunas encuestas nos dicen de que el Congreso apenas cuenta con un 3% de apoyo y los partidos apenas cuentan con un miserable 2%, está claro que los partidos hace rato que dejaron de representar a la mayoría de la población.
Este espectáculo de las primarias nos demuestra una vez más que los partidos políticos del sistema están muy alejados de la gente, ellos viven en una realidad paralela y son incapaces de entender lo que está exigiendo la gente en las calles.
Después de estas primarias los partidos quedan todavía más separados de los ciudadanos de este país que están exigiendo cambios de fondo y no solo de apariencias.
Los partidos podrán imponer a sus candidatos una vez más, pero está claro que solo lograran seguir cuesta abajo en la rodada y que difícilmente podrán recuperar algo de prestigio con esta parodia de democracia.
Quedo claro que ni Chile Vamos, ni la nueva Concertación o el Frente Amplio tienen la capacidad de representar las demandas y anhelos de justicia que tienen amplios sectores de la población, especialmente de los sectores populares.
La decadencia de los partidos defensores del sistema ya es demasiado evidente, ya está quedando obsoleta su forma de funcionar; que básicamente está basada en desplegar a sus operadores políticos, los funcionarios a sueldo con los que cuentan, pero sin vida partidaria real en estos aparatos burocráticos.
Es evidente que la democracia desde el fin de la dictadura está secuestrada por los partidos y esto queda cada vez más claro para amplios sectores de la población, especialmente cuando el movimiento decía que el problema no eran “30 pesos, sino 30 años” de abusos.
Nos repiten una y otra vez que no puede existir democracia sin partidos, pero los actuales partidos políticos funcionan completamente apartados de la población y lo que es peor deciden por la gente pero sin siquiera tomar en cuenta a la población que dicen representar.
Ya está claro que los partidos no pueden seguir tomando decisiones en nombre de un pueblo al que no representan para nada, los partidos hace rato están muy lejos de la gente común y corriente; de esa que vive de un salario miserable que no le alcanza para cubrir sus gastos más básicos.
Los partidos están cuestionados por el pueblo no solo en Chile, sino en todo el mundo, las crisis internas de los partidos ya son demasiado evidentes, peleas internas entre los diferentes lotes que existen, renuncias de militantes, renuncias de diputados, son algunos de los resultados de esta crisis.
Sin la participación real y concreta de la mayoría de la población en las decisiones que se toman en cualquier sociedad no veremos cambios en los niveles de confianza en la “democracia” y menos todavía en los partidos que una y otra vez traicionan los anhelos de cambios que tiene el pueblo.
Celso Calfullan, Socialismo Revolucionario.
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