por El Porteño
Mientras se escriben estas líneas miles y miles salen a celebrar esta victoria popular reclamando FUERA PIÑERA y levantando la bandera de la Asamblea Constituyente. Los resultados del Plebiscito, además de infligir una derrota histórica al sector del pinochetismo que se atrincheró tras la opción rechazo, constituyen una clara expresión de voluntad popular que obligan a Piñera a dimitir de su mandato de forma inmediata. ¡¡El 78% del APRUEBO que casi cuadruplicael 22% del RECHAZO, hay que gritárselo a los fascistas en la cara!!
Se trata de un acto que por su contundencia debe entenderse como revocatorio del mandato constitucional. Desde la Derecha y desde el arco político del Acuerdo por la Paz, no se cansan de repetir que ahora el camino institucional está sellado y que se debe aislar a las movilizaciones que ellos denominan «violencia». Ahora hablan de paz y diálogo, mientras durante un año completo han legitimado las sistemáticas violaciones a los DDHH perpetradas desde el Estado. No dicen esto por convicción democrática, sino porque quieren poner fin a las movilizaciones y reinstalar la disciplina social.
Repiten igualmente la cantinela de que este es un triunfo ciudadano, transversal que cuestionaría difusamente a la clase política y no a Piñera. Lo presentan como un triunfo del régimen porque saben que la realidad es totalmente distinta, precisamente porque esta votación es una maciza derrota a los sostenedores del régimen que plantea, adicionalmente, de manera obligatoria la salida de Piñera y que pone en tela de juicio el conjunto de la institucionalidad patronal.
Que una parte importante de los suscriptores del Acuerdo por la Paz haya impulsado votar APRUEBO, no es sino otra forma de intentar resolver la crisis reimplantando una nueva transición democrática, por los próximos 30 o 40 años. No lo permitiremos, el triunfo del APRUEBO es una categórica expresión de voluntad revolucionaria dirigida en contra del podrido orden capitalista en su conjunto, esto es en la realidad, en la calles, que es donde se da la verdadera lucha democrática que es la lucha de los trabajadores y el pueblo.
Desde El Porteño hacemos un claro llamado a defender este triunfo, que es un triunfo popular, de la movilización y que dedicamos a los caídos en esta lucha, a los mutilados y los miles de presos políticos, ilegalmente encarcelados por el régimen. Esta victoria debe ayudar a forjar la unidad de los trabajadores, debe permitir profundizar y extender las movilizaciones, fortaleciendo todos los espacios de organización popular.
Compañeras, compañeros, la lucha encuentra en este acto un punto de inflexión y reanimamiento. Debemos reinstalar la exigencia de liberar a los presos políticos y de juzgar y encarcelar a los asesinos, mutiladores y torturadores del régimen, empezando por Piñera. Estas primeras reivindicaciones han de encontrarse en el orden del día, coronadas por la exigencia de una verdadera Asamblea Constituyente desde las bases, asentada en los órganos de lucha popular.
Nos sumamos a las celebraciones, porque falta que hacen, para ganar las calles con la decidida y explícita voluntad de contribuir a la Unidad de los Trabajadores. Ahora debemos levantar listas de trabajadores para las elecciones a la Convención Constitucional, listas que recojan el conjunto de las reivindicaciones que ha venido planteando el movimiento desde el 18 de Octubre. Listas de trabajadores que reivindiquen la necesidad de la organización obrera y de la movilización en contra del del Estado, de su régimen explotador y de sus partidos. Listas de trabajadores que enfrentando el Acuerdo por la Paz, pongan en alto la Asamblea Constituyente soberana y desde las bases . Listas de trabajadores que —en definitiva— contribuyan a la formación de un poderoso movimiento de clase, que se plantee la formación de una nueva dirección política de de los explotados, la movilización unida y decidida por un Gobierno de Trabajadores.
