Patty Carmona Lanfranco.
Han pasado algunos días desde que Patty Carmona Lanfranco, nos dejó físicamente, pero su canto y su compromiso con la construcción de un Chile más justo y solidario junto a su profunda alegría de vivir se quedó definitivamente entre nosotr@s.
Patricia Carmona, una mujer luchadora, compañera, madre, militante, psicóloga, feminista, artista y creadora.
Militante de la solidaridad popular y comprometida a fondo con lucha del pueblo trabajador por nuestra liberación la refundación de nuestra patria.
Latinoamericanista e internacionalista, solidaria con la lucha de otros pueblos, vinculada a luchas que hacía suyas con la misma constancia, pasión y compromiso militante que siempre la caracterizó.
Aún en medio de su tenaz lucha contra la enfermedad que la acechaba siguió construyendo, luchando, cantando creando y difundiendo cultura, acompañando la revuelta popular y las luchas del pueblo trabajador, marchando en las calles y en la Plaza de la Dignidad.
Patty siguió participando también activamente en las actividades y encuentros para consquistar una Asamblea Constituyente originaria y soberana.
Patty Carmona combatió siempre por la vida, por conquistar la buena vida para nuestro pueblo, su pueblo hasta el final.
Partió rodeada por un inmenso amor de su familia, de sus compañeras, compañeros y amig@s y de tantas y tantos los que a pesar de las restricciones de desplazamiento que imponen estos tiempos de coronavirus la despedimos con dolor, afecto, amor y admiración dentro y fuera de nuestro país.
Desde Werken Rojo rendimos un sentido homenaje a Patty Carmona Lanfranco.
Su vida fue un regalo para quienes la conocimos y su trayectoria, creación y lucha es un legado para continuar activamente reconstruyendonos colectivamente y proyectandonos como pueblo con fuerza para conquistar una vida digna y justa, sin explotación ni discriminaciones de ningún tipo, una vida profundamente solidaria, igualitaria y creativa.
¡Patty Carmona Presente!
Colectivo Werken Rojo.
Santiago, marzo del 2020
Que mejor forma de homenaje para retratar a nuestra amiga y compañera Patty Carmona que reproducir las palabras pronunciadas en su despedida de Francisco Villa, su compañero, cómplice y marido, su compañero de vida, de luchas y de canto:
FRANCISCO VILLA DESPIDE A PATTY CARMONA
Gracias a todos los que nos han acompañado en este proceso, a nuestros hijos, nuestras madres, nuestros hermanos, cuñados, amigos entrañables, compañeros de causa y cientos de seres anónimos que nos abrazan sin esperar nada a cambio.
Dirán… Ella ya no está ahí, eso es sólo un cuerpo, yo responderé… Pero yo también amé ese cuerpo, incluso, “un poquito antes que su alma…”
Una vez más nos sorprendió La Muerte…
Como quisiera que resucitaras mi adorada ciudadana… y que pudieras darte cuenta del cariño de los miles de seres humanos, que desde tantos rincones de la tierra, han manifestado su amor y admiración por ti y con ello el dolor profundo de tu partida.
Como quisiera Patuleca del alma del alma mía, que sonara mi celular, ver tu nombre en la pantalla, contestar… y que del otro lado me preguntaras ¿Dónde y a qué hora nos juntamos?
Como quisiera retroceder unas semanas y vernos con los niños en La Serena: Ustedes jugando al “cara e’ caca”, en la arena con el mar de fondo y yo haciéndome el que leía, cuando en realidad, los contemplaba plácido y admirado de la empatía con tus hijos… Y el juego de paletas… y el chocolate con leche, del cafecito de la Avenida del Mar.
Como quisiera verte bajar de la escala de la casa nuestra, con la ropa sucia, anunciando con cara de sacrificio: “Voy a lavar…”, cuando en realidad, sólo ibas a apretar el botón de la lavadora. Y ver tus dedos sobre las cuerdas del cuatro venezolano o tus invitaciones a ver por primera vez, una película que ya habías visto. 1200 veces… o contándome las última revelaciones de Baradit… o reclamando por lo larga que resultó ser “Verdades Ocultas” la teleserie del momento… o cantando a Spinetta… o Cerati, buscando la complicidad con el Vicente… o pidiéndole a Panchito, que te hiciera escuchar el último rap que componía… o preocupada por el Matías y la razón psicológica, por la cual no se saca nunca el jockey, ni para ducharse… o por qué al Camilo se la pasaba la mano de repente con “el copete”, cuando en torno a la parrilla, se quedaba echando el pelo con sus tíos Juanito y Gero, mientras la carne jugosa se recalentaba.
Como quisiera volver a verte con mi papá canturreando enguitarrados, mientras mi mamá le grita: Aturdío, caído del catre!! a algún nieto que se manda un condoro.
Nada como dormir abrazados con mi pierna entre las tuyas y mi mano en tu potito, en la tibieza de nuestra cama Patty Carmona.
Nada como verte pedalear por Avenida Macul o Dublé Almeyda, con tu casco rojo y tu bici amarilla con canasta Patty Carmona.
Nada como marchar contigo de la mano por las grandes alamedas, sabiendo que codo a codo, somos mucho más que dos Patty Carmona.
Nada como verte llorar con las películas dramáticas que tanto te gustaban Patty Carmona.
Nada como tus cotidianos carmonazos, tu alegría, gracia, buen humor, tolerancia, tu inquietud desbordante Patty Carmona.
Nada como tú: Hola Panchito Villa!! al despertar en la mañana… o tus evocaciones constantes de la U. de Conce, tu Rancagua natal, tu Coyhaique infantil, tus compañeras del barrio de básica y media… y tus notas indignantemente perfectas Patty Carmona.
Nada como verte recostada en nuestro clásico sillón abrazada por tus hijos… o tu canto tirolés en veladas familiares Patty Carmona.
Nada como verte bailar con esa gracia infinita, lo que te pusieran por delante, ya fuera una cueca, salsa o el sonido de una bandeja cayéndose al suelo. Nada como verte encontrar lo que yo no encontraba o arreglar lo que yo no arreglaba Patty Carmona.
Nada como esos viajes, giras y conciertos por el mundo, además de los juveniles mochileos a nuestro amado Chiloé sin puente y los relatos sobre los niños a los que le encontraste padres en tu pega del SENAME y la buena onda con tus compañeros del servicio en todo Chile, en especial en la Unidad de Adopción Patty Carmona.
Nada como verte cantar y llenar el escenario con tu gracia, tu dulzura, tu épica, tu histrionismo, tu emoción, tu voz perfecta, en fin… tu aura de artista toda… Y tu activismo militante comprometido, metódico, responsable, en aprendizaje constante, dirigiendo asambleas, marchando, organizando y reflexionando con tus compañeros…en fin Patty Carmona.
Patty, la psicóloga, Patty, la musicoterapeuta, Patty la múltiple posgraduada, la música, la funcionaria pública, la luchadora de cuanta causa perdida valiera la pena… La generosa de remate, la de la palabra prodigiosa, la mujer más amada por las mujeres, la que me hizo sentir, el más envidiado por los hombres.
Patty Carmona, no sé ser sin ti, tendré que aprender a respirar, a vivir con esta agonía, con esta desesperante impotencia de no poder verte, abrazarte y besarte, como siempre lo ha hecho “Pebuliostein”: el monstruo de los besos y el apretuje de cachetes.
Te despido contra mi voluntad, por mí y por todos nuestros compañeros, porque no queremos que te vayas, que nos dejes… y sé claramente que tú no querías dejarnos. Te despido porque la puta muerte y la puta vida, se coludieron para infringirnos a los buenos, el más despiadado de los daños, mientras le da chipe libre e impunidad vital a los malos.
Patty Carmona, de no ser por nuestros hijos, me habría ido decididamente contigo, aunque tú no quisieras seguir cargando con este cachito.
Mi adorada ciudadana… Gracias por la cándida luz y la penumbra, por el paso a pasito, por el pan y la cebolla, por nuestro derecho a soñar, por darle sentido al alma del alma mía.
Me quedo con nuestro hermoso casorio al filo de la vida y la emoción de nuestras madres. Me quedo con este anillo, que dejará claro al mundo, que viudo no soy.
Busque tu orilla y me diste curso…Te mostré mis banderas y las cargaste. Hasta la próxima esquina amorcito, seguiré siendo por los siglos de los siglos: madera de tu madera, barro de tu barro y carne de tu carne.
Chau Patty Carmona del alma del alma mía: “Fui tuyo, fuiste mía…”.
Gracias por darme amor, pan y circo.
Francisco Villa Castro
Santiago de Chile 25 de marzo de 2020.
Gracias Patty Carmona!!! Siempre en la memoria.
Gracias Pancho Villa!!!