Resumen latinoamericano, 20 febrero 2020
La Intendencia metropolitana quiso hacer desaparecer los escritos del pueblo
El 14 de febrero ingresó la orden de compra hacia la empresa Solcrein Service Limitada, que tras un concurso público se adjudicó la licitación de más de 240 millones de pesos para pintar y limpiar las fachadas y pavimentos de la ciudad que han sido grafiteados, pintados, y a las que se incorporaron carteles y afiches, desde el inicio de la revuelta.
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El día miércoles 19 de febrero, a primera hora, se publicó en redes sociales que la totalidad de la fachada del Centro Gabriela Mistral (GAM), ubicado en la “zona cero” de la capital, había sido pintada por sujetos desconocidos, eliminando cuatro meses de expresiones artísticas y de protesta.
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A raíz de la situación, el GAM realizó una declaración condenando el hecho y aclarando que “esta intervención no fue autorizada ni gestionada por GAM, no recibimos notificación de ninguna entidad ni organización para ello y desconocemos la procedencia de dicho acto”.
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Pero no solo este centro cultural fue pintado; otros edificios residenciales, quioscos y otros lugares como el Centro Arte Alameda o el Teatro Municipal también habían sido intervenidos de esta forma en los últimos días.
Sin embargo, la Resistencia no se amilanó y a las pocas horas cientos de grafiteros y pintores callejeros aprovecharon la blanqueada hecha por los esbirros de la dictadura y volvieron a pintar lo que los otros habían intentado desaparecer.
Por su parte, las históricas Brigadas Ramona Parra, convocaron a que se redoblen las pintadas en todo el país para demostrarle al regimen que no se admiten censuras de ningún tipo.
A Piñera otra vez le salió el tiro por la culata.
Algunas de las obras artisticas callejeras