por Ariel Orellana Araya //
El fenómeno de la migración no es nuevo, desde las teorías del poblamiento humano, pasando por el período de colonización y esclavitud del “tercer mundo”, hasta la conquista de nuevos mercados por parte de las potencias mundiales y el correspondiente traslado de trabajadores y trabajadoras tras la ilusión de encontrar mejores condiciones de vida, o de acuerdo a los requerimientos del mercado del trabajo a escala global, son muestra de que desde los inicios de la especie humana y hasta el presente los hombres y mujeres se han trasladado de un lugar a otro para satisfacer sus necesidades materiales.