por Alan Woods //
Un hombre de negocios dijo en una ocasión al poeta inglés Robert Graves: «No hay dinero en la poesía», a lo que él respondió: «No, pero tampoco hay poesía en el dinero». Tengo la firme convicción de que el capitalismo, especialmente en su período de decadencia senil, es profundamente hostil al arte. Los capitalistas ven el arte como ven todo lo demás: como una mercancía. Conocen el precio de una obra de arte, pero no su valor. Para ellos, el arte y los artistas son para comprar y vender como cualquier otro producto.
Cuando el gran artista holandés Vermeer murió, su esposa tuvo que vender al panadero las pocas pinturas que su marido había dejado para pagar las deudas con él. Del mismo modo, Van Gogh vendió solo una pintura en toda su vida. Ahora las grandes pinturas (e incluso las no tan grandes) se venden por inmensas sumas de dinero en las salas de subastas de Londres y Nueva York. El arte en el mundo moderno es un mero objeto de especulación, un área de inversión altamente rentable y segura.
http://elporteno.cl/2018/05/19/el-capitalismo-y-el-arte/