El apoyo de los gobernadores y los diputados del Bloque Justicialista fue central. El proyecto solo alcanzó 127 votos positivos. Duarnte la noche, miles de personas hicieron cacerolazos y marcharon al Congreso.
LA IZQUIERDA DIARIO Martes 19 de diciembre | 11:54
La larga sesión legislativa que comenzó este lunes terminó pasadas las 7 de la mañana del martes. Fue, sin dudas maratónica. A lo largo de las más de 12 horas que duró, quedó en evidencia la voluntad política del oficialismo nacional de aprobar la regresiva contrarreforma previsional, más allá de la enorme oposición social y política.
La votación final de la ley se dio con 127 votos positivos (3 menos que el quórum) y 117 en contra. En el momento de la votación misma, la pantalla había registrado 128 votos a favor pero luego fue informado el error.
Entre los ausentes cabe destacar al ex candidato a presidente Daniel Scioli. El diputado del FpV no había estado tampoco el jueves pasado, cuando la sesión hubo de ser levantada por el escándalo político de la represión en las afueras del Congreso.
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Desde el inicio de la discusión, en el marco de la represión durísima que tuvo lugar durante toda la tarde del lunes, desde los distintos bloques de la oposición se insistió en suspender la sesión, eliminar el tema de la agenda o hacer que la discusión de la reforma volviera a comisión. El oficialismo, con el aval del Bloque Justicialista, votó en cada una de esas ocasiones en contra.
Precisamente, la colaboración del peronismo agrupado en el Interbloque Argentina Federal fue fundamental para lograr este apoyo. El viernes, un día después de la sesión que fue levantada en el medio de un escándalo por la represión fuera del recinto, ese interbloque dio aval al proyecto.
Este espacio se identifica con los gobernadores provinciales peronistas. Ayer, en el momento de los cierres, el salteño Néstor David justificó su voto diciendo “esto es lo que nos tocar hacer hoy”.
El camino hacia esta reforma previsional se pavimentó con el Pacto Fiscal firmado por casi todos los gobernadores, incluida Alicia Kirchner (Santa Cruz) y Rosana Bertones (Tierra del Fuego).
Este lunes la misma Bertone -que es autoridad del peronismo, fue parte de los gobernadores que eligieron otorgar un aval explícito a la reforma. Se fotografió junto a los mandatarios oficialistas -como Vidal y Rodríguez Larreta- y a Emilio Monzó, dando muestra de apoyo a la norma que ataca los ingresos de los jubilados.
Por el lado de los diputados, la moneda de cambio para terminar de cerrar ese apoyo, fue la decisión de otorgar un bono compensatorio. El mismo no alcanza al total de las personas afectadas por la modificación del cálculo de movilidad y, como fue denunciado desde diversos sectores, se trata de una modesta compensación en relación a lo que se extrae de los fondos del Anses. Mientras que el recorte producto de la norma establece una baja que se calcula en cerca de $ 100.000 millones, el bono apenas implica una “devolución” de $ 4.000.
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En este marco, la CGT llamó a un paro tardío y limitado, sin preparación que no permitió a los trabajadores utilizarlo para enfrentar este ataque y poder derrotarlo. Incluso, en la tarde de ayer, la UTA (Unión Tranviaria Automotor que agrupa a los trabajadores del transporte público) anunció que no participaría del mismo, limitando la fuerza del reclamo. Esto ocurría mientras en el Congreso aún se discutía.
A lo largo de toda la jornada se evidenció el enorme rechazo a la reforma. A la importante movilización que tuvo lugar durante la tarde, se lo sumó luego de la represión un importante cacerolazo que se originó en muchos barrios de la Ciudad de Buenos Aires, pero encontró eco en ciudades como Rosario, Córdoba o Mendoza. Cerca de las 2 de la madrugada, miles de personas estaban aún en las inmediaciones del Congreso Nacional.
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La reforma previsional votada en la mañana de este martes nace con muy poca legitimidad. Como lo señalo durante su intervención el diputado del PTS-Frente de Izquierda, quedará en la historia asociada a otras grandes entregas de conquistas por parte de la casta política que gobierna el Estado capitalista.
