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Porqué no se pueden demandar a las armeras de Estados Unidos

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Por Adán Salgado Andrade

Los tiroteos en Estados Unidos, ya son crónicos, inevitables. Cada que hay alguno nuevo, el implicado busca superar al anterior. Son copycats que tratan de provocar más muertes. Se conjuntan la facilidad con la que se consiguen las armas, derecho constitucional inalienable, con la frustración o problemas que el atacante sufre y que son los que emplea como justificación para realizar una masacre (ver: http://adansalgadoandrade.blogspot.com/2022/05/los-tiroteos-masivos-en-estados-unidos.html).

Claro que sobresalen los tiroteos masivos, pero alrededor de 45 mil personas mueren por armas de fuego, sean suicidios o asesinatos que no alcanzan a ser noticias, como alguna reyerta entre dos personas y que una de ellas decide sacar un arma y matar a la otra, con tal de “hallar” una solución (ver: http://adansalgadoandrade.blogspot.com/2022/07/otros-crimenes-de-los-que-no-se-habla.html).

Pero a pesar de tantas muertes al año, de los sufrimientos que los familiares de los asesinados padecen, de los gastos económicos que se ocasionan – los de los hospitalizados o los gastos funerarios –, las fábricas que hacen pistolas y rifles, de distintos calibres y modelos, como Smith & Wesson, no son sujetas a demandas legales, pues desde hace varios años, están protegidas  por una obscura legislación, como expone el artículo del portal digital  teen VOGUE, titulado “Los fabricantes de armas, están protegidos de faltas civiles. Eso, tiene que cambiar”, firmado por los congresistas  Adam Schiff, Sofia Ongele, Sam Shlafstein, Sam Schmir, y Jack Petocz (ver: https://www.teenvogue.com/story/gun-manufacturers-liability-law).

El artículo es una petición de esos congresistas, llamando a derogar la así llamada “Protección del Comercio Legal en el Acta para las Armas” (PLCAA, por sus siglas en inglés), aberración “legal”, gracias a la cual, los armeros se protegen y es difícil que indemnicen a las familias de fallecidos o heridos.

La entrada del artículo, no puede ser más elocuente: “Estados Unidos está traumatizado y traumatizado y traumatizado, por un interminable ciclo de violencia con armas, niños asesinados en sus salones de clase. Clientes asesinados en tiendas. Padres asesinados en desfiles de la independencia. Esta es nuestra obscura realidad, pues el Congreso, se ha rehusado a tomar una agresiva acción para detener la violencia con armas y porque las compañías que hacen armas, anteponen sus ganancias al bienestar de la gente”.

En efecto, lo que señalan los congresistas es una dura realidad, pues las acciones que recientemente se tomaron para “limitar” el uso y venta de armas, son cosméticas, no las prohíben, sólo se agregaron algunos mecanismos muy endebles, como alargar el tiempo de espera de revisión de los datos de quien quiera comprar un arma o prohibir que gente con antecedentes penales o de maltrato, puedan adquirir una. Las radicales, digamos, medidas que querían aprobar los demócratas, como prohibir la venta de rifles de asalto – que son los que se emplean en los tiroteos –, nunca pasarán en un país en el que el culto por las armas, equivaldría al culto por la Virgen de Guadalupe, que se ejerce en México, que aunque es enajenante, fanatizador y esclavizador, se sique practicando (vean, cada año, las hordas de gente que los doce de diciembres, marchan gustosas por las calles de la ciudad para rendir culto a su Virgencita de Guadalupe).

Así pasa con las armas en Estados Unidos (EU) y a pesar de tantas muertes, los que se aferran a seguir con su derecho a poseerlas, lo “lamentan”, pero dicen, a favor de ellas, que “no tienen la culpa, sino el que las esté empleando”.

Continúa el artículo comentando que “el modelo de negocio de los fabricantes de armas, se basa en su habilidad para vender el mayor número de artefactos letales que sea posible a los estadounidenses. Pero, a diferencia de otras industrias, aquéllos gozan de inmunidad contra demandas civiles, a pesar de que actúan negligentemente o sin considerar las responsabilidades civiles. Sólo imaginen si las empresas automotrices no pudieran ser demandadas por bolsas de aire defectuosas o las tabacaleras, por vender cigarros a menores”.

Ciertamente lo que dicen es incontrovertible, pues automotrices o tabacaleras, en el pasado, han sido demandadas por muertes ocasionadas por autos defectuosos o los males, como cáncer, que ocasiona el fumar.

Y señalan la ley por la cual los armeros, gozan de impunidad, “la que no es accidental”. “Es el resultado de una ley poco conocida, que tiene un gran impacto en la forma en que tratamos – o no lo hacemos – con la presente crisis de violencia. La Protección del Comercio Legal en el Acta para las Armas, PLCAA, fue convertida en ley por el entonces presidente George W. Bush en el 2005. En ese entonces, la Asociación Nacional del Rifle (NRA, por sus siglas en inglés), la promovió como una importante prioridad. Recientemente, el Congreso, estuvo a punto de derogarla, cuando el Acta Para Justicia Equitativa Para las Víctimas de la Violencia fue aprobada. Esta legislación, podría acabar con la PLCAA de una vez y redefinir la lucha contra la violencia armada”.

Esa infame “ley”, ha evitado que las armeras tengan responsabilidad alguna en los terribles tiroteos que se han dado en EU. “Familias rotas y sobrevivientes, no tienen el derecho de exigir justicia mediante la ley, porque la industria de las armas, usa al PLCAA como una forma de mantenerse fuera de la cárcel, aun cuando actúe negligentemente”.

Citan el caso de los esposos Lonnie y Sandy Philips, quienes perdieron a su hija, Jessi, en el tiroteo del cine Aurora, en Colorado, en el 2012. Un tipo disfrazado del Guasón, entró con un rifle de asalto y en pocos minutos, mató a doce personas, incluyendo a Jessi (ver: http://adansalgadoandrade.blogspot.com/2012/07/de-tiroteos-estrenos-hollywoodescos-y_26.html).

Una investigación demostró que el tirador, había comprado las balas de distribuidores que vendían por línea. Demandaron a uno de ellos, Lucky Gunner, pero por la PLCAA, el caso no progresó. Lo peor fue que más bien ellos, los agraviados padres, tuvieron que pagarle a ese mezquino negocio doscientos mil dólares como “compensación”. Nada más para que vean los extremos tan cínicos y mezquinos que se han permitido con esa “ley”. Los peor es que Lucky Gunner ha seguido haciendo buenos negocios y a ese negociante de la muerte, seis años después del tiroteo de Aurora, le compraron las balas para otro tiroteo masivo que tuvo lugar en la high school Santa Fe de Texas. “Ocho estudiantes y dos profesores fueron asesinados – y el ciclo de violencia, continúa, sin ser roto”.

Señalan los legisladores que “la industria de las armas, ha mostrado que no la conmueve el horror de estos tiroteos. Una industria que no cambia luego de que sus productos son usados para masacrar a alumnos de escuelas elementales – en Newton, Connecticut y Uvalde, Texas –, no le preocupa el sufrimiento. No nos engañemos, no hay tragedia lo suficientemente grave, como para conmover a los fabricantes y distribuidores de armas, que son los que alimentan esta crisis. Nada les importa, sólo se importan ellos”.

De hecho, la NRA, aunque “lamentó” el tiroteo en Uvalde, “sigue empeñada en defender el sacrosanto derecho a poseer armas”. Y siempre salen con que “no tienen la culpa las armas, sino el que comete esos actos con ellas. El ciudadano respetuoso de la ley, sólo las usa para su propia defensa”.

Es una declaración absurda, pues son pocos los que emplean un arma para defenderse y como señalo arriba, son frecuentes las riñas que terminan con el asesinato de uno de los involucrados.

Pocos han sido los casos en donde una armera haya pagado algo de los daños. Fue el de Remington, quien pagó 73 millones de dólares a las familias de los niños y maestros asesinados en otra escuela elemental, Sandy Hook, en el 2012, con una de sus armas de asalto. “Los acusadores, alegaron que Remington deliberadamente hacía publicidad dirigida a hombres aislados y violentos, citando anuncios que prometían a los compradores de sus armas que podrían ‘limpiar el lugar o hacer que la oposición se doble de miedo’. La empresa, cedió, y eso que bajo el PLCAA. Así que imaginen si se derogara, muchas más pagarían”, dicen los congresistas.

Insisten en que debe de derogarse esa infame ley. “Sin ella, se habría hecho justicia a los Philips. Y son los jóvenes, los de la generación Z, los que nos pueden ayudar a derogarla, pues son los que más sufren por la violencia armada. En el 2020, fueron las armas, la principal causa de muertes de adolescentes en EU”.

Pero lo mejor sería derogar el Second Amendement, el anacrónico artículo constitucional que garantiza el derecho a las armas, además de que se formen milicias para “proteger al país”.

Ésa, sí, sería una medida radical para acabar con la violencia armada.

Mientras tanto, para desgracia de los congresistas, los tiroteos seguirán y las armeras continuarán haciendo buenos negocios, aunque las multen

Y los perpetradores de tales tiroteos masivos, buscarán siempre superar a su antecesor.

Contacto: studillac@hotmail.com

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