EB, 18/11/2021
A propósito de cómo se tomó la agenda la postura del PC sobre las elecciones en Nicaragua, cabe un par de reflexiones:
a) específicamente sobre Nicaragua, el gobierno de Ortega y señora, no son la continuidad de la revolución sandinista (destacar que la izquierda internacionalista fundamentalmente la latinoamericana discutía, mientras apoyaban el proceso, si el gobierno surgido de la derrota de Somoza conducía a un gobierno obrero, discusión zanjada con el triunfo electoral de Chamorro y la Contra.
b) para algunos sectores de izquierda, estalinistas y variantes del centrismo se trata de una política antiimperialista, “los enemigos de mis enemigos son mis amigos”, mismo argumento con el que en Perú primero apoyaron a Fujimori y luego a Toledo, ejemplos sobran, Ecuador y México entre otros. No todos los enemigos de mis enemigos son amigos, sin duda es un deber militante apoyar un país atrasado contra la intervención imperialista, defender a Argentina contra la intervención británica no nos hace amigo de Galtieri.
c) Luego de la controversia desatada entre los dirigentes más “duros” y los/as dirigentes más conocidos/as los primeros dan un paso atrás diciendo que lo fundamental de la declaración es por la postura de Piñera frente al proceso electoral (¿que esperaban?). Las declaraciones no se hacen en el aire, hoy militantes y dirigentes/as del PC cuestionan públicamente la postura del aparato del partido, estamos en un proceso histórico nacido del estallido social de octubre, escribiendo una nueva constitución y elecciones ad portas, estarán todas las instituciones en crisis, y la paradoja de quienes firmaron la declaración (aparato y acólitos) será si Fujimori, Ortega, Toledo, son sinónimo de antiimperialismo quien lo es en Chile?
Lamentable la opinión de werken sobre el tema. No se trata de una declaración entre los más duros del P.C y los menos duros. La declaración del P.C está acorde con una declaración de principios, que desde sus orígenes se encuentran en sus estatutos, y que no es otra que la no intervención en los asuntos internos de los países respetando su soberanía, autonomía y su autodeterminación. Si no respetamos estos principios quiere decir que tenemos que seguir dándole manga ancha al país interventor en los asuntos de otros países, como lo hace repetidamente en todas partes del mundo los Estados Unidos. Les puede caer bien o mal Daniel Ortega, pero de resultas que en la reciente elección en dicho país participó el 66% del electorado, pese a la intensa campaña desde EEUU, Costa Rica y la misma OEA, para estimular la no participación en dichas elecciones, mientra en la última elección presidencial en Chile participó un 49% del electorado, Entiendo que la democracia se entiende mejor cuando hay una mayor participación de los ciudadanos.. Y como las hubo, entonces se acusa de Fraude..¿Les suena?, ya lo hicieron con Morales en Bolivia, Maduro en Venezuela, y también hasta el mismo TRump cuando perdió las elecciones. Resulta que para la derecha hay democracia cuando ellos ganan las elecciones, pero cuando la izquierda gana es que hay fraude. ¿Y de los golpes blandos qué? Se acuerdan de Zelaya en Honduras, Lugo en Paraguay, Wilma Russef en Brasil, y hasta el mismo Lula que ante la evidencia que iba a ganar las elecciones lo metieron preso, lo mismo que a Correa en Ecuador que no le permitieron participar en las últimas elecciones en Ecuador. Y para que decir, en Chile, que cuando no lo pudieron tumbar por los medios democráticos e institucionales, la derecha no encontró nada mejor que golpear los cuarteles para que bombardearan La Moneda. ¿Quo Vadis Werkwn?. Un nuevo ejemplo como el discurso imperial permea hasta la misma piel de los que se presentan como de izquierda o progresistas.