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Ollas comunes bajo control policial: el controvertido ‘salvoconducto solidario’ de la subsecretaría de prevención del delito

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por AWKAN

Una nueva inciativa tuvo la subsecretaría de prevención del delito, que busca normar el desarrollo de ollas comunes.

La subsecretaría de prevención del delito ha hecho  público un ‘Salvoconducto Solidario’ que va dirigido a las ollas comunes y comedores populares que han surgido por la precariedad de la clase trabajadora por las medidas de precariedad que los ha condenado el gobierno, levantando cuarentenas de hambre y represión. Esta medida, busca que quienes tengan o participen el ollas comunes deban entregar sus datos a las municipalidades para seguir desarrollando dichas actividades; accióncoherente con todas las inciativas legales del gobierno que pretenden controlar las formas de movimiento de las personas, y preparar un escenario favorable ante lo que algunos llaman un segundo Estallido Social.

Las ollas comunes han proliferado en la Región Metropolitana sostenidamente estas últimas semanas en los territorios y poblaciones con mayores necesidades, donde las medidas del gobierno han golpeado con mayor fuerza y donde la cuarentena no ha permitido el desarrollo íntegro de algún trabajo que le permita a la gente, sostenerse en estos momentos.

Esto ocurre por la contradicción que genera la necesidad de sostener cuarentenas cada vez  más agresivas para evitar al máximo que el contagio se siga propagando, evitando cualquier tipo de movimiento de la gente, sumando a todo esto las medidas de precarización del empleo del gobierno, que hacen imposible que la clase trabajadora se pueda sostener alimentándose o pagando sus cuentas del hogar.

Bajo este elemento, las protestas del hambre, exigiendo medidas concretas para evitar el hambre, no han tenido una respuesta positiva desde el gobierno, haciendo que las misma gente se organice para dar respuesta a estas condiciones, ya sea con centros de acopio para la entrega de cajas de mercadería y abastecer ollas comunes, lukatones para resolver problemas de salud, sanitización y alimentación. Es decir, el pueblo desde sus propias condiciones ha ido resolviendo esta situación, conviertiéndo a las ollas comunas como la “primera línea contra el hambre” y un espacio de resistencia ante la ofensiva patronal en curso.

En este sentido, la subsecretaría de prevención del delito detalló en un protocolo los pasos necesarios para estos salvoconductos solidarios, y que en ellos buscan normar a partir de la entrega de datos, encargados y sectores donde se instalan las ollas comunes el desarrollo de estas actividades solidaria, además de ligarlas directamente  a las municipalidades, haciendo que estas las supervisen en conjunto con las comisarias.

En este protocolo, el gobierno señala que las cocinas solidarias o comunitarias han proliferado y están cumpliendo una labor social fundamental para contribuir en la alimentación de personas que no cuentan con los medios, como también apoyar en el cumplimiento efectivo de las cuarentenas al propiciar alimentación a quienes se encuentran confinados en sus domicilios.”

Además, agregan que “se hace necesario incorporar a los voluntarios que trabajan en los comedores solidarios con apoyo de los municipios. Para esto, Carabineros podrá entregar un permiso de desplazamiento a cada voluntario participante para así acreditar que cumple dicha labor que, por el contexto actual, no puede cesar.”

Tras la contextualización de dicho protocolo, se señala que para sacar dicho permiso, quienes lo soliciten deben llenar una planilla que contiene “el nombre de la organización a cargo de la cocina comunitaria o actividad de donación y/o suministro directo de alimentos, Nombre de la persona que encabeza dicha acción (dirigente vecinal), RUT del encargado, domicilio, dirección del lugar de la cocina comunitaria, fechas y horas entre las que se realizará dicha acción (15 días) y listado de cada uno de los voluntarios con Nombre, RUT, Domicilio, Fecha de Nacimiento y patente, si requieren desplazarse en vehículo, o trasladar los alimentos.”

Tras llenar con esa información la planilla, esta es “enviada al Mayor de Carabineros o al oficial de más alto rango de la comuna, quien la visa y otorga el permiso de circulación”. Después de toda esta información, las ollas comunes pueden funcionar por lo que dure dicho permiso.

Este protocolo, por tanto, es coherente con todas las inciativas legales del gobierno que pretenden controlar las formas de movimiento de las personas, y en este caso, la organización popular que se desarrolla sobre la base de una olla común. Además, coherente es también con las iniciativas represivas que otorga cárcel a quienes rompan la cuarentena o  también búsqueda de unificar los organismos de inteligencia bajo el mando de la ANI y ligado directamente con el ejecutivo. Lo anterior demuestra la profunda crisis política del actual gobierno y su necesidad de buscar escenarios más favorables a futuro.

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