Inicio Análisis y Perspectivas LA ELECCION DEL 19 DE DICIEMBRE

LA ELECCION DEL 19 DE DICIEMBRE

489
0

por Héctor Vega

Con una participación del 46% del padrón electoral, es decir 6,9 millones de electores de un total de 14 millones 959 mil 956, el resultado del balotaje queda entregado a las tres candidaturas no elegidas más votadas que sumaron casi un tercio del electorado a saber, Franco Parisi (Partido de la Gente) 12,8%, Yasna Provoste (Nuevo Pacto Social) 11,6% y M. Enriquez-Ominami (Partido Progresista) 7,6%. Esta es una zona oscura manejada por máquinas electorales donde se tejen alianzas y complicidades que poco o nada tienen que ver con los reales problemas de la ciudadanía.
Si bien la participación actual supera el 41,5% de los votantes del padrón electoral que votó por convencionales constituyentes, alcaldes y gobernadores no logra superar el 50,95% de participación del plebiscito de octubre de 2020 cuand0 7,5 millones de personas acudieron a las urnas. 
El padrón crece junto con la inscripción de los jóvenes pero la baja participación relativa revela que se abandonaron los desafíos que se enfrentaron en la revuelta del 18 de octubre de 2019. 
Esa revuelta no solo instaló la certidumbre que las soluciones sociales no vendrían de una autoridad deslegitimada sino que serían iniciativas desde la calle y las comunas las que impondrían la agenda social. 
La inacción del gobierno y de la clase política refugiada en las cámaras legislativas reveló la inoperancia de las instituciones. Conciencia que se manifestó en la arrolladora mayoría que instaló la Convención Constitucional en octubre de 2020. Los acontecimientos nos han enseñado que las elecciones no bastan para articular medidas en el terreno de las instituciones, sobre todo cuando enfrentamos la pandemia y se impuso el confinamiento sanitario para combatir el Covid. Esa medida paralizó la economía. Un gobierno sin voluntad ni ideas fue incapaz de enfrentar la economía con un Plan de Emergencia a partir de Bienes Públicos cuyo oferta estaba en peligro sobre todo para los sectores más vulnerables de la población. 
Los retiros del ahorro forzoso radicado en las AFP fueron impuestos por la movilización de la ciudadanía. Ciudadanos que recogieron el guante de las enormes desigualdades que pesan en la sociedad chilena. No obstante, sin un Plan de desarrollo para enfrentar problemas que el mercado no pudo resolver los 80 mil millones de dólares de transferencias a la economía, sumados bonos, subsidios a las Pymes, IFE y otros fondos como el de Salud, que trajeron un gasto cercano del 30% del PIB, significaron la crisis de recursos financieros del Fisco. Se agotaron las reservas fiscales sin resultados tangibles no sólo en cubrir las necesidades de la población sino además en el correlato de crecimiento que supone un Plan de Desarrollo. Al recurrir a los Fondos Soberanos, FEES (Fondo de Estabilización Económica y Social) se puede esperar a fines de año un saldo de 1000 millones de dólares es decir menos de 0,56 del PIB. Nótese que hace 4 años atrás el FEES representaba 10 veces en términos proporcionales, esto es 5,2 puntos del PIB. De hecho en ninguna de estas épocas ha existido un Plan de utilización de fondos que conlleve gasto y crecimiento.
Ninguna de esas posibilidades se discutió frente a las cámaras por los candidatos presidenciales. Ciertamente tuvieron una pobre oferta de propuestas que induce a interrogarnos en manos de quién estará la economía del país si uno de estos personajes logra ser elegido.
Un gasto sin oferta planificada de bienes determina una inflación masiva con la que ciertamente finalizaremos 2021. La repercusión social es grave sobre todo cuando no se cuenta con una reserva generacional capaz de tomar el relevo en nuevas tareas de la economía.
Los ingresos tributarios –fuente de la Caja Fiscal–, 20% del PIB actualmente, están en deuda a menos que nos cerremos el cinturón, ¿Es posible imponer esta política a los sectores más desfavorecidos de la población? Salvo declaraciones generales los candidatos no se han pronunciado sobre la crisis social en que estamos sumergidos. Boric plantea subir los impuestos a 8 puntos del PIB; Kast promete bajarlos lo que según él garantizaría un crecimiento del PIB de 5% en 2022. Ninguno de ellos se hace cargo de la proyección de crecimiento del PIB tendencial de 2% para 2022 del según el Banco Central.
Si continuamos en esta política de transferencias sin un Plan de Desarrollo con protagonismo central del Estado no habrá estabilidad macroeconómica. Aun cuando las cifras futuras del cobre se mantengan por sobre los 4 dólares la libra. 
Sin un alza de la Oferta programada por un Plan de Desarrollo se arriesga una tasa de interés, un tipo de cambio e inflación que perderán su validez como instrumentos de política económica. Algo que se agrava cuando la deuda se sube a niveles de 50% del PIB. 
¿Es el momento de restringir el gasto? Digo sí sin ambigüedades. Pero, bajo el techo de un Plan de Desarrollo dirigido por el Estado con un capítulo especial de protección a los sectores vulnerables de la sociedad. Sólo en ese caso podremos invocar y reconstruir un ancla fiscal capaz de medir y seguir los avances de un desarrollo sustentable. 
Es decir no cualquier desarrollo, sino aquel que nos permita enfrentar la crisis climática, la creación de bases para la economía circular con mejores oportunidades para el empleo e industrias que consagren lo que se llaman los derechos de la naturaleza –es decir, una política para los recursos naturales, mineros, del mar y el litio, eliminando los poderes monopólicos y la concesión plena de la Ley Minera (18097 de 21/01/1982) de la dictadura que transforma al concesionario de la mina en propietario.
Nada de eso hemos escuchado de los dos candidatos que se enfrentan en segunda vuelta.
Esto abre un amplio margen de incertidumbre pues no sabemos cómo funcionarán las máquinas electorales de la clase política. Sólo podemos prever que cualquiera que sean las alianzas y complicidades nada podrá cerrar la brecha de dudas que enfrenta la ciudadanía. No creo que en menos de un mes los 2 candidatos puedan rehacer su Plan, programa o algo que se parezca.
Ya tenemos la experiencia del día de las elecciones. Los problemas no resueltos quedaron en la penumbra. Se votó con la sensación que era importante hacerlo, en la saga, sin dirección evidente, de la revuelta social del 18 de octubre de 2019. 
Pues bien, ahí precisamente se sitúa la otra gran incertidumbre que rodea la elección del próximo 19 de diciembre: la conciencia de encontrarnos en un escenario diseñado para que nada cambie.
Lo inédito en la historia política del país fue que la agenda social, pensiones, educación, vivienda, salud es decir Bienes Públicos esenciales fue finalmente impuesto por la ciudadanía a un gobierno carente de ideas e iniciativas. Sin otro ámbito de acción democrática que la Convención, camino elegido por más del 78% del electorado participante, no queda sino esperar a fines de 2022 la nueva institucionalidad de la república. Será el momento político de enfrentar a un gobierno y parlamentarios que habrán sido elegidos bajo los auspicios de una Constitución que ya no existe. Se revivirán así los próximos 18 de octubre que vendrán en el futuro.
Nada de esto ha sido percibido por la clase política que administra las elecciones. Peor todavía, algunos dirigentes de la Convención Constitucional se han puesto a la orden de la clase política que en la vereda de en frente se disputa el poder. 
Es demasiado poco tiempo para revertir la situación. Creo que en medio de una ola de asaltos a mano armada, portonazos, atentados incendiarios, saqueos de los mall, recrudecimiento del narco tráfico en las poblaciones… la decisión final del balotaje se decidirá por el tema de la seguridad.
Sin embargo, sea quien fuera el elegido la insatisfacción generalizada y la conciencia de la ilegitimidad del sistema pondrán nuevamente sobre la mesa los grandes temas de la revuelta social del 18 de octubre de 2019.

Santiago, noviembre 22, 2021

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.