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La economía mundial al borde de una nueva recesión

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Izquierda Revolucionaria

Comité por una Internacional de los Trabajadores (CIT) en el Estado Español.

Diez años después del inicio de la gran recesión, los desequilibrios de la economía capitalista mundial se han hecho tan profundos que ninguna de las medidas adoptadas por los diferentes gobiernos ha servido para impulsar una fase de crecimiento vigoroso y estable. Al contrario, muchos analistas advierten que la perspectiva de que la economía mundial caiga en una grave recesión para 2019/20 es cada vez más probable.

Las tendencias de fondo lejos de remitir se acentúan: el estancamiento económico en las grandes potencias capitalistas, el recrudecimiento de la lucha interimperialista por el control del mercado mundial —especialmente entre EEUU y China—, y la aguda polarización social y política que sigue avanzando en paralelo al descrédito de las instituciones de la democracia burguesa.

Estancamiento económico

Si en noviembre de 2018 la OCDE señalaba que la expansión económica mundial había “alcanzado su máximo”, este mes de enero era el Fondo Monetario Internacional, por segunda vez en tres meses, quien rebajaba las expectativas para 2019 al 3,5% del PIB, dos décimas menos que el año anterior. Al débil crecimiento se suman otros factores como unas tasas muy bajas de inversión productiva, una tendencia creciente a la caída de la tasa de beneficios en las grandes empresas, el aumento exponencial de la deuda pública y privada y el retroceso del comercio mundial.

El FMI ha pronosticado para EEUU un crecimiento de 2,5% y 1,8% en 2019 y 2020 respectivamente, por debajo del 2,9% del pasado año. Para Japón prevé un aumento del 1,1% este año después del mísero 0,7% que ha registrado en 2018. La economía china terminó 2018 con un incremento del PIB del 6,6%, su peor dato desde 1990, siendo la previsión para este año más baja aún, del 6,2%. Datos inquietantes teniendo en cuenta que en los últimos años un tercio del crecimiento mundial se ha generado en China.

En Europa, la proyección para 2019 es del 1,6% tras un mediocre 1,8% el año pasado y muy lejos del 2,3% de 2017. Pero en el horizonte de la Unión Europea se barruntan problemas muy serios: a las consecuencias impredecibles del Brexit, se suma que Italia, la tercera economía de la zona euro, ha entrado nuevamente en recesión y sigue arrastrando una deuda del 132% del PIB. Alemania, que cerró 2018 por debajo de lo esperado (1,5%), ha recortado casi a la mitad su previsión de crecimiento para 2019, del 1,8% al 1%. De hecho, la principal economía europea se ha salvado por los pelos de la recesión técnica en 2108 (-0,2% en el tercer trimestre y 0% en el último). Los efectos de la caída de la demanda externa, especialmente la ralentización de la economía china, ya se están haciendo notar: el sector manufacturero alemán se ha contraído por primera vez desde 2014 (-0,4% en diciembre, descendiendo por cuarto mes consecutivo), siendo la importante industria automovilística una de las más afectadas.

Según Eurostat, la eurozona suma ya dos meses consecutivos de caída de la producción industrial en tasa interanual. El descenso de diciembre (-4,2%) es el peor dato en nueve años, con el agravante de que son las grandes economías de la eurozona (Alemania, Italia y el Estado español) las que están a la cabeza.

Murray Gunn, jefe de análisis global en Elliott Wave International, señaló al Washington Post: “Creemos que las principales economías están a punto de sufrir la peor recesión vista en diez años. Si la economía [de EEUU] comienza a retroceder, y nuestro análisis sugiere que así será, los altos niveles de deuda se convertirán instantáneamente en un problema muy grande”.

Endeudamiento histórico

Los mismos factores que llevaron a la anterior crisis han seguido actuando y agravándose. Si tras la quiebra Lehman Brothers en 2008, la deuda mundial —tanto pública como privada— ya había alcanzado un nivel desconocido en la historia del capitalismo, en esta última década ha vuelto a batir récords, lastrando la recuperación y sentando las bases para una recaída aún más dramática.

La deuda de hogares, empresas, bancos y gobiernos de todo el mundo sumaba al final del segundo trimestre de 2018 un total de 247,1 billones de dólares, el 317% del PIB mundial, según los datos recopilados por el Instituto Internacional de Finanzas (IIF).

En EEUU, las deudas impagadas de préstamos estudiantiles han aumentado de 611.000 millones a más de 1,5 billones de dólares entre 2008 y 2018. Los préstamos para automóviles han superado con creces sus máximos de 2008, situándose alrededor de 1,2 billones en la actualidad, y los saldos de las tarjetas de crédito pendientes de pago son tan altos como en los años previos a la Gran Recesión….

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