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La dieta para que nuestras bacterias puedan luchar contra el COVID-19

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Si supieras en todo lo que influye la forma en la que te alimentas te sorprenderías. Y es que, dentro de tu cuerpo, más precisamente del intestino, habitan importantísimas bacterias que pueden marcar tu calidad de vida: desde atacar el COVID-19 hasta mejorar o empeorar tus posibilidades de una enfermedad neurológica.

Tu cuerpo es también el hábitat de cientos de miles de microbios. De hecho, en él habitan más células bacterianas que humanas: tenemos dentro cerca de 100 billones de bacterias. Lo que quizá no sabes es que esas bacterias pueden protegerte de las amenazas externas más graves, incluso la de COVID-19.

Una célula rodeada por el coronavirus SARS-CoV-2

© CC BY 2.0 / NIAID / NOVEL CORONAVIRUS SARS-COV-2Bacterias y COVID-19: argentinas son premiadas por Google para descubrir su relaciónA esa comunidad de bacterias en nuestro interior se le denomina microbioma, que mantiene un sistema en el que cada una cumple una función determinada en equilibrio con las demás. Las que residen en el intestino tienen una función muy particular en tu cuerpo: elaborar una respuesta inmunitaria ante cualquier patógeno.

Son estas células bacterianas las que se encargan de proteger el cuerpo humano frente a toda clase de virus, desde el de la gripe hasta el norovirus y rotavirus, que causan gastroenteritis. Las bacterias ‘ordenan’ dentro del intestino a las células inmunitarias especializadas, y les indican incluso cuándo deben generar proteínas antivirales con el fin de evitar o eliminar infecciones.

La importancia de la dieta en el microbioma 

Por lo anterior, parece evidente que el microbioma intestinal es sumamente necesario para mantener una vida saludable. De no tener ese ecosistema interno para actuar sobre los patógenos, nuestro sistema inmunológico se vería mucho más vulnerable.

Pero, ¿de qué depende un microbioma intestinal bueno? Como prácticamente todo en el mundo de la salud, la alimentación juega un rol fundamental en la manutención de un microbioma intestinal saludable y preparado para protegernos de enfermedades.

«Nuestra defensa inmunológica es parte de una respuesta biológica compleja contra patógenos dañinos, como virus o bacterias. Sin embargo, debido a que nuestros cuerpos están habitados por billones de bacterias, virus y hongos en su mayoría beneficiosos, la activación de nuestra respuesta inmune está estrictamente regulada para distinguir entre microbios dañinos y beneficiosos», explica la microbióloga Ana Maldonado-Contreras en un artículo para The Conversation.

Brócoli

© FLICKR / MIKE LICHT

Estos son los alimentos que pueden mejorar tu salud

Sin embargo, las personas que sufren de enfermedades crónicas inmunodeficientes, como diabetes tipo 2 y enfermedades cardiovasculares, tienen más dificultades para mantener un microbioma saludable. Como su sistema inmunológico no logra identificar cuáles son los microbios dañinos de los beneficiosos, por lo que los rechaza a todos. Ante la dificultad de generar bacterias protectoras, es más difícil dar una respuesta inmune ante una amenaza. 

Del mismo modo los bebés nacidos por cesárea, las personas que mantienen una alimentación deficiente y los ancianos también presentan alteraciones en su microbioma. Para todos estos casos, es importante tener en cuenta que la alimentación puede ser la ayuda que necesitaban. 

Maldonado-Contreras asegura que, de acuerdo a los alimentos que consumamos, serán las bacterias que lograremos desarrollar. Por ejemplo, señala que alimentos fermentados como el «kimchi, la remolacha roja, el vinagre de sidra de manzana, el yogur de leche de coco, los pepinillos encurtidos y el chucrut pueden ayudar a proporcionar bacterias beneficiosas». 

¿Cómo el microbioma puede protegernos de COVID-19?

La microbióloga, que se dedica a investigar cuáles son las bacterias intestinales más importantes en un microbioma saludable, se ha concentrado en estudiar qué tienen en los pacientes de COVID-19 en materia de bacterias intestinales.

En EE.UU, donde trabaja, la respuesta es contundente: enfermedades crónicas inmunosupresoras como la obesidad, diabetes y enfermedades cardiovasculares. Esto se traduce en microbiomas defectuosos.

© FOTO : PIXABAY/ OCTAVIO LÓPEZ GALINDO

Tus gases intestinales revelan mucho sobre tu salud, ¡no los reprimas!

Por ejemplo, señala que no es casualidad que en ese país haya habido mayores índices de mortalidad por COVID-19 de personas negras y latinas, ya que estas sufren en mayor porcentaje de obesidad y diabetes debido a una mala nutrición. Estas comorbilidades las exponen más al virus SARS-CoV-2 , así como a cualquier otro, y sus microbiomas, en desequilibrio, no pueden hacer mucho al respecto. 

En este sentido, señaló que «como científica latina que investiga las interacciones entre la dieta, el microbioma y la inmunidad, debo enfatizar la importancia de mejores políticas para mejorar el acceso a alimentos saludables, que conducen a un microbioma más saludable», y añadió la importancia del diseño de «intervenciones dietéticas culturalmente sensibles para las comunidades negras y latinas».

Aclaró que aunque una dieta saludable no previene por sí sola la infección por COVID-19 —así como ninguna otra—, sí puede hacer que su gravedad varíe y que su recuperación sea más veloz gracias a un microbioma equilibrado.

Conexión intestino – cerebro

Más allá de las enfermedades infecciosas, el microbioma intestinal puede estar relacionado también con las enfermedades neurológicas. Sobre ese tema ha estado investigando un equipo del Instituto de Tecnología de Massachussets (MIT, por sus siglas en inglés), que creó un sistema denominado ‘órganos en un chip’ en el que se replican tecnológicamente las interacciones entre el cerebro, el hígado y el colon.

Salsa de chocolate, imagen referencial

© CC0 / PEXELS

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Este sistema «arroja luz sobre cómo las bacterias en el tracto digestivo humano pueden influir en las enfermedades neurológicas», asegura el comunicado de la Universidad. Dado que las pruebas en ratones pueden resultar limitadas, ya que su fisiología es muy distinta a la de los humanos, el sistema tecnológico del equipo de MIT logró «modelar la influencia que los microbios que viven en el intestino tienen tanto en el tejido cerebral sano como en las muestras de tejido derivadas de pacientes con la enfermedad de Parkinson», se detalla. Por ejemplo, descubrieron que los ácidos grasos de cadena corta, producidos por el microbioma intestinal y transportado al cerebro, puede tener efectos muy diferentes en las células cerebrales sanas y enfermas.

«Si bien los ácidos grasos de cadena corta son en gran medida beneficiosos para la salud humana, observamos que bajo ciertas condiciones pueden exacerbar aún más ciertas patologías cerebrales, como el plegamiento incorrecto de proteínas y la muerte neuronal, relacionadas con la enfermedad de Parkinson», dice en el comunicado Martin Trapecar, postdoctorado del MIT y autor principal del estudio.

El equipo ha identificado diversas conexiones entre intestino y cerebro, y esto se traduce en eventuales enfermedades neuronales. Según explicó Trapecar, las investigaciones continúan orientadas a intentar entender cómo los ácidos grasos de cadena corta se relacionan con enfermedades neurodegenerativas. 

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