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Exclusivo: detenido y procesado Juan Emilio Cheyre, ex jefe del Ejército por torturas

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CAMBIO21

Por Mario López M.

Cambio21 tuvo acceso exclusivo al auto de procesamiento que incluye el despacho de orden de detención, dictado el pasado 5 de febrero de 2019 en La Serena por el Ministro en Visita Extraordinaria,Vicente Hormazábal Abarzúa, que incluye como autor de tormentos al ex jefe del Ejército general Juan Emilio Cheyre (en la foto), el general del «Nunca más» que ya se encuentra condenado en anteriores casos de torturas. La detención se hizo efectiva esta mañana, trasladándose al general (r) a dependencias militares.
En una nueva causa en La Serena, el Ministro en Visita Extraordinaria, dictó auto de procesamiento y ordenó la detención, del ex comandante en jefe del Ejército, Juan Emilio Cheyre y otros militares que, tras el golpe de Estado de 1973, según la resolución, «al interior del Regimiento Militar (Arica de La Serena), se dispuso que la Sección II, que hasta antes del 11 de septiembre de 1973 era comandada por el Capitán Polanco Gallardo, participara en las investigaciones, interrogatorios y torturas correspondientes a los distintos detenidos», los que eran apresados por ser adherentes al gobierno depuesto de Salvador Allende.
De acuerdo a la resolución, las torturas se ejecutaron «al mando del comandante del Regimiento, en coordinación con su Ayudante, el Teniente Juan Emilio Cheyre Espinosa, quien, a decir de varios miembros del Regimiento y de la misma Sección II, quedó a cargo de ésta y es sindicado por varios denunciantes como autor directo de los interrogatorios y torturas».
El magistrado razona, de acuerdo a los testimonios y documentos tenidos a la vista, «Que a la mayoría de estos detenidos se les sometió a  sesiones colectivas e individuales de torturas, las que, en general, consistían en golpes  en el cuerpo mediante culatazos, manos, pies, electricidad en determinadas partes el cuerpo, sumergir la cabeza en agua, en tambores y en una piscina,  simulacros de fusilamiento, interrogatorios en los que se les dejaba un arma de  fuego a su lado, colgamiento desde sus extremidades con la finalidad de  obtener el estiramiento del cuerpo por lapsos prolongados, violaciones, abusos sexuales, ingestas de desperdicios o excrementos, mantenerlos en pequeñas celdas denominadas «calabozos» por periodos prolongados de tiempo, con escasas o nulas raciones alimenticias y la amenaza constante de ser fusilados ellos o sus familiares, entre otras. Torturas que la mayoría de las veces se realizaban estando los presos políticos maniatados y con la vista cubierta».
Entre los muchos testimonios que recoge la sentencia que determina el procesamiento y detención para Cheyre y otros ex uniformados, consta el testimonio de Nicolás Emilio Fuentes Rivera, quien «manifestó que fue detenido el 27 de septiembre de 1973 por funcionarios de la Policía de Investigaciones,  trasladado al cuartel policial y posteriormente al Regimiento Militar de esta ciudad. Al llegar, relata: ‘los policías me entregaron al servicio de guardia militar y me hicieron ingresar a una sala que está a un costado de la guardia,  donde habían más prisioneros, todos arrodillados en el suelo mirando la pared,  mientras que otros estaban con sus manos en la nuca. En lo personal quedé de rodillas y con las manos en la nuca, cuando repentinamente veo la presencia del Teniente Cheyre y al mirarlo éste me increpó (…) se cambió de lado y detectó nuevamente mi mirada, por esta razón ordenó a dos soldados conscriptos que me sacaran al patio interior, uno por cada lado, en ese momento el Teniente Cheyre tomó un palo y comenzó a golpearme en las pantorrillas, parte posterior del muslo, glúteo y espalda'», recuerda.
Otros testimonios, dan cuenta que entre las torturas aplicadas como política en ese lugar, se encontraba la violación de detenidos. Una de las sobrevivientes que pasaron por ese lugar (cuyo nombre omitimos por razones obvias), testificó que fue detenida en la Cárcel Pública de La Serena, el 15 de septiembre de 1973, y fue trasladada por militares al Regimiento que comandaba Ariosto Lapostol secundado por Emilio Cheyre, donde sufrió reiterados episodios de torturas. Al efecto, declara: «todas las veces que fui torturada estuve vendada en una oportunidad, cuando me estaban golpeando, escucho a un soldado conscripto —por la voz me imagino que lo era diciendo: ‘Dice mi Teniente Cheyre que paren la golpiza porque están llegando los abogados’, Yo recuerdo mucho ese momento porque pensé ¿y si en este instante grito?» porque lo único que quería era pedir auxilio (…) nos golpeaban, nos violaban. Yo me hacía la desmayada para evitarlo. Recuerdo que volvía al Buen Pastor orinada (…) me aplicaron corriente (…) agradezco haber ingresado embarazada, o si no, hubiese podido quedar embarazada en la detención, como le ocurrió a muchas niñas».
Otros testigos reconocieron la voz de Cheyre en los interrogatorios, pues le conocían con anterioridad: «reconozco una voz, era la de Cheyre con quien había conversado el día anterior, él me dijo que me hincara, me dijo ‘híncate’, y me doy cuenta que me apuntan con un arma en la cabeza, sentí que la arena del piso estaba húmeda, me imaginé que era sangre de mis amigos, simularon en ese momento una ejecución (…) me amarraron las manos  a la espalda y me pusieron colgando de algo parecido a una viga, quedando suspendido en el aire con las manos en la espalda (…) comenzaron a golpearme con los puños en las partes blandas del cuerpo, no en la cara, se turnaban para golpearme, en el intertanto me consultaban por las armas que teníamos en Manesa, Cheyre me preguntaba, también consultaba por  explosivos que yo había preparado, esto porque yo era químico».
La resolución, que puede ser apelada o respecto de la cual caben otros recursos procesales, da cuenta que Cheyre desconoce los hechos que le imputan, declarando que él solo cumplía labores administrativas y sociales y que no participó de la parte operativa referida a los detenidos, lo que es desechado por el magistrado en su resolución.
Para el ministro extraordinario, «los hechos referidos (…) son constitutivos del delito reiterado de aplicación de tormentos, tipificado y sancionado en el N° 1 del artículo 150 del Código Penal, en su redacción de la  época», cometido en las personas de 24 detenidos entre el 11 de  septiembre y el 25 de noviembre de 1973, en la ciudad de La Serena.
Por ello, dicta auto de procesamiento en contra de «Ariosto Lapostol Orrego y a Juan Emilio Cheyre Espinoza, ambos en en calidad de autores del delito de aplicación de tormentos.
Igualmente despacha «orden de aprehensión en contra de los procesados», ordenando que dicha orden sea cumplida por la Brigada Investigadora de Delitos contra los Derechos Humanos de la Policía de Investigaciones de Chile. Cheyre junto a los demás procesados, salvo Lapostol, que por su avanzada edad se le concedió libertad bajo fianza, serán llevados a
las dependencias del Regimiento de Policía Militar N O 1 de la ciudad de Santiago.
Cambio21, que conoció en exclusiva de esta noticia en desarrollo, contactó al abogado querellante de uno de los sobrevivientes de las torturas que da cuenta el auto de procesamiento, Roberto Ávila Toledo, quien señaló que «Esta resolución que somete a proceso al general Juan Emilio Cheyre tiene sobreabundancia de méritos probatorios que la respaldan. Las torturas a que fueron sometidos todos los que estuvieron presos por razones políticas en el regimiento Arica de La Serena es un hecho indesmentible y conocido por muchas personas», indicó.
Toledo agregó a nuestro medio, que «Mi representado don Hugo Toledo fue brutalmente maltratado bajo una burda imputación y se salvó de ser fusilado gracias a algo absolutamente fortuito»…
Toledo declaró entre otras cosas, que «nos llevaban vendados, dándonos culatazos, hasta un sector ‘como unas colinas’, muy difíciles de describir, Dos veces visité la colina (…) nos colgaban. Alguien tiraba de un cordel para que uno quedase en el aire. Recuerdo que otro me pegaba para que cayese y, al caer, otra persona me pegaba desde abajo (…) no sé con qué me pegaban, pero era impresionante el dolor (…) me preguntaban por nombres, compañeros de la industria». Los testimonios de Toledo han sido verificados, hasta ahora, vía documentos y declaraciones de otros testigos que reafirman sus acusaciones.
Tras darse a conocer en horas de la madrugada de esta jueves en exclusiva por Cambio21 la noticia, el general retirado fue notificado esta mañana de jueves y quedó sometido a detención en el recinto militar dispuesto por el tribunal, en libre plática. Sus abogados anunciaron que apelarán de la resolución judicial.

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