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Elogios de altos dirigentes concertacionistas a Pinochet y su modelo neoliberal

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Imagen Dos ejemplares del socialismo neoliberal: Correa y Tironi

EL CLARÍN DE CHILE

La Concertación de Partidos por la democracia, en sus veinte años ininterrumpidos de gobierno –contraviniendo todo lo que postuló como oposición a la dictadura- legitimó, consolidó y perfeccionó el modelo neoliberal impuesto a sangre y fuego por la dictadura. Pero siempre se cuidó de continuar con su discurso centro-izquierdista de abogar por reformas profundas para poder seguir engañando eficazmente a su base electoral. Sin embargo, de cuando en cuando, sus máximos dirigentes han “mostrado la hilacha” y han proclamado encendidos elogios a la obra económica de Pinochet y/o a su modelo neoliberal. Aquí se presentan algunas muestras de aquello que siempre han tratado de ser convenientemente ocultadas.

TEXTOS

ALEJANDRO FOXLEY:

“Pinochet realizó una transformación, sobre todo en la economía chilena, la más importante que ha habido en este siglo. Tuvo el mérito de anticiparse al proceso de globalización que ocurrió una década después, al cual están tratando de encaramarse todos los países del mundo. Hay que reconocer su capacidad visionaria y la del equipo de economistas que entró a ese gobierno el año 73, con Sergio de Castro a la cabeza, en forma modesta y en cargos secundarios, pero que fueron capaces de persuadir a un gobierno militar –que creía en la planificación, en el control estatal y en la verticalidad de las decisiones- de que había que abrir la economía al mundo, descentralizar, desregular; etcétera. Esa es una contribución histórica que va perdurar por muchas décadas en Chile y que, quienes fuimos críticos de algunos aspectos de ese proceso en su momento, hoy lo reconocemos como un proceso de importancia histórica para Chile, que ha terminado siendo aceptado prácticamente por todos los sectores. Además, ha pasado el test de lo que significa hacer historia, pues terminó cambiando el modo de vida de todos los chilenos para bien, no para mal. Eso es lo que yo creo, y eso sitúa a Pinochet en la historia de Chile en un alto lugar. Su drama personal es que, por las crueldades que se cometieron en materia de derechos humanos en ese período, esa contribución a la historia ha estado permanentemente ensombrecida” (Cosas; 5-5-2000).

EUGENIO TIRONI:

“La sociedad de individuos, donde las personas entienden que el interés colectivo no es más que la resultante de la maximización de los intereses individuales, ya ha tomado cuerpo en las conductas cotidianas de los chilenos de todas las clases sociales y de todas las ideologías. Nada de esto lo va a revertir en el corto plazo ningún gobierno, líder o partido (…) Las transformaciones que han tenido lugar en la sociedad chilena de los 90 no podrían explicarse sin las reformas de corte liberalizador de los años 70 y 80, sin el favorable contexto económico internacional que se extendió desde mediados de los 80 hasta 1998, y sin la estabilidad política y social que generó el proceso de transición que generó el proceso de transición inaugurado en 1990. Con todo, esos factores no bastan para entender lo que ha ocurrido en Chile en la última década. Otro elemento crucial ha sido el extraordinario empuje del empresariado, el cual solo se entiende en el contexto de los cambios de perfil sociológico del empresariado chileno en los últimos veinte años (…) Salvador Allende fue un hombre fiel a su tiempo, con todo lo que aquel tuvo de utopía y de tragedia. Ese tiempo acabó arrastrado por un cataclismo. La crisis de 1973 no fue simplemente el colapso de la UP. Fue mucho más que eso. Fue el desplome de un modelo que por largo tiempo intentó congeniar la integración social, la industrialización y el régimen democrático, sobre la base de una fuerte intervención del Estado. Este modelo, por lo demás, no fue en absoluto un ensayo original de Chile. Fue el proyecto que guió a la mayoría de los países capitalistas al finalizar la segunda posguerra; el mismo que se ha desplomado en el mundo entero en los últimos dos decenios (…) Chile aprendió hace pocas décadas que no podía seguir intentando remendar un modelo económico que lo dejaba al margen de las tendencias mundiales. El cambio fue doloroso, pero era inevitable. Quienes lo diseñaron y emprendieron mostraron visión y liderazgo” (La irrupción de las masas y el malestar de las elites. Chile en el cambio de siglo; Grijalbo, 1999; pp. 36, 60, 148 y 162).

JOSÉ JOAQUÍN BRUNNER:

“La política moderna es hija de la secularización del mundo y del principio de la libertad individual. En eso consiste, precisamente, el proyecto liberal en sus tres contenidos esenciales. El de la independencia o autonomía personal que exige la no interferencia en las decisiones individuales (libertad negativa); el derecho a disponer de las oportunidades y recursos para la propia realización personal (libertad positiva) y el reconocimiento del pluralismo que, según Isaiah Berlin, ‘entraña la posibilidad de innumerables ideales incompatibles que atraen la devoción humana’. El ideario liberal se halla particularmente adaptado para hacer frente a los desafíos del próximo siglo. Por eso, de la forma como la Concertación adopte y asimile ese ideario dependerá en gran medida la posibilidad de completar la modernización y el desarrollo del país. ¿Por qué el liberalismo? Primero que todo, porque el desarrollo creciente y sostenido de los países trae consigo una mayor conciencia de la gente respecto de sus derechos y su autonomía personal (…) Lo anterior significa, por necesidad, aceptar también nuevas modalidades de coordinación social y una forma diferente de concebir el Estado. El principio liberal postula la necesidad de crear esferas cada vez mayores de auto-regulación de las personas y las instituciones, en todos los planos. Lo que interesa es la iniciativa de las personas; no su organización a partir de comandos burocráticos. Lo que importa es ampliar y no restringir, los espacios comunes donde se despliega la capacidad emprendedora. Por ende, el temor a lo privado, a la sociedad civil, a los mercados, a las asociaciones voluntarias y a las interacciones no constreñidas por el Estado –salvo en cuanto toca a la igual libertad de los demás- debe dar paso a un liberalismo práctico y no sólo de apariencia ideológica. Hace rato que El estado se volvió superfluo en el campo de la producción directa de bienes y servicios. La resistencia a privatizar sanitarias, puertos y empresas como Enami o ENAP, o incluso revisar el estatuto empresarial de Codelco, son resabios del pasado y forman parte de un desfalleciente imaginario fiscal. Pero hay que aceptar, además, que la producción de bienes públicos esenciales como la educación y la salud admiten también esquemas de organización más variados –privados y comunales- que aquellos hasta aquí ensayados” (La Tercera; 16-8-1998).

ENRIQUE CORREA:

“Los candidatos (presidenciales de 1999) tendrán que pasar del discurso global a las propuestas específicas, que permitan al país volver a crecer a tasas compatibles con nuestra aspiración razonable de convertirnos pronto en un país desarrollado. Tendrán todos ellos, cada uno a su modo, que enfrentar el fin de tres grandes mitos con apariencias de dogmas intocables: que nuestra independencia depende de la propiedad estatal de Codelco; que la mayor equidad social depende solamente del mayor gasto público y, por ende, de mayores impuestos, y que podemos transformarnos en un país moderno sin profundizar y abrir nuestro mercado de capitales. Ha llegado el momento de discutir fórmulas que transformen muy profundamente a Codelco, combinando el interés fiscal con formas de participación privada en su propiedad cada vez mayores” (El Mercurio; 2-3-1999).

ICOLÁS EYZAGUIRRE:Advertisement

“En el mediano plazo la tendencia es que el Estado debería deshacerse de la mayoría de las empresas públicas. La única excepción es Codelco, que debería seguir en manos del Estado” (Qué Pasa; 2-9-2000).

ANDRÉS VELASCO:

“El modelo (económico) ha funcionado muy bien, permitiendo crecimientos económicos y bajas en la pobreza. Es un modelo que concita el gran apoyo de la ciudadanía y por eso la Concertación ha sudo reelecta. El Compromiso es profundizar estas políticas” (La Segunda; 31-1-2006).

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