Hace un mes, una nube tóxica azotó el condominio Lomas de Nos por culpa de un incendio en el vertedero. Temen que el incendio solapado esté quemando químicos y produzca una explosión por metano.
PUBLIMETRO Martes 23, julio 2019
Por Gabriel Arce
Esta mañana se cumple exactamente un mes desde aquel 23 de junio donde, según cuentan los propios vecinos del condominio Lomas de Nos en San Bernardo, su calidad de vida se fue a la basura. Incluso, algunos se aventuran a decir que se podría tratar de un desastre químico en potencia.
Desde aquel día, y durante dos semanas ininterrumpidas, una nube blanca y espesa a baja altura se mantuvo sobre sus techos día y noche. Los vecinos, más allá de la preocupación comprensible por el humo, se alertaron al notar que la polución venía acompañada de una fuerte irritación en ojos y garganta.
«Esto inundó nuestras casas al interior, al punto de que no podíamos dormir. Durante dos semanas estuvimos respirando esos gases tóxicos. Venía acompañado de un olor extraño, a plástico, a cables, putrefacto, de todo», relata Patricio Hidalgo, presidente del comité ambiental del condominio Lomas de Nos.
Hogares cubiertos por el humo en la noche. / Gentileza.
Los vecinos del condominio colindan inmediatamente al poniente con el ex mega vertedero Lepanto. Por lo mismo, sus ojos se posaron allí y no fue hasta que subieron días más tarde al cerro contiguo, donde notaron que efectivamente el humo emanaba del sitio. Antes, eso sí, lo constató el municipio, cuando el 24 de junio llegó al lugar y la actual empresa dio cuenta de un amago de incendio en el pozo nº 2 por causas desconocidas.
Tras eso, un informe técnico del municipio de San Bernardo constató focos activos de incendio los días 25 de junio, 2 de julio y 4 de julio. Además, los propios vecinos dieron cuenta de que el humo seguía saliendo, aunque en menor medida, este fin de semana.
Extracción de áridos en el ex vertedero. / Gentileza.
Luego de las incontables quejas, el diputado Leonardo Soto, junto a organizaciones vecinales, llegaron ayer a la Superintendencia de Medio Ambiente a hacer la denuncia. Exigen, además, que la nueva empresa, Sociedad Industrial y Minera Los Esteros, deje de funcionar hasta esclarecerse los reales peligros.
El parlamentario es categórico ante la peligrosidad del hecho. «Aquí se vivió una emergencia química donde se quemaron toda clase de productos químicos y desconocidos porque fueron acopiados al margen de la ley. Existe una emergencia oculta, un incendio solapado en el interior del vertedero, que amenaza con desatarse completamente en la zona donde hoy se encuentran apiladas millones de toneladas de residuo orgánico, producto del funcionamiento durante décadas del vertedero Lepanto», relata Soto.
El problema, dicen, es que las condiciones están dadas para que el desastre sea aún peor. «Puede detonar una catástrofe química de proporciones, una especie de Chernobyl en el sector oriente de San Bernardo. Eso podría ser una emergencia sanitaria para toda la Región Metropolitana», enfatiza Soto.
Según cuentan los vecinos, luego de las dos semanas de nube tóxica permanente, aún persiste el olor repulsivo. «Estamos en la línea de fuego, nuestro condominio colinda directamente con el ex vertedero Lepanto y aún sentimos el olor putrefacto. Baja de noche y en la madrugada, cuando comienza a hacer frío, posiblemente porque la presión baja y la pestilencia se viene a las casas», relata Hidalgo, representante de los cerca de 2.200 afectados de la zona.
Los vecinos, además del parlamentario, presumen que incendio aún podría estar haciendo de las suyas a nivel subterráneo. Lo sensible es que en el lugar se trabaja con biomasa y gas metano, elementos altamente explosivos que derivan de los desechos orgánicos. A eso le suman el actuar ilegal en el fundo del ex vertedero Lepanto.
Constatación del incendio, 24 de junio pasado. / Gentileza.
En el sitio se perpetra una extracción ilegal de áridos, según consta en imágenes, y que alcanzaría a estas alturas los 20 millones de metros cúbicos. «Es como una mina a tajo abierto en plena zona urbana», dicen. A eso se suma que el lugar cuenta con permiso para recibir escombros inertes, sin embargo, en el informe presentado ayer a la superintendencia «se comprobó debidamente-por la autoridad ambiental competente- que se recibían residuos no autorizados, tales como bins, neumáticos, pinturas, aerosoles, plásticos, tambores metálicos», entre otros.
La preocupación ahora es que si algún foco de incendio solapado llega a un deposito de gas metano, todo estalle; o que el hedor sea síntoma de químicos y tóxicos en combustión.
«Presentamos el documento haciéndonos parte del procedimiento sancionatorio que ya ha abierto la superintendencia contra los operadores del ex vertedero Lepanto. Damos cuenta el conjunto de infracciones de todo tipo y el funcionamiento, totalmente al margen de la ley que realizan», explicó el parlamentario, agregando que «para nosotros es fundamental que se proceda al cierre y clausura a lo menos temporal de todas estas actividades fuera de control».
Mientras que las autoridades responden, los vecinos dicen que sus vidas familiares siguen totalmente trastocadas por convertirse en una nueva zona de sacrificio.
