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Boric obtuvo un triunfo arrollador en la segunda vuelta

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por Celso Calfullan

El domingo 19 de diciembre, se llevó a cabo la segunda vuelta de la elección presidencial en Chile.

Boric obtuvo un triunfo arrollador sacando más de 4 millones 620 mil votos, con un 55,7%, sobre el candidato de la ultra derecha Kast que saco poco más de 3 millones 648 mil votos, lo que representa el 44,2% de los votos.

Cientos de miles de personas salieron a las calles de todo el país a celebrar el triunfo de Boric, por ahora hay muchas expectativas sobre lo que va a hacer. Pero bajo la presión de los movimiento de masas, que podría obligarlo a ir más lejos  de lo que quiere. La clase dominante también podrá mucha presión para que sea mucho menos radical.

Esta votación dejo desconcertados y desmoralizados a muchos, especialmente a los adherentes de la ultra derecha que pensaban que la elección sería muy pareja voto a voto, pero lo que no se esperaban era que fueran a votar un millón 200 mil personas más que en la primera vuelta, fundamentalmente jóvenes que sentían una profunda repulsión por el candidato de la ultra derecha que prometía llevar a cabo una serie de medidas extremadamente reaccionarias, que solo producirían un enorme retrocedo a la sociedad en su conjunto.

Algunos plantean que esta elección fue mucho más que una simple elección, que en el fondo este fue un plebiscito, donde se le dijo claramente no a los últimos vestigios pinochetistas y sus políticas anti trabajadores, anti sectores populares, algunos también dicen que las esperanzas de cambios le ganaron al miedo que trato de imponer la ultra derecha, para oponerse a los cambios.

Muchos de los que votaron por Boric en realidad lo estaban haciendo en contra de Kast y sus políticas oscurantistas, los jóvenes claramente se oponen a la ultra derecha, esa que reivindica la dictadura, que quiere liberar a los violadores de los derechos humanos y que hoy están presos por las atrocidades que cometieron, votaron contra un candidato de la ultra derecha que quiere quitar las pocas ayudas sociales que entrega el estado capitalista a los sectores más necesitados de nuestra sociedad.

Los jóvenes votaron contra un  candidato misógino que prometía quitar las ayudas a las madres solteras y que estas solo se entregarían a las mujeres que estuvieran casadas y que además quería terminar con el ministerio de la mujer, prohibir el aborto en todas sus causales, lo que representa un enorme retroceso para la sociedad y que costaron años de luchas para lograrlas.

Kast además pretendía subir la edad de jubilación a los 75 años y mantener las AFP, que es el sistema privado de pensiones que tenemos hoy en Chile y que amplios sectores de la población llevan años exigiendo que se le ponga fin, lo que ha generado que millones trabajadores y sus familias se movilicen en las calles de todo el país para exigir que se le ponga fin a este sistema que solo sirve a los empresarios pero no a los trabajadores que hoy se están pensionando.

Kast también era un candidato que impulsaba una mayor represión contra el pueblo mapuche y una militarización generalizada de ese territorio, claramente es un racista al que le cuesta disimular su odio contra los pueblos indígenas, especialmente contra los mapuche.

Karst además era un candidato homofóbico, que era incapaz de ocultar su rechazo y  odio contra los homosexuales y otras formas de diversidad sexual y contra todas las minorías sexuales de este país.

Un candidato que además trato de usar en su favor el malestar que existe entre sectores de la población en contra de los inmigrantes, alentando políticas xenófobas contra los extranjeros, como fue su propuesta de construir una zanja en el norte del país para impedir que sigan entrando extranjeros a Chile, una medida bastante ridícula en realidad, pero que sirve para ganar el apoyo de algunos sectores racistas y xenófobos de la sociedad chilena, que por suerte todavía no es muy grande.

No es por Boric, es contra Kast.

Por todas estas razones muchos sectores en la izquierda que a pesar de no estar plenamente convencidos con Boric, llamaron a votar en contra de Kast, un porcentaje importante del voto que saco Boric, en realidad es un voto de rechazo a la derecha retrograda que pretendía hacer retroceder este país a los tiempos de la dictadura.

Los compañeros de Socialismo Revolucionario, sección chilena del CIT, estuvimos entre los que llamamos a votar en contra de Kast, que en los hechos significaba llamar a marcar por Boric en el voto, pero que en ningún caso significaba firmar un cheque en blanco a los postulados del candidato, llamando a votar críticamente por Boric, poniéndonos del mismo lado de los jóvenes que quieren enfrentar y rechazar a la ultra derecha, nosotros consideramos que no podíamos ser neutrales en esta elección, sino que nuestro deber era ubicarnos al lado de los trabajadores, mujeres, jóvenes, de los mapuche, con los integrantes de la diversidad sexual que odiaban a Kast y que querían enfrentarlo. Finalmente como ya quedo demostrado fueron los jóvenes los que decidieron el resultado de esta elección.

Primera vuelta, “la izquierda no tiene candidato”.

Nuestra posición en la primera vuelta, era que la izquierda no tenia candidato, esto básicamente era porque no nos sentíamos para nada identificados con el candidato Boric y otros candidatos supuestamente “progresistas”, porque teníamos grandes diferencias con las políticas defendidas por este candidato, entre otras cosas diferíamos porque él fue uno de los parlamentarios que en el periodo más álgido de las luchas del 2019, firmo el acuerdo por la paz y una nueva constitución, que fue una movida política, para salvar a Piñera e impedir que renunciara como pedían millones de chilenos movilizados en las calles de este país. Boric también fue uno de los responsables de aprobar leyes represivas en contra de los jóvenes que salieron a las calles a luchar, como la ley anti-barricadas, que hasta hoy todavía tiene presos políticos en este país, sin estos jóvenes que fueron los que animaron la revuelta popular, nada de lo que estamos viendo hoy sería posible.

La contradicción sigue siendo capitalismo o socialismo.

Está claro que la contradicción no es democracia o fascismo, como nos plantearon en la segunda vuelta, dado que los dos candidatos son representantes de la elite de este país, ninguno de los dos representa los intereses de la clase trabajadora como ya ha quedado demostrado hasta el cansancio en las últimas tres décadas, está claro que no podemos confiar en ninguno de los dos, aunque el candidato con ideas fascistas era el más peligroso en esta segunda vuelta.

Todos los que salieron a las calles a luchar por cambios de fondo en octubre de 2019, los que pusieron los muertos, mutilados y encarcelados lamentablemente no están representados por ninguno de los candidatos o el futuro presidente.

Los trabajadores necesitamos nuestra propia representación política. Necesitamos una Asamblea Nacional de delegados de los sindicatos, movimientos sociales y populares, el pueblo Mapuche y los estudiantes para planificar un plan de lucha y discutir la necesidad de construir un partido de los trabajadores.

El próximo gobierno encabezado por Boric inevitablemente estará muy presionado por los empresarios y la elite de este país para seguir frenando los cambios que está exigiendo la mayoría de la población y que por ahora seguimos esperando que lleguen.

Nosotros tenemos que insistir que solo un gobierno de los trabajadores, que se plantee claramente terminar con el capitalismo, que se plantee la nacionalización de la banca, los monopolios, a los grandes latifundistas y las forestales, la renacionalización del cobre, el litio, el agua y todos los recursos naturales que son de todos los habitantes de este país y no solo del 1% más rico de Chile que se apropió de ellos. Todo bajo control democrático de los trabajadores y el pueblo.

Solo con estas medidas podremos asegurar trabajos decentes, jubilaciones dignas, salud y educación de calidad, viviendas para los trabajadores y sus familias, en otras palabras dignidad para todo el pueblo trabajador  y no solo para la elite.

Llamamos a  liberar inmediatamente a todas y todos presos políticos.

Si nada de esto se lleva a cabo, las enormes expectativas que se han creado con Boric, rápidamente se pueden revertir si una vez más no se cumplen las promesas que se realizaron durante la campaña, que ha sido la tónica de los últimos 30 años.

Celso Calfullan.

Socialismo Revolucionario, CIT en Chile.

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