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Ante el sismo, las mujeres en línea de batalla

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LA AYUDA DE LA GENTE NO SE HIZO ESPERAR. Tras el sismo de magnitud 7.1, los capitalinos superaron el asombro y la histeria para organizarse: decenas subieron a lo que quedaba de inmuebles colapsados y con picos, palas, varillas, tubos, mazos o con lo que pudieran comenzaron a buscar sobrevivientes. Otros consiguieron cubetas, carretillas, cajas de plástico duro y hasta carritos del supermercado para remover los escombros. Era como si por meses lo hubieran ensayado. La adrenalina convirtió la imperfección en una especie de armonía en medio del desastre

Izquierda Revolucionaria México.

Con el sismo que sacudió a México el 19 de septiembre de 2017, los trabajadores y la juventud nos hemos organizado para ayudar en los puntos de derrumbe. Destacando el papel de miles de mujeres que ayudamos y seguimos llegando a estos lugares, poniendo en evidencia que la mujer puede y quiere ayudar, sin distinción de labores tanto en las cadenas humanas como en la recolección de alimentos y en todas las actividades en las que la población se ha organizado para apoyar.

Sin embargo, se dio nuevamente presencia de segregación de las mujeres, por el hecho de ser mujeres, pidiéndonos que ayudáramos simplemente en labores específicas como la preparación de alimentos, la elaboración de despensas y la recolección de víveres, que sabemos que es el estereotipo que tenemos, que la mujer sólo puede ayudar en este tipo de trabajo; mientras que los hombres, los fuertes, son los que pueden ayudar en la labor de remover escombros, y a las mujeres removiéndolas de las cadenas humanas cuando van a pasar escombros de gran tamaño.

No aceptamos este comportamiento, y exigimos que se nos deje actuar de manera igualitaria a todas y todos, lo que necesitamos ahora es unión de clase, y dejar de lado los estigmas sociales de siempre, que esta sea una oportunidad de tomar el lugar que merecemos, y que se reconozca que podemos ayudar igual como ayudan los hombres, que se demuestre que en la solidaridad popular la mujer tiene su propio lugar, y que podamos sacar lo mejor de esta tragedia.

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