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La contaminación del tráfico baja un 75% en Barcelona y un 57% en Madrid por el coronavirus

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LA VANGUARDIA, BARCELONA. ESPAÑA.

La contaminación baja un 75% en Barcelona y un 57% en Madrid, mientras se prevé un bajón en todo el mundo de las emisiones de gases invernadero vinculadas al uso de la energía.

ANTONIO CERRILLO, BARCELONA 25/03/2020 00:40 | Actualizado a 25/03/2020 15:13

La atmósfera de nuestras ciudades es diáfana, limpia. Lástima que no la podamos disfrutar al estar confinados.

La contaminación por dióxido de nitrógeno (NO2), el principal contaminante relacionado con el tráfico urbano, ha bajado entre un 70% y un 80% en Barcelona desde el 21 de marzo, según datos de la Generalitat, mientras que en Madrid ha descendido de media un 57% desde que se inició el encierro domiciliario. La media en toda España sería del 64%, según un estudio de la Universitat Politècnica de València (UPV).

El centro de Barcelona vivió una situación insólita el lunes. La concentración de NO2 bajó un 75% respecto a su nivel habitual, tras una fuerte bajada la semana anterior.

“Estamos observando una drástica reducción asociada a la movilidad”, confirma Mercè Rius, directora general de Qualitat Ambiental. No se han apreciado cambios en las emisiones industriales en Catalunya.

En los días laborales de la semana, la polución en las estaciones barcelonesas del Eixample y Gràcia-Sant Gervasi registró una caída del 53%, mientras que el fin de semana ese recorte llegó hasta el 74% en el Eixample, según Marc Guevara, experto del Barcelona Supercomputing Center (BSC).

“Estamos viendo, de golpe, una reducción de la contaminación; pero lo más relevante es que esta tendencia va a más”, añade Guevara, que trabaja en los pronósticos de la calidad del aire del programa Caliope (del BSC).

La misma tendencia en Madrid

Madrid sigue una tendencia parecida.

Los niveles medios de NO2 registrados en su red de estaciones de control atmosférico entre los días 14 y 23 de marzo alcanzaron unas concentraciones de 17 micr/m3; es decir, un 57% menos que la media para estas mismas fechas (39 micr/m3, entre el 2010 y el 2019), según un informe de Juan Bárcena, de Ecologistas en Acción.

(El límite legal europeo de este contaminante para todo el año es 40 micr/m3).

Descenso de las concentraciones de NO2 en Europa entre enero del 2020 y el 11 de marzo, en imágenes del satélite Copernicus Sentinel-5P, en las que se aprecia el descenso acusado en el norte de Italia.

Descenso de las concentraciones de NO2 en Europa entre enero del 2020 y el 11 de marzo, en imágenes del satélite Copernicus Sentinel-5P, en las que se aprecia el descenso acusado en el norte de Italia. (European Space Agency / Reuters)AMPLIAR

A medida que el coronavirus avanza y se reducen las actividades (industrias, transporte…), la reducción de la polución es una de las huellas de la pandemia.

La tendencia es muy acusada, sobre todo el fin de semana, y ha ido a más los últimos días

Drásticas caídas de NO2y demás contaminante se han medido también en China, Corea del Sur y norte de Italia, al frenarse las actividades.

El NO2(que se produce a partir de motores de automóviles, las plantas de energía y otros procesos industriales) es uno de los principales factores que causan enfermedades relacionadas con la polución, como el asma, problemas cardiovasculares y cáncer de pulmón”.

Proyecciones de la organización Global Carbon Project,

Descienden las emisiones de CO2 y se prevé un bajón en todo el mundo este año

Mientras tanto, descienden también las emisiones de CO2, responsables del calentamiento del planeta y que en gran medida están vinculadas al uso de la energía y muy especialmente a los combustibles fósiles.

¿Estamos vislumbrado lo que puede ser el futuro con una economía baja en carbono? En las dos primeras semanas de crisis, el uso de la energía se redujo un 25% en China, donde se prevé una caída de las emisiones del 1% a finales del año, según el centro de estudios Carbon Brief.

Hace dos semanas, las proyecciones de la OCDE y del Fondo Monetario Internacional eran que las emisiones de CO2 disminuirían en el 2020 entre un 0,2% y un 1,2% (por un crecimiento económico menor al previsto inicialmente).

Sin embargo, cuando se actualicen estas proyecciones (a la luz de expansión de la epidemia en Europa) las reducciones de gases serán mayores, según pronostica Pep Cañadell, director ejecutivo de Global Carbon Project, un consorcio de investigadores de todo el mundo que analiza la evaluación de los gases de efecto invernadero.

“La situación empieza a parecerse a la de la crisis financiera del 2008”, señala este experto.

“La historia nos dice que cuando salgamos de esta crisis vamos a ir muy rápidamente hacia una recuperación de las emisiones y que volveremos a la situación de partida”, alerta Cañadell, afincado en Australia.

Vista aérea de las instalaciones de la central térmica de Endesa en el municipio coruñés de As Pontes
Vista aérea de las instalaciones de la central térmica de Endesa en el municipio coruñés de As Pontes (Kiko Delgado / EFE)

En el 2009 (tras la crisis financiera), se dio un repunte de las emisiones de CO2del 5%. “Si no hacemos nada, esto lo que va pasar”, dice.

Crisis climática

Se prevé una fuerte caída de los gases invernadero, vinculada al uso de la energía

En España la caída de la demanda eléctrica doméstica ha sido -la primera semana- de entre 5% y 7%, y la de la gran industria un 8,7%, según vicepresidenta del Gobierno Teresa Ribera.

Sin embargo, “estas reducciones se deben a medidas coyunturales que difícilmente se mantendrán pasada la cuarentena, y se recuperarán los valores normales”, replica Javier Andaluz, experto de Ecologistas en Acción, quien aboga por configurar la estructura del trabajo a la emergencia climática. “Además estas reducciones abruptas causan enormes problemas laborales e incrementan los procesos de precarización”, añade.

Teletrabajo, videoconferencias, menos vuelos…¿es el futuro?

No obstante, la situación actual abre la puerta a nuevas posibilidades del desarrollo de actividades más respetuosas con el sistema climático, como el teletrabajo (con el que muchos sectores buscan ampliar sus negocios o mantener los empleos) o las videoconferencias, que evitan los viajes para las reuniones presenciales de trabajo.

Son fórmulas que huir del derroche de emisiones que calientan la atmósfera.

“Si esto funciona y tiene éxito, y si se da un cambio cultural, se crean las condiciones para que la gente no tenga que ir cada día a su trabajo, sino solo una o dos veces a la semana. Las conferencias y reuniones mundiales, para las que se ha estado utilizando el avión, se pueden reducir un 50%”, dice Cañadell.

Las conferencias y reuniones mundiales, para las que se ha estado utilizando el avión, se pueden reducir un 50, dice Pep Cañadell. de Global Carbon Project

“Los gobiernos ahora deben ser muy cautelosos sobre cómo reestimular sus economías, conscientes de que no deben recluirse en los combustibles fósiles”, declaró a la BBC Corinne Le Quéré, investigadora de la Universidad de East Anglia.

Por eso, las actividades que deberían promoverse y recibir incentivos financieros son, en su opinión, aquellas que reducirían las emisiones, como la rehabilitación de edificios, los equipos eficientes o las recargas eléctricas. El riesgo es que si la pandemia dura mucho tiempo, se eche mano a cualquier estímulo de recuperación crecimiento económica, independientemente del impacto económico que cause.

Las líneas aéreas, las más perjudicadas

Las líneas aéreas sufren la paralización del transporte. Son equivalentes a lo que fueron los bancos en la crisis financiera, dice Pep Cañadell.

“Los gobiernos deberán ayudarles, pues si no, tendrán que cerrar. Pero, quizás, no necesitamos que tengan un crecimiento tan grande como el de estos años”, añade.

En EE.UU. las aerolíneas han pedido más de 50.000 millones de dólares en ayuda gubernamental.

La aviación ocasiona más del 5% de las emisiones mundiales de CO2 , y en Europa ha crecido más de un 25% en cinco años.

“Los gobiernos deberían condicionar los rescates de las aerolíneas a que paguen los impuestos y asuman su impacto ambiental. También se le debe exigir que empiecen a utilizar combustibles bajos en carbono una vez mejoren las condiciones”, dice Andrew Murphy, de la oenegé Transport and Environment.

Una pasajera contempla los mostradores de facturación vacíos en el aeropuerto de Ginebra (Suiza), este martes,
Una pasajera contempla los mostradores de facturación vacíos en el aeropuerto de Ginebra (Suiza), este martes, (SALVATORE DI NOLFI / EFE)

Por su parte, Pep Cañadell cuestiona que se den ayudas a las compañías petroleras para remontar la crisis, y pide a los gobiernos políticas centradas en lograr un balance de emisiones 0 en el 2050.

“Los gobiernos pueden alegar que el valor de las acciones de estas compañías no es grande y que sus perspectivas de futuro no son buenas”, dice Cañadell.

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