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Chile – llevar adelante el Plebiscito. NO + AFP

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Guillermo Riveros

Un estado que niega a su pueblo derechos esenciales, abre el legítimo derecho para que un pueblo tome en sus manos el camino que considere más justo, más adecuado y más posible para impedir la continuación de esta ofensiva contra una mayoría que pide, que exige respeto a cuestiones básicas que ya como sociedad habíamos logrado en décadas anteriores.

En este contexto, de lucha y no de pasividad, que planteamos llevar adelante el Plebiscito. NO + AFP : lo que viene

La Coordinadora Nacional de Trabajadores NO + AFP lo explica:

RAZONES PARA EL PLEBISCITO NO MAS AFP

“La primera pregunta que debemos formularnos transcurrido 10 meses desde que el 24 de julio lanzáramos la primera marcha nacional es: ¿Por qué un Plebiscito?

Nuestra lucha por restablecer un derecho fundamental como la Seguridad Social y rechazar el discurso predominante de quienes se han hecho del poder en estos 43 años, es determinante. Es y será la disputa que deberemos librar en los próximos años, así de simple: o se restituye para los chilenos un sistema que garantice derechos esenciales que ya habíamos logrado en las décadas pasadas, y que fueron expropiadas por la fuerza bajo la tiranía y consolidadas por los gobiernos seudo democráticos al servicio del gran capital en estos últimos años, o, desarrollamos a partir de esta convicción, un plan de concientización, de organización y de lucha, que haga posible acabar con este sistema impuesto.

Los derechos fundamentales como la educación, la vivienda digna, la salud y la previsión han sido conculcados y no existe voluntad alguna por detener esta furia empresarial capitalista contra los trabajadores y los sectores más desposeídos. La guerra está planteada, ellos la declararon. Un estado que niega a su pueblo derechos esenciales, abre el legítimo derecho para que un pueblo tome en sus manos el camino que considere más justo, más adecuado y más posible para impedir la continuación de esta ofensiva contra una mayoría que pide, que exige respeto a cuestiones básicas que ya como sociedad habíamos logrado en décadas anteriores. En este contexto, de lucha y no de pasividad, que planteamos llevar adelante el Plebiscito. Como un acto de concientización, de movilización, de organización y por sobre todo, como un acto político de restitución de la dignidad humana que no está dispuesto a tolerar pasivamente como asaltan el Estado para satisfacer intereses mezquinos de pequeñas minorías.

La complejidad de un plebiscito

La organización de un plebiscito nacional exige una movilización y organización realmente importante, que nos permitiría reforzar las voluntades nucleadas en torno al movimiento NO + AFP. Es la rememoración de una fecha histórica; pero con la distinción que lo haremos desde la base, desde los trabajadores, con sus organizaciones, con los estudiantes, con los pobladores, con los pueblos originarios, con los ecologistas, con las organizaciones representantes de la diversidad sexual, es decir, con toda la comunidad empoderada, ejercitando de forma activa el ejercicio de sus derechos, o sea, ejercitando el poder del pueblo, el poder de las mayorías. Ese es el desafío. Un referéndum exitoso en el que uno o dos millones de votantes se pronuncien en favor de terminar con las AFP y con la capitalización individual y, se manifiesten por la Propuesta de la Coordinadora Nacional de Trabajadores que propone un sistema de reparto solidario, dejará en el suelo las campañas de los medios masivos de comunicación controlados por el gran empresariado y los aparatos políticos descompuestos a su servicio, que tratan de presentarnos como un grupo irresponsable con una representación minoritaria. El referéndum tensiona la institucionalidad, pone en juego el poder, o dicho de otro modo, valida la legitimidad de los actos y reconoce a quien o quienes deben y pueden dirigir el Estado. Es la discusión de la soberanía, la discusión del poder. Sí del poder.

Incluso tiene un componente de pacifica subversión. Un plebiscito auto organizado no cabe en la institucionalidad vigente que fue ideada bajo la dictadura y profundizada en los gobiernos civiles posteriores, justamente para negar el ejercicio de la democracia, negar la soberanía al pueblo. La organización del Plebiscito tiene como condición la participación activa de las principales organizaciones sindicales y sociales, en todas las comunas. Es la consulta y al mismo tiempo la orden que da el pueblo, la plebes. Es un mandato irrevocable para que se haga la voluntad popular y no otra. Se trata de hacer política real. Apostar a la gente. Apostar con la gente. Ese ha sido, quizá el éxito de esta Coordinadora Nacional, surgida hace cuatro años, con la clara convicción de que la unidad está determinada por la lucha contra las AFP, ese es nuestro fin, nuestra meta y hacia allá debemos colocar nuestras energías.

El plebiscito es funcional a nuestra estrategia. No es un fin en sí, es un medio para.

El referéndum legitimará a nuestro movimiento como la representación legitima de las aspiraciones de nuestro pueblo, demostrará una capacidad organizativa e influencia social que no tiene nadie en nuestro país. Una enorme capacidad de realizar cosas, con independencia política de los poderosos, sin subsidios estatales y sin dineros del gran empresariado. El plebiscito nos permite interactuar con la gente para explicar nuestra crítica al sistema de AFP y al modelo de crecimiento económico concentrador de la riqueza y la propiedad en manos de una pequeña elite, permitiendo dar un paso adelante en los niveles de comprensión y de conciencia de la mayoría de las familias trabajadoras. Entrando con nuestra propuesta, que es la base para la transformación social responsable de nuestra sociedad en el terreno en disputa de la opinión pública. El trabajo de organización del referéndum mantendrá a nuestro movimiento con la mística y el entusiasmo necesario para terminar este año fortalecidos, cuando nuestros enemigos esperan que nos agotemos, y disminuya nuestra energía como sucedió en su momento al movimiento estudiantil. Solamente ganando las mentes y los corazones de la gente trabajadora, con una propuesta seria, y con liderazgos honestos, creíbles y capaces, será posible avanzar hacia formas de lucha superiores de desobediencia civil, como la protesta y el paro nacional. La tarea que nos hemos propuesto está a la altura de las grandes movilizaciones que hemos efectuado. El Plebiscito es una apuesta, que debemos evaluar permanentemente, la concreción del mismo, siempre dependerá de la capacidad de convencer con las armas de la razón a los que no logran comprender el alcance de este desafío, así como también a aquellos que legítimamente no lo vislumbran como parte de un proceso movilizador”.

Ese es el desafío. Chile ya despertó y no podrán detenernos”.

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